No tiene ideología de ninguna índole (no es derecha, ni izquierda, ni centro). No tiene un liderazgo de vanguardia tirado a la calle (lo que tiene es burócratas que no les hacen espacios a nuevos líderes). No habla con suficiente energía (ni ha sido capaz de cometer el más mínimo alboroto). No tiene órganos periféricos hiperactivos (campesinos, obreros,  empresarios, académicos, juveniles, femeninos…). No tiene a nadie que de vez en cuando se vuelva “loco”. En fin, el PRM es lo que menos se parece a aquel auténtico PRD del que proviene (y ojalá que no devenga en una entelequia similar al PRD C. por A. de Miguelito).