En Brasil, un joven indígena de una tribu aislada en la Amazonía tuvo su primer contacto con el mundo exterior hace unos días, presumiblemente para pedir fuego. Después de 24 horas, regresó al bosque. Un hecho poco común.
Con la corresponsal de RFI en Río de Janeiro, Sarah Cozzolino, y agencias
Un joven de una tribu indígena aislada que se acercó en Bela Rosa a una comunidad a orillas del río Purús, en la Amazonia brasileña, regresó voluntariamente a su pueblo menos de 24 horas después, informaron las autoridades brasileñas.
Los videos de esta reunión han sido transmitidos en todo el país. Muestra a un joven indígena, descalzo y vestido con un pequeño taparrabos trenzado, tratando de comunicarse. Se lo ve tranquilo y en buen estado de salud.
Lleva dos troncos bajo el brazo, razón por la que sus interlocutores pensaron que intentaba encender una hoguera. Lo filmaron e intentaron enseñarle a usar un encendedor. Hay algunos intercambios de risas. Los especialistas aún no han podido definir su origen étnico o idioma.
Un caso extremadamente raro
El joven fue luego atendido por la FUNAI, la institución de protección de los pueblos indígenas. El objetivo era comprobar que no se había contaminado antes de regresar a su comunidad. En esta región, un gran número de actividades ilegales de pesca y tala pueden contaminar a los pueblos circundantes.
La FUNAI precisó luego haber establecido vigilancia para evitar que la gente llegue al lugar donde se encuentra la tribu aislada. El joven mismo buscó este encuentro. Es un caso extremadamente raro.
Desde 1987, Brasil ha seguido una política de no contacto con pueblos aislados, con el fin de preservar su cultura y forma de vida. El país establece en cambio zonas protegidas y vigiladas, como Mamoriá Grande, cerca de donde se produjo el encuentro.
Se han identificado 114 pueblos aislados en el territorio brasileño, la mayoría en la Amazonía.
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