SANTO DOMINGO, República Dominicana.-América Latina ha tenido gobiernos considerados de izquierda, unos en alianza con sectores conservadores y liberales, otros de visión más ortodoxa que han contado con liderazgos carismáticos de gran apoyo popular.

En su sección de los viernes del programa A Partir de Ahora, de Acento TV, el antropólogo social Bernardo Matías resaltó que los organismos internacionales e incluso agencias calificadoras han reconocido que las políticas de estos gobiernos lograron impactar en el aumento del bienestar de las poblaciones de su respectivos países.

Citó que los datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) establecen que desde 2002 hasta 2014 la pobreza extrema disminuyó en América Latina, precisamente en el período en de mayor número de gobiernos de izquierda. En 2002 la pobreza extrema en la región afectaba al 12 por ciento de la población, y en 2014 se había reducido a 8 por ciento.

Este último año, señala Matías, 66 millones de personas había salido de la pobreza en la región. Los países más impactado por este hecho fueron Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Paraguay, Uruguay  y Venezuela.

Aunque la República Dominicana ha disfrutado de crecimiento económico en los últimos cincuenta años, y según las estadísticas ha visto reducir la pobreza, el especialista Bernardo Matías no incluye el caso dominicano por entender que este país no ha tenido gobiernos que se puedan considerar de izquierda.

¿Por qué fue derrotada la izquierda, pese a logros?

Bernardo Matías establece que cuando se habla de gobiernos de izquierda en América Latina hay que tener presente que se trata de una expresión muy diversa, heterogénea, no única. El Frente Amplio de Chile, el Frente Amplio de Uruguay son diferentes entre sí, y distintos a los gobiernos del PT de Brasil, de los Kirchner, en Argentina, y a los gobiernos de Nicaragua, Bolivia y Ecuador.

Resalta que pese a sus logros esos gobiernos y sus partidos sufrieron derrotas electorales o fueron sacados del poder mediante golpes de Estado.

Las derrotas las atribuyó a los escándalos de corrupción y a que los modelos de resdistribución de riquezas no fueron sustentables en el tiempo.