Los expertos afirman que el trabajo es una de las siete dimensiones de la felicidad, como pueden ser también la familia, los amigos, las aficiones y la pareja. Pero es necesario que todos los que trabajan en una organización educativa o no, estén contentos y motivados para ser más productivos.
Según Robbins (2004), las investigaciones sobre el comportamiento organizacional giran alrededor de tres actitudes de las personas: la satisfacción con el trabajo o satisfacción laboral, la participación en el trabajo y el compromiso con la organización. En relación a la primera actitud, es importante mantener satisfechas a las personas que desempeñan un trabajo. Y aunque durante mucho tiempo se pensó que la satisfacción era producida por el sueldo, es decir, a más dinero, mayor satisfacción, existen evidencias de que esto no es así.
Lo que sí se sabe es que la persona satisfecha no rehúye a su trabajo, por el contrario busca la excelencia y la calidad del mismo, aun no le reporte un incremento monetario, pues su interés es constituirse en un activo valioso para su organización y como está identificada con su tarea realizará su función con más ilusión y energía. En cambio, si la persona no está interesada en su tarea la rechazará automáticamente, actuará con desánimo y no le dedicará la atención que merece.
De acuerdo a la literatura, trabajar no debería ser una obligación sino una satisfacción diaria, que para disfrutarse a plenitud se conforma de distintos aspectos, siendo el principal el salario, el cual se compone de dos tipos: monetario y no monetario. El segundo complementa al primero y en muchas ocasiones le ofrece mayor satisfacción al empleado. A este se le denomina salario emocional (SE).
El SE es un concepto que está en boca de muchos trabajadores que buscan un nuevo o mejor empleo, y de organizaciones que lo están incorporando para captar personal más productivo, talentoso y comprometido. Comprende aquellas retribuciones que Ia empresa proporciona a sus empleados, pero que no es de tipo monetario. Se define como salario, porque es un pago que se brinda al trabajador a cambio de su trabajo y emocional debido a Ia implicación que tienen estos beneficios no monetarios en Ias emociones o Ia satisfacción de Ia persona con respecto a su trabajo (Gay, 2006).
Todos los trabajadores necesitan cierto SE, no solo para sentir que su trabajo tiene un sentido, sino para continuar creciendo, desarrollándose y dando lo mejor de sí mismos a la empresa. Esto se traduce en un empuje que llevará al cumplimiento de objetivos y metas, pues contribuye al desarrollo de relaciones laborales donde empresa y trabajadores saldrán ganando (Lemos Rodríguez, 2019).
El concepto relativamente nuevo de SE abre caminos para plantear en las escuelas, liceos y politécnicos del país, formas no monetarias de compensar a maestros, profesores y personal, para aumentar su motivación, satisfacción y compromiso laboral, lo cual podría contribuir a hacer realidad el mejoramiento de la calidad de la educación, en los niveles preuniversitarios. Además, el SE es importante para que todos los colaboradores en una organización se sientan comprometidos, sientan gusto de ser parte de esta y su trabajo vaya acorde a los objetivos organizacionales (Hurtado Vargas, 2013).
La inteligencia emocional juega un papel importante en el desarrollo de acciones que promuevan el SE, debido a que favorece en las personas el desarrollo de competencias como el autocontrol, la empatía, el optimismo y otros. A su vez, facilitan las relaciones de convivencia sana en la familia, el trabajo y otros ámbitos. Por tal razón, es un recurso que contribuye al mejoramiento del clima organizacional, logrando así satisfacer necesidades emocionales de los empleados a nivel profesional y familiar, y a la obtención de resultados satisfactorios para el crecimiento profesional.
Entre los factores que influyen en el mejoramiento del clima organizacional se incluye el SE, un recurso que debiera posee toda organización porque contribuye a mejorar el de toda la entidad, logrando así satisfacer necesidades emocionales de los empleados no solo a nivel profesional sino también familiar, lo que conlleva a obtener resultados satisfactorios para el crecimiento profesional y de la propia institución.
Parecería que en los centros educativos el salario no monetario sería responsabilidad exclusiva del equipo gestor. Sin embargo, París Escribano (2012) lo extiende a los estudiantes, identificando como SE para los docentes las vivencias que ocurren entre ellos al expresar: “El dinero es importante, pero este tipo de gratificaciones quizá más”: a) la complicidad que se percibe con los alumnos, b) las sonrisas que reciben diariamente, c) las palabras de ánimo que les dicen, d) a que los hacen sentir guapos, importantes y sabios; d) creen en ellos, e) comparten secretos con ellos, f) cuando los ven aprender, g) cuando les dan besos, abrazos, les fotografían o dibujan, h) les dicen que les gusta la voz, i) les calma cuando se les recuestan en el hombro, y sobre todo porque los quieren de verdad, sin pedir nada a cambio.
En la actualidad, la escuela dominicana experimenta conflictos y violencia que afectan su imagen frente a la sociedad y repercuten en la salud e integridad física de la comunidad educativa, afectando el desempeño de los docentes y los aprendizajes de los estudiantes. De modo que es necesario e imprescindible que el clima laboral de las escuelas cambie. Un ambiente laboral ameno, donde se promueva el sentido de pertenencia y el compromiso con las funciones y tareas de cada uno, será siempre una ventaja para la calidad y el mejor desempeño de directivos y docentes.
La implementación del SE en cada centro educativo puede propiciar la oportunidad de que el personal se sienta inspirado, atendido, considerado y apreciado, lo que beneficiaría su autoestima. Crea un compromiso con la organización, lo que puede mejorar significativamente el desempeño de los docentes y los aprendizajes del estudiantado. Además, las investigaciones confirman que retiene los buenos docentes de cada escuela.
Sin duda, se aprende más y mejor con maestros y profesores bien formados, satisfechos, motivados y comprometidos con la profesión de enseñar. La finalidad del SE apunta hacia la obtención de un mejor desempeño del personal en las empresas, y la Educación es la gran empresa de las escuelas que forman a todos.