Bocinas, es el nombre que se le ha dado al ejército de periodistas/sicarios pagados para amplificar y magnificar determinadas acciones u obras del actual gobierno que como especie de caballos de Troya, medran y accionan en los medios escritos, televisivos y radiales, básicamente. Sin embargo, el irrespirable e insostenible ambiente corrupción e impunidad en que discurre el sistema político del país ha determinado que algunos altos ejecutivos y miembros de los medios más importantes hayan tomado una posición de distancia y hasta de condena a dicho ambiente, lo cual es otra demostración de la profundidad y vastedad del descontento que ese expande en la sociedad y de la profundidad de la crisis de gobernabilidad por que la atraviesa el régimen.
Es bastante difundida la expresión de que la prensa dominicana se ha vendido a este gobierno, pero eso es una generalización que no hace justicia al sostenido combate de importantes sectores de esa prensa contra este y otros gobiernos, exigiendo transparencia y manejo decente de la cosa pública. No todos han vendido sus plumas o sus voces y aunque no todos han llegado al activismo militante de otros, sí han ejercido su profesión con decoro; al igual que no pocos de aquellos que de una u otra manera ocupan una función en la administración del Estado. Lo importante a destacar, para fines político y de justicia es que la estructura mediática del gobierno, a través de la cual ha organizado gran parte de su consenso o hegemonía, tiene una seria fractura.
La posición de distancia y combate a los escándalos de corrupción e impunidad en que discurre gran parte de la clase política del país, de parte esos sectores de la prensa no es una casualidad, con esa actitud lo que estos hacen es recoger lo mejor de la tradición del periodismo dominicano que en diversas coyunturas y etapa de la vida política del país se han puesto en primera fila en la defensa de las libertades conculcadas o por conculcar por gobiernos de fuerza de vocación centralizadora y usurpadora de los bienes públicos, como lo es el presente gobierno. También, estos se ponen a tono con el papel de la prensa en diversos países ante determinados escándalos que ponen en vilo las sociedades y amenazan los bases en que estas se asientan. El caso de los sobornos Odebrecht es solo un ejemplo.
La prensa a nivel mundial ha jugado un papel esencial en las luchas contra los excesos de poder, recordemos los casos de Watergate, el Apartheid, los crímenes de estado durante los 12 años de Balaguer, etc. Los últimos casos de corrupción e impunidad son ejemplos de esos excesos y abusos del poder que determinan que la prensa responsable, ora por conciencia, ora por instinto se involucre en las luchas contra la prepotencia. Algunos gestos y hechos de algunos medios y periodistas apuntan hacia un involucramiento de la prensa en la lucha del movimiento iniciado el 22 de enero pasado, continuado con el Libro Verde en febrero, con la gran marcha realizada en Puerto Plata y con la que sigue este 26 de marzo Santiago.
Las bocinas, están sobrepasadas por la amplitud de esas marchas y del sentimiento de repulsa en la población sobre el significado del tema Odebrecht, el pobre talento de la generalidad de los miembros que conforman ese escuadrón de sicarios hace que la presente coyuntura les quede grande, sus argumentos son extremadamente pobres para detener la ola de repulsa contra el entramado de corrupción y la impunidad en que se soporta el gobierno, fracasan en el intento de minimizar la marchas y otras acciones de protestas y en denostar a sus participantes y organizadores. De ahí el nerviosismo de muchos, de ahí la reciente expresión de nerviosismo del Presidente ante las preguntas que sobre el tema Odebrecht le formularan varios periodistas de diversos medios.
Y que la profundidad de crisis de gobernabilidad por la que atraviesa el presente gobierno no se detiene con bocinas, ni con argucias jurídicas sus abogados, las sucesivas noticias y filtraciones llegan desde Brasil y los Estados Unidos sobre quienes recibieron sobornos mantienen en vilo a este gobierno, a diversos funcionarios del sector públicos, del empresariado y al presidente Medina, el cual a pesar de sus golpes de efectos prometiendo e inaugurando obras no logra enfriar una caldera que concentra descontento que sube de temperatura mientras más se acerca un mes de junio que se presenta como apocalíptico …