El Departamento de Estado de los EEUU ha intervenido en la RD en busca de evitar la reelección de Danilo Medina, asegurar la alternabilidad en el poder, defender la mermada credibilidad de los procesos electorales y evitar que el contagio de Haití se extienda hacia el este, sumándose en ese caso al conjunto de inestabilidades regionales.

Danilo Medina fracasó en su intento reeleccionista, a causa, principalmente, de esa intervención.  Medina, sin darse por vencido, acudió entonces a violar el acuerdo  que quitaría a Radhamés Camacho de la presidencia de la Cámara de Diputados. Despreciando el interés de los aspirantes internos procedió a la escogencia de un sucesor que enfrentara en las primarias abiertas a su rival Leonel Fernández.

Las simpatías dentro y fuera del PLD favorecían claramente a Fernández, pero Medina, con mucho dinero y la complicidad de la JCE, impuso su candidato vía un fraude cuantioso en la cantidad y múltiple en las formas y métodos empleados.

El plan de Medina era que, derrotado Fernández, quedaría fuera de la contienda debido a la aplicación de la nueva ley electoral. Medina había calculado que podía sobrevivir al escándalo externo y al malestar interno dentro del PLD que sabía desataría su escogencia e imposición de Gonzalo Castillo.

En este proceso cuya duración puede situarse entre el 22 de julio y el 6 de octubre Leonel Fernández resultó victimizado y eso lo favoreció y de hecho lo rehabilitó políticamente. Pero el proceso también mostró que la lucha era a muerte y aquellos legisladores que, aun dentro del PLD pero partidarios de Fernández, viendo lo acontecido llegaron a la conclusión de que había que romper la línea partidaria y siendo minoría coincidieron con la otra minoría de diputados que estaban opuestos a Medina. De ahí resultó que Medina perdiera, por primera vez, el control del congreso y cualquier posibilidad de ser rehabilitado.

Estas decisiones de Medina aumentaron el malestar de Washington que parece haberse convencido de que tendría que añadir mas presión para conseguir que se respetara la legalidad y se preservara la estabilidad política. Por eso, apenas unas semanas después del fraude del 6 de octubre, visita el país la subsecretaria de estado y se reúne con Medina así como -algo muy inusual-, con el presidente del Tribunal Constitucional. Poco después, visita el país el almirante Faller jefe del comando sur de los EEUU.

Tras haber quedado inhabilitado para ser postulado dentro de 4 años, Medina sufrió además otros reveses el mas importante de los cuales fue la postulación de Leonel Fernández por otros partidos bajo el razonamiento de que la Constitución que se lo permite, está por encima de la ley electoral que se lo prohíbe.  Todavía sin rendirse ante el reclamo interno y las presiones de los EEUU Medina  se percata de las dificultades de generar apoyo para su candidato escogido; entonces, ya que no pudo evitar la postulación de Fernández acude a nuevas violaciones de la ley y maniobras para retrasarla.

Medina ha instrumentado, a través de terceros, numerosos litigios que persiguen demorar – y si fuera posible evitar- la consagración formal de esa candidatura porque:

1.- Sabe que una vez considerada irrevocable, la candidatura de Fernández va a drenar significativamente el PLD y dejará desamparado, mas de lo que ya está, al candidato de Medina. Por tanto, para Medina, es crucial evitar esas deserciones sabiendo que la masa peledeista difícilmente apoyaría al candidato del PRM mientras que, viendo la inviabilidad de Gonzalo Castillo o un sucesor, se iría en masa del lado de Fernández si este fuera candidato.

2.- La estrategia de Medina se viene abajo si Leonel es candidato porque a él  le conviene enfrentarse  al candidato del PRM a quien sabe mas vulnerable por la falta de experiencia, de asesoría, de estructuras y de voluntad. Pero además, Medina teme a la experiencia adquirida en los últimos años por Fernández, a su conocimiento interno del PLD y a sus vínculos y relaciones.

3.- Adicionalmente, Medina, retrasando el ingreso de Fernández en la campaña lo debilita porque, mientras tanto, una parte de ese gran descontento que inspira Medina se ha estado sumando al PRM en lugar de venir donde Fernández de tal manera que para cuando su candidatura venga a ser definitiva, ya toda esa gente estará comprometida con el PRM.

En este punto es necesaria una aclaración retrospectiva:

Cuando Medina decidió el fraude de octubre 6 lo hizo diseñar para que afectara sola o básicamente el nivel presidencial. Estaba convencido de que, dejando casi intacto todo lo demás, los ganadores no se sumarían al reclamo  de fraude que sabía Leonel iba a esgrimir. Calculó que lo dejarían solo y posiblemente calculó también que Leonel no se atrevería a irse del PLD.  Esa estrategia fracasó dos veces primero porque Fernández decidió irse y segundo porque el PRM, de alguna manera, entendió que si callaba y no denunciaba el fraude le aplicarían a ellos exactamente la misma receta en mayo del 2020.

A pesar de las visitas de funcionarios de EEUU y de las presiones y advertencias a Medina, éste, inhabilitado  y temiendo ser perseguido una vez fuera del poder continúa manipulando la JCE totalmente sometida a su control y sigue tratando de influir sobre el TSE y el TC para retrasar a Leonel e imponer una versión del voto electrónico no auditado y vulnerable que le permita imponer en mayo otro fraude precedido naturalmente de una amplia campaña publicitaria posicionando, creando  y fabricando una candidatura que parezca creíble.

El peligro derivado de la conducta de Medina y su grupo deriva de que:

1.- Medina y los suyos saben que las presiones de EEUU ya no tienen la fuerza de años atrás,

2.- los dominicanos se acomodan a la idea de que los EEUU hagan ellos el trabajo liberándolos del sacrificio y las penurias de deshacerse de Medina,

3.- el control de Medina todavía es lo suficientemente fuerte para inhibir las deserciones masivas y el viraje del empresariado y

4.- Medina es más atrevido que sus adversarios y, a diferencia de aquellos, para él, este es un asunto de vida o muerte.

CONTINUARÁ . . .