“He visitado con frecuencia comunidades de Cisjordania donde conocí palestinos luchando por libertades básicas y dignidad frente a la ocupación israelí; he pasado por puestos militares de chequeo que pueden convertir las rutinas diarias de ir a la escuela o al trabajo en un verdadero tormento; he escuchado a hombres de negocios que no pueden conseguir los permisos necesarios para llevar sus productos al mercado y familias luchando para asegurar un permiso solamente para viajar en busca de cuidados médicos”. Este párrafo del discurso de Kerry legitima de una sola vez los reclamos formulado durante décadas, a saber, que la ocupación israelí de territorios palestinos y la desarticulación de ese territorio en infinidad de isletas constituye no solamente un obstáculo formidable al establecimiento de un Estado palestino sino una fuente diaria de vejámenes y abusos que de por si, solamente considerándolos aparte, bastarían para deslegitimizar por completo todas las pretensiones israelíes.
Kerry reconoce que las restricciones a la libertad de movimiento impuestas por Israel no han sido realmente necesarias para la seguridad pero no consigna algo importante y es que nunca ha sido dicha seguridad la razón tanto de estas limitaciones como de los abusos y vejámenes a que son sometidos los palestinos. Estas políticas de acoso, vejámenes y ultrajes han seguido una lógica diferente que el discurso diplomático no aborda bien por delicadeza bien por complicidad. La razón que ha guiado la política de abusos israelíes contra los palestinos en el mismo y propio territorio de Palestina ha sido diseñada para hacerle la vida desagradable, odiosa e insegura hasta lo imposible porque la finalidad buscada siempre ha sido hacerles la vida imposible para forzarlos a la emigración, a irse a cualquier parte del mundo y para tal fin, las autoridades israelíes han estado dispuestas siempre a colaborar.
Adicionalmente, Israel siempre recibió un respaldo importante de los grandes medios de comunicación que sistemáticamente han ocultado, manipulado o rebajado la importancia de los crímenes israelíes. También y como práctica regular, han rebajado el lenguaje empleado acudiendo a eufemismos para disfrazar los abusos sobre el terreno, como consigna Robert Fisk el 29 de diciembre pasado en The Independent: “Yo todavía hoy compruebo que en nuestros periódicos y nuestra televisión el muro israelí es una “valla de seguridad”, sus colonias son “asentamientos” y estos son solamente “disputados” no francamente ilegales”.
El documental “The GateKeepers” recoge el testimonio de unos seis ex jefes del Shin Beth israelí deja claro y documentado que la idea de la represión israelí y de los abusos, maltratos y humillaciones a los palestinos ha sido forzarlos al exilio a base de proporcionarles tantas privaciones, tantos abusos y tantas restricciones como para hacerlos emigrar, escapar. La gran sorpresa del establishment israelí ha sido empero que, a partir de la primera Intifada, se ha revelado, mas o menos con claridad, que los palestinos no están dispuestos a emigrar y rendirse sino a luchar y morir por lo suyo.
Tras reiterar las acusaciones habituales sobre la población de Gaza respecto de incitar y glorificar la violencia, Kerry aborda de nuevo la realidad sobre el terreno y dice: “La situación humanitaria en Gaza es terrible y resulta exacerbada por el cierre de los puntos de tráfico. Gaza alberga una de las mayores concentraciones de densidad de población. Sufriendo extremas penurias con muy pocas oportunidades 1.3 millones de personas de un total en Gaza de 1.8 millones están en necesidad de asistencia diaria de albergue y comida. La mayoría tienen electricidad solamente la mitad del tiempo y apenas el 5% del agua es apta para beber”. ¿Como entonces puede pretenderse que esa misma población no persiga cursos de acción conforme al nivel de abuso a que es sometida?, ¿como pedirles que no sean violentos si los israelíes ejercen violencia permanente contra ellos?. Aunque a primera vista parece un reclamo injusto de su parte, en realidad, la admisión de Kerry de esta realidad sobre el terreno desmiente todas las mentiras y fantasías con las que Israel intenta cubrir los crímenes de su ocupación. Todavía mas importante es registrar que, no obstante estas críticas de Kerry a Hamás y a los palestinos en general, es notorio que las quejas y denuncias de estos son por primera vez asumidas por la diplomacia americana que siempre se ha referido a los derechos de los israelíes y nunca a los derechos de los palestinos como tampoco ha sido práctica de esa diplomacia equiparar los derechos de unos con los de otros. En otras palabras, la causa palestina, a pesar de los compromisos americanos con la diáspora judía y con la comunidad judía financiera internacional, han empezado a revelar dos cosas y ambas son nuevas. Una es la equiparación de los derechos de los palestinos con los de los israelíes y otra la realización de que la finalidad ultima del establishment israelí es la de establecer un estado unitario judío, excluyente e intolerante. Los Estados Unidos nunca han suscrito semejante propósito no solamente porque hayan sido signatarios de las resolución 242 de las Naciones Unidas que ratifica la partición y llama a las partes a ocupar las posiciones anteriores a la Guerra de los Seis Días de 1967 sino porque cualquier política americana en el mundo árabe y en el mundo musulmán sería inviable si hubieran suscrito la tesis del estado judío unitario.
Finalmente, Kerry parece consolidar su línea de argumentación de la manera siguiente: “Hay actualmente unos 2.75 millones de palestinos viviendo bajo la ocupación militar en Cisjordania donde tienen autonomía limitada. Están restringidos en sus movimientos diarios por una red de puestos de chequeo y no se les permite moverse hacia o desde Cisjordania sin un permiso de los israelíes.
Si solamente hubiera un Estado, tendríamos millones de palestinos viviendo permanentemente en enclaves segregados en Cisjordania sin derechos políticos reales, educación separada y sistema de transporte, amplias disparidades de ingreso bajo una ocupación militar permanente que los priva de sus libertades básicas. Separados y desiguales es lo que tendríamos y nadie puede explicar como funciona eso”. Está claro que semejante escenario está preñado de conflictos que, a no dudarlo arrastrarían a los propios Estados Unidos. Es la prevalencia del pensamiento religioso y el oportunismo de los colonos de extrema derecha los que insisten en procurar una solución solamente justificable sobre bases doctrinarias. Desde el punto de vista laico y democrático ese camino conduce al aislamiento de Israel y por eso, casi todos los jefes y ex jefes militares y del aparato de seguridad israelí tanto del Mossad como del Shin Beth se han manifestado, reiteradamente, en contra de esas políticas advirtiendo sus consecuencias futuras y reiterando la solución de los dos Estados como la única viable y segura.
En el discurso de Kerry se percibe cierto grado de agotamiento, de hastío a fuerza de tantos años de apoyo incondicional a Israel para que al final no hayan avances de paz, ni siquiera agradezcan el apoyo y encima de todo se permitan morder la mano que los alimenta.