A muchos les puede resultar difícil creer que una canción folklórica nicaragüense, llena de palabras incomprensibles para muchos, en su momento haya podido competir en popularidad con el mismísimo Elvis Presley.
Pero en cierta forma eso fue lo que pasó hace más de 40 años, en septiembre de 1977, cuando "Way down" -el último sencillo jamás grabado por el rey del rock- se colocó a la cabeza de las listas británicas, pero "Son tus perjúmenes mujer" -interpretada por Carlos Mejía Godoy y los de Palacagüina- alcanzó el primer lugar en España.
"Fue el éxito del verano. Hasta para nosotros se volvió insoportable", bromea Mejía Godoy sobre el inesperado hit, que pronto se extendió por toda América Latina obligando a muchos a hacerse la misma pregunta que ayuda a abrir la canción: "¿Qué cosa es el sulibeyo?"
"No podíamos estar en ninguna parte porque estaba sonando en la radio, en los bares. La gente la silbaba en la calle", es el recuerdo que el cantautor nicaragüenses tiene aquel histórico verano español, el del regreso de la democracia al país luego de la muerte de Francisco Franco dos años antes.
https://www.youtube.com/watch?v=nvYIO5T553w
La cosa no se quedó ahí: en enero del año siguiente la canción también llegó al número 1 en México, en la voz del grupo local Los Alvarado, y le prestó su título a una película del comediante Luis de Alba, quien también grabó la tonada.
De hecho, su popularidad a finales de los 70 era tal que a "doña Clotilde" -la mítica "bruja del 71″ del programa "El Chavo del 8″- se la puede escuchar cantándosela a "Don Ramón".
"Son tus perjúmenes mujer" luego sumó a Los Tigres del Norte y Lupillo Rivera a la lista de sus numerosos intérpretes mexicanos, fue grabada en versión cumbia por el colombiano Jairo Paternina, y fue incluida en el disco de grandes éxitos del folklorista argentino Coco Díaz, lo que tal vez explica por qué muchos de quienes la conocen desconocen sus orígenes nicaragüenses.
"Los bisturices armónicos"
La canción, de autor anónimo, fue sin embargo recopilada a inicios de la década de 1970 por el médico nicaragüense Wilfredo Álvarez en la comarca de Tonalá, departamento de Chinandega, y dada a conocer a nivel local por el grupo "Los bisturices armónicos", al que pertenecía el galeno.
El grupo, que completaban los doctores César Ramírez y César Zepeda Monterrey, acostumbraba practicar la caza menor, y aprovechaba su paso por ranchos y pequeñas poblaciones del interior de Nicaragua para recopilar las viejas canciones autóctonas.
"Hay canciones que se recogen en tucos (pedazos), como los elementos antiguos de la alfarería o de la cerámica, y luego vas pegando los tuquitos y tenés que rearmar la canción, y ese es más o menos el trabajo que hizo Wilfredo Álvarez", le explica Mejía Godoy a BBC Mundo.
Según el trovador, el ya fallecido Álvarez contaba haberla escuchado por primera vez en voz de "una pipita, como le decimos en Nicaragua a las personas con síndrome de Down: ’Son tus perjúmenes mujer, los que me sulibeyan'. Y él creía que la palabra sulibeyo era una palabra que la chavala no podía pronunciar por sus propias limitaciones", relata.
"Pero la abuelita vino y le dijo: 'No, doctor. Así es la cosa: es el sulibeyo'. '¿Y qué cosa es el sulibeyo?' le pregunta el doctor. 'Pues cuando usted está desanimado y de repente se sulibeya’…", es la versión que él maneja del descubrimiento del tema que le granjearía un Disco de Oro en España.
Para Mejía Godoy, la curiosidad despertada por esa y otras de las palabras incluidas en la canción -como "solipeyo" o "almareyo"– ciertamente contribuyó al éxito de la misma, con él siendo incluso invitado al programa de RTVE "Lengua Viva", del filólogo Manuel Criado del Val, para explorar su etimología.
Aunque el cantor nicaragüense considera que el gigantesco éxito de "Los perjúmenes" en España también hay que entenderlo en el contexto de "el destape" que se dio después de la muerte de Francisco Franco.
Efectivamente, cuando el sencillo con la canción se colocó en primer lugar de las listas de popularidad, en la semana del 17 de septiembre de 1977, España acababa de celebrar sus primeras elecciones democráticas en más de 40 años y apenas empezaba a saciar la sed de erotismo provocada por décadas de censura franquista.
Y para Mejía Godoy, quien tal vez hoy es mejor conocido como el cantor de la revolución que dos años después llevó a los sandinistas al poder en Nicaragua, "Son tus perjúmenes mujer" calzó perfectamente con el momento.
"Hay cierta onda erótica en la canción, y si no la hubiera tenido no habría sido lo mismo", le dice a BBC Mundo.
"Y nosotros éramos un grupo que, aunque venía de América, no cantaba canciones políticas. Las teníamos, y nos interesaban, pero ellos (los españoles) ya estaban saturados", destaca.
Según el cantautor, el contexto también hizo que en España la palabra "sulibeyo" adquiriera una connotación eminentemente amorosa de la que carecía en Nicaragua, empleándose por ejemplo en expresiones como "Esa muchacha a mí me sulibeya".
"En el argot español sería 'me mola'. Me gusta, pues, me guiña, como decimos en Nicaragua, me atrae. A la palabra sulibeyo le dieron esa significación ellos, porque en Nicaragua no se utilizaba así", explica.
"El sulibeyo"
Como ejemplo de un uso típicamente nica de la palabra, Mejía Godoy ofrece la frase "Sulibéyese, hombre, sulibéyese; levántese a trabajar".
"O vamos a suponer un abogado te está llevando un caso y te tiene encarpetado un juicio, y vos le decís: 'Ve hermano, sulibeyamelo, sulibeyamelo'", le dice a BBC Mundo.
Mejía Godoy explica el vocablo como un arcaísmo emparentado con el verbo soliviantar o incluso el francés soulever (levantar), parentesco que parece haber confirmado el catedrático emérito de Historia de la Lengua Española de la Universidad de Zaragoza, Juan Antonio Frago Gracia.
"Como hipótesis de trabajo propongo que suliveyar sea alteración de soliviar o, más bien, de un ultracorrecto solivear", ventura Frago en un artículo de la Revista de Filología Española publicado en 2004, en el que menciona tres ejemplos de los años 1508, 1560 y 1655, "en las tres citas con el sentido de 'levantar'".
Ahí el filólogo también apunta que el diccionario de la Real Academia Española le da cabida al verbo como 'ayudar a levantar algo por debajo' y 'alzarse un poco, sin acabarse de levantar del todo'", para luego sugerir que "el vocablo en cuestión ha podido verse semánticamente influido por soliviantar 'alterar a otro', anteriormente solevantar, cuya primera acepción es idéntica a la de solevar, todos ellos, al fin y al cabo, elementos de una misma familia léxica".
Curiosamente, esta y otras complicaciones idiomáticas habían hecho que Mejía Godoy y los de Palacagüina originalmente no incluyeron la canción en el repertorio con el que trataban de abrirse paso en España en 1977.
"Es que como está llena de tantas palabras nicaragüenses… ¿Quién va a entender sulibeyo, soripeyo, almareyo?", fue el razonamiento.
Y fue un encuentro casual, en el que debía ser el último día de su estancia en España, el que cambió para siempre la historia de la música nicaragüense.
"Un chiripazo"
"Ya se me acababa la vigencia del boleto de regreso, y ya me tengo que venir, pero mi esposa de entonces, que en paz descanse, Eveling Lang Salmerón, me dice: 'Nos queda un disco, subamos a la CBS'", recuerda Mejía Godoy.
"Y ahí nos encontramos con un personaje que se llama Óscar Gómez, que entonces era nadie y ahora uno de los grandes productores del mundo, quien hizo contacto conmigo mientras yo estaba esperando ahí una entrevista que nunca me dieron", cuenta.
Según Mejía Godoy, Gómez dijo haberlo reconocido por su canción "El Cristo de Palacagüina", que ya había sido grabada en España por Elsa Baeza.
"Por pura casualidad él era muy amigo de ella. Fue una cosa, como dice la gente creyente, muy providencial, un chiripazo. El chavalo me vio cuando yo estaba ahí en la sala de recibo y me dice '¿Ya los atienden? Yo no soy de la compañía, pero soy colaborador, soy un freelance'. Y de esa plática vino una reunión esa misma noche", recuerda.
En el encuentro Gómez "escuchó alrededor de 80 canciones y las fue anotando. Y por último, ya antes de irnos a dormir, uno de los Palacaguina dijo: '¿Y por qué no le cantamos Los perjúmenes?', cuenta Mejía Godoy.
"Y este hombre cuando escuchó 'Los perjúmenes' dio un brinco. No se me olvida: eran doce y media de la noche y este hombre me dice: 'Carlos, no te vayás de España. Yo busco como financiarte por lo menos 15 días más, porque esta canción tenemos que proponerla el lunes a la CBS'", le dice a BBC Mundo.
"Morir cantando"
El resto, como se acostumbra decir, es historia.
La disquera se interesa en un disco "donde la canción insignia es 'Son tus perjúmenes mujer', que se convierte en la canción del verano, gana todos los premios y es la canción que me permite darme a conocer a aquellos países", la resume Mejía Godoy.
De hecho, al año siguiente, otra de sus canciones -"El Credo" de su "Misa Campesina", interpretado por Elsa Baeza- volvería a convertirse en el sencillo más vendido en el país, con intérpretes de la talla de Ana Belén, Miguel Bosé y Sergio y Estíbaliz interpretando otros temas.
Y Mejía Godoy utilizaría su creciente fama para denunciar los atropellos del gobierno de Anastasio Somoza Debayle en su Nicaragua natal.
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"Lo más importante es que yo tuve capacidad de convocatoria. Yo convocaba una rueda de prensa para decir que en Nicaragua acababa de ocurrir un crimen, una masacre de campesinos y la prensa estaba ahí", le explica a BBC Mundo.
Con el triunfo del Frente Sandinista de Liberación Nacional, sin embargo, el también autor del himno del FSLN y de "Ay Nicaragua, Nicaragüita" regresaría a su patria a ponerle música al proceso revolucionario.
40 años después, Mejía Godoy no ha dejado de componer canciones "con el mismo entusiasmo y con los mismos elementos, se puede decir primitivos, del lenguaje sencillo", y el mismo compromiso social, que lo lanzaron a la fama.
Aunque, paradójicamente, esto también lo obligó a distanciarse del FSLN y eventualmente buscar refugio en Costa Rica "por haber denunciado los atropellos del gobierno que encabeza Daniel Ortega y Rosario Murillo" durante las protestas que empezaron a sacudir a Nicaragua en abril de 2018.
"Nosotros estamos claramente de parte de los oprimidos, de los martirizados", afirma el cantautor de 75 años, quien cuenta entre sus últimas obras con varias canciones dedicadas a los estudiantes muertos durante las protestas.
"Y también estoy escribiendo un libro que se llama ´Los pájaros no se jubilan'", confiesa. "¿Qué quiere decir? Que yo voy a morir cantando", concluye.
Este artículo fue elaborado para la versión digital de Centroamérica Cuenta, un festival literario que se celebra en San José de Costa Rica entre el 13 y el 17 de mayo.
Puede consultar toda nuestra cobertura del festival en este enlace.
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