Mientras el gobierno dominicano mantiene la cuarentena que no suprime sino que segmenta la promiscuidad social y sanitaria, el toque de queda y la economía clausurada, el candidato de ese mismo gobierno ejecuta la mas agresiva e ilegal campaña electoral no solamente con nuestro propio dinero sino con el amparo, la protección y beneplácito de las autoridades muy en especial la inefable JCE.
¿Qué pretende Danilo? Prolongar la cuarentena tratando de subir a Gonzalo Castillo en las encuestas ya que solamente a él se le permite hacer campaña, violar el toque de queda, viajar al exterior, gastar sin límites, comprometer recursos y repartir nuestro dinero a nombre propio. Pero Gonzalo, como leña mojada no prende. Como goma pinchada no se infla aunque le echen aire; como pan sin levadura no crece aunque esté en el horno y como canción mala no pega en el público ni con payola. De hecho, ese candidato, Danilo y el partido que lo postula, a pesar del dinero, los sobornos y las bocinas están en caída libre y ¡de qué manera!
¿Para qué quiere Danilo subir a Gonzalo en las encuestas? Para tratar de posicionarlo en un segundo lugar y evitar que lo ocupe Leonel pero también como un resguardo político propio ya que, mientras mas pobre sea al resultado de Gonzalo, peor queda Danilo que fue quien lo impuso como candidato. Idealmente, si ese candidato no hubiera sido tan ilegítimo en su origen, tan torpe en su desempeño y tan corrupto en su gestión la esperanza hubiera existido de empujarlo y a base de trampas, violencia y en camilla y tras un fraude colosal acercarlo a un primer lugar. Aunque nunca debe descartarse esta alternativa, la dificultad para Danilo (porque, ojo esto es esencial y visceralmente un proyecto de Danilo Medina y su camarilla, no del PLD maquinaria) es que este país ve a Gonzalo, lo huele, lo percibe, lo tasa, lo mide, lo calibra y lo siente como “un penco” y nadie lo cree ni lo espera, ni lo sueña como presidente. Ese es un grave problema por no decir una imposibilidad real; peor aun, cualquier intento de Danilo por imponerlo a la cañona provocará que finalmente la sangre llegue al río y si eso es lo que el quiere, pues habrá que complacerlo, total, ya no hay turistas que cuidar, el país está en bancarrota. ¿Qué más da?. O ¿hay de otra?
Mientras tanto. . .
El gobierno administra la epidemia. Le conviene alimentar el miedo, inhibir la asistencia de votantes, contraer hasta donde pueda el activismo de los candidatos, evitar o sabotear el voto en el exterior que le es abiertamente adverso y sin desmedro de ninguno de los recursos anteriormente citados ejecutar todo tipo de fraude y a cualquier escala que le sea posible.
Danilo Medina está abierto a cualquier trampa o maniobra capaz de brindarle protección y eso incluye lo que sea, reforma de la Constitución, posposición, rehabilitación, abstención forzada, encuestas falsificadas, fraude electoral, fallos intencionales el 5 de julio y es que, tratemos de entender algo: para Danilo Medina, perder en primera o en segunda vuelta es como tirarse de un avión sin paracaídas.