El agua en la República Dominicana se encamina hacia una crisis de escasez y apenas unos cuantos funcionarios están tratando de explicar la profundidad de un problema que por ignorancia o adrede se desconoce.
La creación de una dirección para la Tecnificación del Sistema Nacional de Riego viene a tratar de implementar una solución a un problema grave de uso de agua en la agricultura, la mayor fuente de demanda del líquido en el país, que tiene en el riego una mecánica de 30 % de aprovechamiento del agua, y 70 % de desperdicio.
El costo para cambiar estos números está contemplado en el Pacto por el Agua, un plan a largo plazo que cuesta US$ 8 mil 564 millones, de los cuales, la innovación en el sistema de riego se llevaría unos US$ 972 millones.
El Ministerio de Economía y la Comisión de Fomento a la Tecnificación del Sistema Nacional de Riego, que dirige Claudio Caamaño, han agotado la estrategia de reunirse con la prensa y explicar el problema de agua, en reuniones de dos horas y presentaciones con diapositivas. Esto para que, a través de los periodistas, se pueda conocer el diagnóstico desolador del uso del agua en el país, y consecuentemente levantar conciencia sobre la necesidad de destinar recursos y atención al tema.
A manera de ejemplo, Claudio Caamaño, cuenta que la presa de Monción, afluente del Yaque del Norte, fue diseñada para abastecer de agua durante dos años a su área de influencia. La realidad actual es, dice Caamaño, que en tres meses la presa se seca si no le cae agua.
Actualmente, la presión hídrica (déficit entre la oferta del agua y la disponibilidad), se registra en dos (Yaque del Norte y Sur) de las seis regiones hidrográficas que existen en el país. Además, ya se registra escasez "crónica” de agua en 10 provincias, y “fuerte”, en otras 11 provincias de las 31.
Todo este problema tiene origen en un modelo de uso del líquido, donde tradicionalmente se ha respondido a la demanda, sin pensar en la oferta del agua. A esta cultura se le atribuye la construcción de presas con la placa que exhibe año y presidente que la edificó, a pesar de que sale 12 veces más costoso resolver el déficit de agua con más infraestructura, en lugar de controlar la demanda.
Ayer, en un encuentro que tuvo con periodistas para abordar toda esta problemática, Claudio Caamaño contó que transformar el sistema de riego es una iniciativa del mando más alto del Ejecutivo, y aun así se ha encontrado con funcionarios que no creen en el trabajo de la entidad que dirige, y le muestran actitud de desdén.