SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Las más recientes estadísticas del Banco Central sobre la economía nacional eran para aplaudir. El pasado mes de abril, la actividad económica dio un salto tan significativo, que los números empujaron al organismo financiero reajustar su pronóstico de crecimiento económico, de 5 y 6% a 7 y 8% para el cierre del 2021.

Banco Central anunciaba en rueda de prensa reciente que el "extraordinario" crecimiento interanual de 47.1%, no eran un repunte, sino la reactivación de la economía manifestada con todos los números positivos: Construcción creció un 566.9 %; Hoteles, Bares y Restaurantes, 140.7 %; Zonas Francas, 82.6 %; Minería, 60.6 %; Otras Actividades de Servicios, 48.8 %; Transporte y Almacenamiento, 45.1 %; Manufactura Local, 34.4 % y Comercio, 22.7 %.

"En primer lugar, hay un efecto estadístico", advierte el economista Antonio Ciriaco, porque el punto de partida es abril del 2020, un momento en que la economía cayó -29.8 %. "Es obvio que el proceso de recuperación, lo que hace es que la economía se acelera".

El panorama tan positivo que mostró el Banco Central, tiene mucho que ver con que los números de abril del 2021 son resultado de la comparativa de abril del 2020, que fue el peor mes del año pasado, cuando hubo un bajón de -29.8 % interanual del Producto Interno Bruto (PIB), como consecuencia del confinamiento, toque de queda y el cierre de todas las fronteras y de las actividades productivas no esenciales.

Sin embargo, explica que esta aceleración debe analizarse en función de la cantidad de empleo que absorbe y, aún con el alto crecimiento que experimente la economía nacional este año, "los niveles del empleo que se destruyeron no serán equiparados con los empleos que se crearon en el 2019… Claramente, aun le falta mucho a la recuperación de la economía con potencial de absorber todos los empleos que se han destruido".

Para el economista Jesús Geraldo Martínez, el auge de la economía tiene una relación con el levantamiento de las medidas de movilidad de las personas y apertura de los horarios en los negocios. En efecto, el horario de toque de queda que se mantuvo desde inicios de marzo, todo abril y mayo, ha sido el más flexible desde el inicio de la pandemia en República Dominicana.

Y a estas libertades, también coincidieron las jornadas de vacunación que arrancaron en el mes febrero, la relajación de los protocolos sanitarios y la llegada de variantes más contagiosas.

Todo este escenario, fue caldo de cultivo para una nueva ola de COVID-19, con una tasa de positividad que aumentó de 10.35, con 37,108 casos activos y apenas 158 camas UCI ocupadas el 1 de abril, a alcanzar para el 31 de mayo un 15.3 % de positividad, con 48,581 casos activos y 410 pacientes en UCI.

"No se si hay manera de establecer una relación científica directa entre el auge de la economía dominicana con el brote del COVID. Pero sin duda alguna, la forma en la cual la gente ha ido perdiendo el miedo y el desconfinamiento, ha conducido, sí, a una aceleración de la actividad en el primer cuatrimestre de este año", agrega Henry Hebrard, también economista.

Hebrard explica también que la falsa seguridad de las vacunas, empujó a la gente a relajar las medidas sanitarias, y esto ha provocado una aceleración de actividades económicas, como hoteles, bares y restaurantes, comercio.

Para el economista Martínez, las nuevas medidas de movilidad que se extenderán en todo el país, por el momento una semana, no deberían afectar significativamente el desempeño de la economía. "Sin embargo, los sectores más vulnerables serán la micro, pequeña y medianas empresas que tendrán que cerrar sus operaciones por las nuevas restricciones. Sobre todo los fines de semanas, que es cuando realmente la economía tiene un mayor dinamismo de consumo por parte de las personas", advirtió.

Hebrard agrega que, si estas medidas se mantienen más allá de tres o cuatro semanas, sí podría tener un impacto en el ritmo de crecimiento que se ha pronosticado.

Efectos al turismo

Hebrard asegura que a la puerta del verano, el sector turismo queda golpeado con la simple noticia de que República Dominicana es uno de los tantos países que experimentan un rebrote de la enfermedad, en medio de un proceso masivo de vacunación.