La nueva variante del COVID-19 identificada con el nombre de ómicron pone al mundo en alerta una vez más. Pues con los países en plena fase de vacunación y reapertura, muchos se han visto en la necesidad de cerrar sus fronteras nuevamente.

A esto se le suma la poca información que se tiene sobre esta variante y la alta posibilidad de reinfección y propagación.

Ante esta realidad, Robert Paulino, el ex director científico del Comité de Emergencia y Gestión Sanitaria del COVID-19, responde dudas básicas sobre las expectativas del país ante la inminente llegada de la variante ómicron para diciembre, el mes de las fiestas navideñas.

¿Por qué aparecen variantes?

La aparición de nuevas variantes del COVID-19, o del Sars2, que es el virus causante de la COVID-19, eran de esperarse. Las variantes surgen justamente porque tenemos poblaciones que no tienen anticuerpos neutralizantes generados por las vacunas. Y por dicha razón tenemos todavía disparidades: regiones donde el porcentaje de cobertura de vacunación son muy bajas.

Se estima que cada 14 días, que es lo que se conoce como ciclo virológico, van a aparecer dos mutaciones en cada virus. Por lo tanto, a mayor transmisibilidad que se genera, mayores mutaciones van a surgir.

¿Qué pasa con ómicron y por qué se le clasifica como una variante de preocupación?

Se clasifica como una variante de preocupación porque tiene un cúmulo de mutaciones que puede haberse dado por tres situaciones particulares.

Una, porque se ha generado una transmisión constante sin que exista ningún tipo de control comunitario por anticuerpos circulantes de importancia. Segundo, porque sabemos hoy día que hay poblaciones que pueden generar infecciones crónicas y estar positivos durante meses, y a cada ciclo de 14 días se van generando y acumulando nuevas mutaciones. Y tercero, que el virus ha estado seleccionando mutaciones que le facilitan su transmisibilidad. Por lo tanto, lo que estamos buscando y lo que estamos viendo es que incrementa su capacidad de transmisibilidad.

¿La gente que se vacunó puede infectarse con ómicron y desarrollar manifestaciones clínicas severas?

De forma teórica eso podría ser posible. Sin embargo, en la vida real, cuando exponemos un virus ante la dinámica poblacional determinada, eso cambia mucho porque depende del porcentaje de cobertura de vacunación que una población va a tener. A eso se le conoce como efecto de almohada, o ‘cushion effect’, que significa que a mayor cantidad de personas que están vacunadas, más freno evolutivo va a tener un virus para poder seguir multiplicándose. Por eso es que es tan importante que la gente entienda que el proceso de vacunación no es personal, sino comunitario.

¿República Dominicana tiene suficiente efecto almohada para hacer frente a ómicron ?

Todavía no. Nosotros tenemos un estanco de 40% de la población todavía que no se ha vacunado y eso es un gran reto porque se parece mucho a la situación de otros países, no es un reto específico de República Dominicana, es algo que ha ocurrido en otros países también. Sin embargo, ¿qué hemos visto en los países que tienen una alta cobertura? Que no han ocurrido apariciones de variantes de alta preocupación porque el freno que genera a nivel comunitario ese porcentaje tan alto de personas vacunadas no permite que ocurra diversidad genética en el virus.

Esta fase de la pandemia se ha caracterizado por ser una pandemia de no vacunados. Las personas que se están enfermando y que están llegando a las unidades de cuidados intensivos y que se están muriendo son personas no vacunadas.

Si las vacunas no previenen que las personas se infecten, ¿cuál es el beneficio de utilizar las vacunas?

El beneficio es simple. Primero, que las vacunas generan un freno evolutivo ante el virus. Por lo tanto, si tienes una población muy alta de personas vacunadas, las partículas virales de las personas que se infectan y que ya tuvieron la vacunación completa, van a ser menores. Por tanto, su tasa de transmisibilidad es menor. En personas que no están vacunadas, la tasa de transmisibilidad es mayor. Y a mayor tasa de transmisibilidad, mayor tasa de mutaciones. A mayor tasa de mutaciones, más variantes.

Ante el panorama mundial, ¿desde la perspectiva científica se podría hablar de un nuevo estado de emergencia?

Es imposible en este momento hablar de un cierre de un país, no República Dominicana, en sentido general, porque cuando tienes variantes que están circulando ya desde hace mucho tiempo, las medidas restrictivas que lo que hacen es que cierran el contacto, realmente no tienen gran impacto. Puedes hacerlo o no hacerlo, es una decisión gubernamental, pero eso tiene más impacto en la psiquis de las personas que en el resultado epidemiológico.

 

¿Cuál es la dinámica de la transmisibilidad de las distintas variantes?

Nosotros tuvimos un tercer repunte de casos. ¿Qué lo causó? ¿Fue la Delta? No, no fue la Delta, fue la Mu, que era una variante de interés, no una variante de preocupación.

¿Y por qué razón esa variante Mu fue la que más estuvo presente? Porque tuvo una cadena de transmisión mayor y frenó la cadena de transmisión de Delta. Una no permitía que la otra se transmitiera. Ahora que ya vemos un declive en los casos de Mu, vimos un incremento de casos de nuevo que fue causado por la Delta.

¿Qué puede esperar la población dominicana para Navidad?

Nosotros vamos a tener unas festividades sin grandes cantidades de casos. La preocupación es enero y febrero, que eso ya lo vivimos durante el inicio del 2021, en el que tuvimos unas festividades que no tuvieron grandes problemas, pero entraron tantas variantes que en enero y febrero tuvimos una cantidad enorme de personas que se infectaron.

¿Qué se recomienda para hacer frente a ómicron?

PCR para poder entrar a República Dominicana, como otros países la exigen.

Desde el punto de vista doméstico tenemos que continuar con las medidas de distanciamiento y el uso de mascarillas. Esos son dos elementos que siguen funcionando y que vamos a tener que seguir utilizando muy probablemente hasta mediados del año que viene.