En nuestro artículo de la semana anterior nos dedicábamos a analizar los avances y los desaciertos en la inversión del 4% en educación. Nos servía de base el informe de EDUCA sobre la calidad del gasto educativo en la República Dominicana, tomando como período de estudio,  la pasada gestión gubernamental (2012-2016). En esta nueva entrega analizaremos en qué medida el aumento de la inversión ha aportado a la mejora de la calidad educativa. Además de los datos aportados por el informe de EDUCA, nos serviremos de los datos aportados por los informes periódicos de La Iniciativa Dominicana por una Educación de Calidad (IDEC). Tomaremos en cuenta en particular el Informe anual de seguimiento y monitoreo correspondiente al 2015, así como el relacionado con el primer semestre del 2016.

Para medir los avances en la calidad de los aprendizajes es necesario entender que la educación es un proceso y que la implementación de los nuevos proyectos o líneas de acción dan sus resultados a largo plazo. No obstante hay algunos indicadores que pudieran estar hablando de ciertos avances.

Fijémonos en primer lugar en los resultados de las Pruebas Nacionales entre el 2012 y el 2016. Dichas pruebas han sido aplicadas, hasta ahora, a las y los estudiantes que terminan el octavo grado del nivel primario y a quienes finalizan el cuarto año del nivel secundario. Tienen un valor de 30% con relación a la calificación total de cada estudiante. En las pruebas no se incluyen todas las áreas del conocimiento, sino solo las tradicionalmente más atendidas que son Lengua, Matemática, Ciencias Sociales y Ciencias de la Naturaleza.

En el Nivel Primario, entre el 2012 y el 2016 hubo pequeñas variaciones positivas en las cuatro áreas examinadas: en el área de Lengua se pasó de un promedio de 17.57 puntos a 17.69 para una variación de 0.7%. En el área de Matemática se pasó de un 14.73 a un 16.78,  para una variación de 13.9%; en el área de Sociales se pasó de 15.42 a 16.83 para una variación de 9.1%. En Naturales se pasó de un 15.22 a un 16.76 para una variación de un 10.1%, respectivamente. Tal como se puede visualizar hubo pequeños avances en las calificaciones de las cuatro áreas, siendo Lengua el área con menor avance (0.7%) y matemática la de mayor  (13%).

El Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) ha realizado tres estudios llamados: PERCE 1997, SERCE 2006 y TERCE 2013, en los que han participado estudiantes dominicanos. En los últimos dos estudios los resultados obtenidos por las y los estudiantes de 3ro. Y 6° de Primaria han sido los más bajos, entre 15 países de América Latina y el Caribe. No obstante entre los resultados del SERCE 2006, y el TERCE 2013 podemos referirnos a algunos avances. En el área de Lengua, en el tercer curso se pasó de un puntaje equivalente al 60.8%, en el SERCE 2006, a un 69.8% en el TERCE 2013. En las pruebas del 6° curso se pasó de un 64.8% a un 70.14. En el área de Matemática, en el tercer curso,  se pasó de un 60.8% a un 68.9%. En el 6° se pasó de un 63.9% a un 67.20%.

En el Nivel Básico de personas Jóvenes y Adultas ha habido avances y retrocesos en cuanto a los resultados de las pruebas nacionales entre el 2012 y la primera convocatoria del 2016. En el área de Lengua se pasó de 16.2 a 16.17 para una variación de -0.3%; en Sociales se pasó de 16.44 a 16.17 para una variación de -0.27%. En cambio en el área de matemática se pasó un 15.32 a un 16.04 para una variación de 0.72; en ese mismo orden el avance más significativo ocurrió en el área de Naturales al pasar de un 15.03 al 16.50, para una variación de 1.47%.

En el Nivel Secundario y tomando como referencia los resultados de la primera convocatoria a las pruebas nacionales del 2016 vemos que en el área de Lengua, de un promedio de 18.21 en el 2012 se pasó a un 17.97 para una  variación negativa de -1,3%; en matemática se pasó de 16.48% a un 16.47, para una variación de -0.1%; en el área de Sociales se pasó de 17.62 a 17.75 para una variación positiva de 0.7%, y en Naturales de un 16.48 a un 17.14 para una significativa variación de un 4%. En resumen ha habido ligeros descensos en Lengua y Matemática, así como una leve mejoría en Sociales y en Naturales.

Otro elemento positivo ha estado relacionado con el cumplimiento del calendario escolar. De acuerdo con las estadísticas del MINERD en el año escolar 2014-2015, el 90.28% de los centros cumplió al 100% su calendario escolar. Sin duda que la implementación del programa de Jornada Extendida ha ofrecido la posibilidad de tener un mayor número de horas dedicadas al aprendizaje y a la docencia.

La tasa neta de cobertura del Nivel Primario ha continuado mejorando ligeramente en los últimos años, habiendo alcanzado un 99% del logro esperado para el año 2015, con un 93% de tasa de cobertura. La promoción ha mejorado, situándose en un 92.9% en el año 2015. Mientras que la deserción se ha establecido en un 2.4% en el 2015, mejorando el objetivo establecido en un 2.5%. Por otro lado la tasa de sobre edad en el sector público sigue disminuyendo, bajando de un 12.5% en 2013 a un 11.9% en el año 2015. Y la repitencia pasó de 7.5% en el año escolar 2011/2012 a un 4.7% en el 2014/2015.

Un elemento que puede estar ayudando a mejorar los niveles de desempeño de las y los estudiantes es el aumento de maestros y maestras y de la inversión en formación y acompañamiento de docentes. En efecto, el número de maestros aumentó en 18,103 entre diciembre 2011 (65,933) y agosto 2015 (84,041) para  un incremento de 27%. Y en la inversión en formación de educadores se pasó de una  ejecución de $RD1,500 millones  en 2012 a 3,000 millones en 2015. En la formación de docentes se han articulado esfuerzos con el Instituto Nacional de Maestros/as (INAFOCAM), el Instituto de Formación Salomé Ureña (ISFODOSU), así como con universidades privadas como INTEC, PUCAMAIMA y UNIBE; además de ONGs como el Centro Poveda y Sur Futuro.

En definitiva podemos señalar que la inversión del 4% en educación comienza a dar sus frutos. No obstante es necesario avivar el paso. Es urgente mejorar la calidad de la inversión en educación y disminuir los niveles de corrupción, sobre todo en el manejo de la construcción de aulas y en todo  lo relacionado con la logística de la Jornada extendida. Esto ayudará a economizar recursos para seguirlos invirtiendo en el mejoramiento de la dignidad y la calidad de la educación pública dominicana.