La composición de la nueva Junta Central Electoral es resultado de la lucha de los partidos de la oposición para renovar los órganos electorales y convertirlos en árbitros independientes e imparciales.
La consigna original de la oposición proponía que ninguno de los cinco (5) miembros de la JCE presidida por Roberto Rosario debía ser confirmado. En la nueva Junta recién designada, cuatro de los cinco miembros titulares son nuevos, y solo una, la Doctora Rosario Graciano, es miembro de la Junta saliente.
El bloque de partidos de la oposición también propuso que ninguno de los miembros de la nueva Junta formara parte de partido político alguno.
De los miembros de la JCE anterior, cuatro eran militantes políticos partidistas, incluyendo a su presidente Roberto Rosario.
La nueva JCE incluye a un militante del PLD y otro del PRD y a tres (3) personalidades sin militancia política, incluyendo a su presidente Doctor Julio Cesar Castaños.
Por otro lado, contrario a lo que han propalado voceros del PLD, cuando los partidos de la oposición se retiraron del dialogo en la PUCMM lo hicieron porque los doctores Rafael Alburquerque y Reinaldo Pared Pérez, representantes del PLD, se negaron radicalmente a que se incluyera en la agenda el tema de la composición de la JCE y del Tribunal Superior Electoral (TSE), solo proponían discutir las leyes de partidos políticos y la de reforma electoral. Su negativa a discutir la composición de la JCE y el TSE fue tajante y firme.
Existen decenas de crónicas de prensa que testimonian esa situación. Los voceros del PLD decían que la designación de la JCE y el TSE era materia del Senado y del Consejo de la Magistratura y que hacer lo contrario seria “violar la Constitución”.
Paralelamente a ese discurso y los encuentros en la PCUMM, el Senado trabajaba a toda velocidad y puso fecha inmediata para ratificar – en una acción relámpago – la mayoría de la Junta de Roberto Rosario.
En esa contexto, sin acuerdo en la agenda, y con la amenaza del Senado pendiendo sobre sus cabezas, los lideres de la oposición entendieron que el dialogo era una farsa y una encerrona tendida por el Gobierno y el PLD. El plan era simple: designar la Junta de acuerdo a la Constitución mientras la oposición se entretenía en el dialogo.
En otras palabras, el bloque de oposición nunca se retiro del dialogo sobre la composición de la Junta, sino que este jamas tuvo lugar con el PLD puesto que este partido se negó a discutir dicho punto. Quería discutir sobre las leyes, no sobre los jueces, que las aplican. La oposición tenia derecho a no dejarse entretener y engatusar. (Por cierto, nuevamente presenciamos el espectáculo penoso y vergonzoso de mas de 200 profesionales que fueran vilmente engañados exigiéndoles curricula, referencias, presentaciones, entrevistas, etc, a pesar de que los propios senadores sabían que todo era una farsa, puesto que la selección final la decidirían dos o tres personas , al margen de toda consideración que no fuese la de sus intereses políticos y personales sectarios, no nacionales).
No obstante, vale reconocer que la nueva JCE es una conquista mediatizada, insuficiente, pero un aporte de los partidos políticos de la oposición encabezada por el PRM, así como de las organizaciones de la sociedad civil, en esta justa lucha por la institucionalizad electoral y la democracia de nuestro país.