El pasado miércoles 21 de marzo, al despuntar la primavera, se conmemoró, a nivel mundial, el “Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial”. La página de las Naciones Unidas confirma que el racismo es un problema global, aunque en cada país tengan sus características propias: “El racismo, la xenofobia y la intolerancia son problemas comunes en todas las sociedades. De igual manera, las prácticas discriminatorias —dirigidas especialmente contra migrantes, refugiados y afrodescendientes— son frecuentes”.
Para el pasado miércoles 21 había sido convocado un encuentro, en el parque Duarte, en la ciudad colonial de Santo Domingo, contra el racismo, la xenofobia, y el odio contra los inmigrantes haitianos, así como contra los dominicanos y dominicanas negros, de origen haitiano, convertidos en apátridas por la fatídica sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional. El encuentro no se hizo a la hora prevista, que era a las 5:00 p.m., porque sus convocantes tuvieron que cambiar el horario al enterarse de que un grupo de neo-nacionalistas se estaba preparando para boicotear e impedir la realización del encuentro en lugar previsto. No obstante, el encuentro se realizó en torno a las 9:30 a.m. aunque un oficial de la policía municipal intentó impedir la realización del encuentro y hasta el despliegue, en aquel lugar, de un cartel que decía: “El racismo nos mata”.
No me enteré a tiempo de que el encuentro había sido suspendido y junto a mi compañera nos apersonamos al parque Duarte, a la hora que originalmente había sido convocado el encuentro. Nuestra sorpresa fue que allí no nos encontramos con nuestros compañeros y compañeras de lucha de las organizaciones populares, sino que en el parque había un grupo de personas reunidas que había cubierto el monumento de Juan Pablo Duarte de una serie de carteles y letreros de tipos racistas, xenófobos (bien confeccionados y hechos en imprenta), contra los inmigrantes haitianos y sus defensores. Además, en la acera de en frente habían puesto un camión lleno de bocinas, desde donde se proferían todo tipo de mensajes racistas y xenófobos. A ese grupo no solo se les permitió llenar de letreros el entorno de la estatua del patricio J.P. Duarte, sino que, según me comentó uno de los participantes, ellos contaban con el permiso del ayuntamiento para hacer la actividad, mientras que allí no apareció ningún funcionario del ayuntamiento que impidiera tal manifestación. Al mismo tiempo, presenciamos como fueron sacados del parque dos jóvenes que habían preparado una especie de teatro en contra del racismo y de la esclavitud de los negros.
En las últimas semanas se ha retomado el debate sobre el odio y el racismo en el territorio isleño, sus raíces históricas, sus causas y sus consecuencias. Algunos de los artículos publicados en diferentes medios buscan aportar al debate. Entre éstos, recomiendo la lectura de los siguientes: “El origen del racismo dominicano”, (E. Jorge Prats, http://hoy.com.do/el-origen-del-racismo-dominicano-2/); “Un llamado contra el racismo y el odio”, (A. Stanley, https://acento.com.do/2018/opinion/8548969-llamado-racismo-odio/), “Racismo de Estado en República Dominicana”, (A. Pérez, https://www.telesurtv.net/opinion/Racismo-de-Estado-en-Republica-Dominicana-20150711-0055.html), “Pastoral Católica de Migrantes pide cese del antihaitianismo, el antidominicanismo, la xenofobia y el racismo a ambos lados de la frontera”, (https://acento.com.do/2018/actualidad/8548949-pastoral-catolica-migrantes-pide-cese-del-antihaitianismo-antidominicanismo-la-xenofobia-racismo-lados-la-frontera/), ¿Qué es racismo? (M. Bosch, https://acento.com.do/2018/opinion/8548106-que-es-racismo-i/), Reclaman en R. Dominicana ley para eliminar racismo y discriminación, (http://www.7dias.com.do/portada/2018/03/21/i241382_reclaman-dominicana-ley-para-eliminar-racismo-discriminacion.html#.WrP9RujwbIU), “Una República Dominicana libre de racismo (y corrupción)”, (A. Alcántara, https://acento.com.do/2018/opinion/8548519-una-republica-dominicana-libre-racismo-corrupcion/); “Racismo y antihaitianismo en República Dominicana” (R. Moreta, http://almomento.net/racismo-y-antihaitianismo-en-republica-dominicana/), “El racismo en la Republica Dominicana”, (A. Pimentel, http://visionglobal.over-blog.com/article-29805673.html).
Juan Bosch, maestro de ética y de política al servicio de los mejores intereses de los “hijos e hijas de Machepa”, desde el exilio cubano, en 1943, en una carta dirigida a unos intelectuales dominicanos a los que consideraba imbuidos de racismo y antihaitianismo; les decía: “Me refiero a la actitud mental y moral de Uds. – y por tanto de la mejor parte de mi pueblo – frente a un caso que a todos nos toca: el haitiano (…). Los he oído a Uds. expresarse, casi con odio hacia los haitianos, y me he preguntado cómo es posible amar al propio pueblo y despreciar al ajeno; cómo es posible querer a los hijos de uno al tiempo que se odia a los hijos del vecino, así, sólo porque son hijos de otros. Creo que Uds. no han meditado sobre el derecho de un ser humano, sea haitiano o chino, a vivir con aquel mínimo de bienestar indispensable para que la vida no sea una carga insoportable; que Uds. consideran a los haitianos punto menos que animales, porque a los cerdos, a las vacas, a los perros no les negarían Uds. el derecho de vivir…”
Bosch continuó exponiendo en su carta sus más profundas convicciones: “Pero creo también que Uds. sufren una confusión; que Uds. han dejado que el juicio les haya sido desviado por aquéllos que en Haití y en la República Dominicana utilizan a ambos pueblos para sus ventajas personales. Porque eso es lo que ocurre, amigos míos. Si me permiten he de explicárselo: El pueblo dominicano y el pueblo haitiano han vivido desde el tiempo de la colonización hasta hoy – o desde que se formaron hasta la fecha – igualmente sometidos en términos generales (…). Ahora bien, así como el estado de ambos pueblos se relaciona, porque los dos padecen, así también se relacionan aquéllos que en Santo Domingo igual que en Haití explotan al pueblo, acumulan millones, privan a los demás del derecho de hablar para que no denuncien sus tropelías, del derecho de asociarse políticamente, para que no combatan sus privilegios, del derecho de ser dignos para que no echen por el suelo sus monumentos de indignidad. No hay diferencia fundamental entre los dominicanos y los haitianos de la masa como no hay diferencia fundamental entre los dominicanos y los haitianos de la clase dominante”.
El debate sobre el racismo y el odio xenófobo en el territorio isleño tendrá que seguir abierto. Mientras tanto, asumamos la invitación hecha recientemente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU): “A los Estados se les insta a que tomen medidas integrales para combatir el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y la intolerancia, así como que promuevan la tolerancia, la inclusión, la unidad y el respeto a la diversidad (…). Pues cada día, todos nosotros podemos alzarnos contra los prejuicios raciales y las actitudes de intolerancia. En diciembre de 2018 se cumple el 70º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; celébralo sumándote a la lucha contra el racismo y defendiendo los derechos humanos”.