El autor es el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela. Julio Andrés Borges Junyent, más conocido como Julio Borges, es un político y abogado venezolano, diputado a la Asamblea Nacional de Venezuela por Miranda durante los períodos 2000-2005, 2010-2015 y 2016-2021

 

Venezuela sufre una hecatombe política y económica marcada por la hiperinflación: 4000% en los últimos tres años, una dramática contracción económica del 20% en 2016, un 80% de escasez de alimentos y medicinas básicas, 28.500 homicidios ocurridos solo el año pasado, y una democracia moribunda mancillada por un gobierno que golpea la independencia a los poderes del estado.

Esta crisis económica y social, combinada con la actitud crecientemente autoritaria de Nicolás Maduro, ha creado los elementos para un peligroso estallido social por un pueblo harto de vivir en penuria y a quienes le han negado la oportunidad de expresar su deseo de cambio en las urnas. Es por esto que los líderes latinoamericanos y del Caribe reunidos en República Dominicana esta semana para asistir a la Cumbre de la CELAC tienen una responsabilidad de levantar su voz colectiva a favor de la realización de elecciones generales en Venezuela y el respeto a la separación de poderes en Venezuela. Esto es un clamor de toda nuestra nación.

Todo lo que los venezolanos pedimos es una oportunidad de expresar nuestro deseo de cambio a través de un voto popular. Reconocemos que esta es la mejor vía, constitucional, pacífica y democrática para cambiar el rumbo de nuestro país. Rumbo que nos permita superar la peor crisis que hemos vivido en nuestra historia republicana y hacer que se respeten las instituciones del Estado, empezando por la Asamblea Nacional, que fue legítimamente electa por una avasallante cantidad de venezolanos que claman por una solución a sus problemas.

En el pasado año, hemos visto con profunda frustración como el gobierno de Nicolás Maduro ignoró la  voluntad del pueblo expresado en las urnas, luego de que la oposición venezolana ganará las elecciones parlamentarias en diciembre de 2015, alcanzando así la mayoría calificada dentro de la Asamblea Nacional. Ante su gran derrota, a través del absoluto control político que ejerce sobre el Tribunal Supremo de Justicia, con 44 sentencias ha anulado el ejercicio de las funciones constitucionales del Parlamento. Esto, es una representación de la mayor violación a las instituciones democráticas del país, la separación de poderes y la Constitución de la República.

De esta misma manera, a través de tribunales incompetentes se anuló el proceso para la realización del Referendo Revocatorio contra Nicolás Maduro, establecido en la Constitución. El plebiscito fue suspendido a pesar que ocho de cada diez venezolanos desaprueba la gestión del Presidente y que los convocantes del proceso cumplieron a letra cabal las distintas reglas que el Consejo Nacional Electoral, otro poder secuestrado por el Ejecutivo Nacional, fue arbitraria e ilegalmente imponiendo para dificultar y finalmente impedir la celebración de estas elecciones.

Más aún, este Poder en confabulación con el Gobierno Central, retrasó las elecciones para gobernadores y alcaldes en todo el país, las cuales debieron celebrarse en diciembre de 2016 por mandato constitucional. Hasta el día de hoy, no se tiene una fecha pautada para estas elecciones. Añadido a esto, en las últimas semanas, ante el creciente deseo popular de realizar elecciones generales, el Gobierno ha lanzado una nueva ola represiva contra líderes opositores, encarcelando a un Diputado de la República mediante un procedimiento inconstitucional violatorio de su inmunidad parlamentaria.

La CELAC está llamada a cumplir su misión de promover el desarrollo de los países de la región sobre una base democrática. En Venezuela, esa base democrática se desvanece día tras día. Le pedimos a los líderes de la CELAC pronunciarse ante el clamor de 30 millones de venezolanos que solo desean construir un país próspero y democrático, en aras de alcanzar una vida pacífica, en donde sus metas y objetivos no sean sueños inalcanzables, sino oportunidades tangibles y posibles.