El Estado Dominicano es un Estado macrocefálico. Un Estado grande, costoso e ineficiente. Un Estado malgastador, con una mala calidad del gasto y de sus prioridades. Un Estado pesarosamente endeudado. A todo esto, sumamos que constituye un Estado donde para nada impera la meritocracia. Es un Estado donde, todavía en la segunda década del Siglo XXI, prevalece el despojo político; incluso, dentro de un mismo partido en el poder.

Somos, quizás, la única sociedad con el nivel de democracia media donde los gestores públicos ingresan a dirigir áreas de los poderes públicos sin ninguna experiencia, con un expertise cuasi nulo y con competencias profesionales muy divorciadas de las funciones que ponen sobre sus hombros.

El Estado nuestro, que trazando cierta analogía con un camión que existía en los años 60 que se llamaba GMC, y que el pueblo dominicano bautizaría como Grande, Malo y Caro; constituye un Estado donde existe una ausencia de los principios mínimos de una Gerencia Moderna, de una Gerencia Efectiva. Mucho menos conoce los nuevos paradigmas de la Gerencia. No asumen, como diría el gran Gurú de la Administración, Peter Drucker, que “la misión define la estrategia y la estrategia define la estructura. La Gerencia es el Órgano específico y distintivo de toda organización”.

El Estado Dominicano y con ello el Poder Ejecutivo, en distintos tránsitos del tiempo, recluta y selecciona personas que no son competitivas para los puestos que le son asignados. Eso no quiere decir que esas personas no sean competentes, preparadas, serias y decentes. Lo que estamos diciendo es que seleccionan personas que no tienen el perfil para asumir los puestos que le han otorgado.

Todo puesto o cargo requiere para cumplir con los objetivos del mismo y con los objetivos de la organización, que se realicen un conjunto de tareas o funciones propias de sus características. Es lo que se llama en Gerencia de Recursos Humanos: Descripción del Puesto. La Descripción del cargo deriva las competencias que habrá de tener la persona para llevar de manera excelente esas funciones.

Las competencias de las personas es lo que se denomina: Especificación del Puesto, que es el conjunto de conocimientos, de experiencias, de habilidades y destrezas, que tiene que tener la persona que asume el puesto. Hoy hablamos incluso del perfil, no solo profesional, sino del perfil psicográfico, emocional y de inteligencia social que requiere una persona para ocupar un puesto determinado.

En el mundo de hoy no es suficiente pero si necesario, ser una persona decente, seria, trabajadora, transparente, para un cargo determinado y más en la esfera pública, donde tenemos que hacer más con menos y donde tenemos que trabajar con más diafanidad, con más rendición de cuentas que en ningún otro lugar. Porque tener personas no significa tener Talento y es precisamente Talento lo que amerita el Estado Dominicano. Talento es la suma de conocimientos: Saber, Habilidad, Saber hacer, Juicio y Actitud. Siempre en función del puesto, dado que nadie es competente y talentoso en todo.

Vislumbrar el Talento Humano significa, en su selección buscar el objetivo primario, que es sumar competencias individuales; la eficiencia, que es sumar competencias necesarias para la organización y la eficacia, que es contribuir con nuevas herramientas para construir sinergia en la organización y en consecuencia, ser más competente. Determinar, incluso, el costo de esa selección para la organización, para la sociedad y en su derivación, las expectativas reales de posible rendimiento.

Un Estado Social y Democrático de Derecho no puede seguir manejándose merced a la clientela partidaria y al grupo particular de un partido determinado en la selección de los hombres y mujeres; desconociendo las competencias deseadas en cada puesto, las características del candidato y el análisis y descripción del Cargo. Aquí se busca la persona para que ocupe el puesto, sin entender la dinámica que encierran los mismos más allá del alcance político.

Veamos algunos ejemplos:

  1. El Director de Aduanas estudió Física, tiene que depender demasiado de los colaboradores. Los 3 niveles de los puestos ejecutivos ameritan de tres dimensiones para dirigir: Habilidades técnicas, Humanas y Conceptuales. En éste caso adolece de dos.
  2. El Ministro de Medio Ambiente. Somos el Octavo país del mundo con más vulnerabilidad con respecto al Cambio Climático. Ahí tenemos un Médico Pediatra. Con fallas técnicas y conceptuales. Existiendo en el país verdaderos expertos en la materia.
  3. El Ministro de Salud: Profundas deficiencias gerenciales, sobre todo, fallas conceptuales.
  4. El nuevo Ministro de Relaciones Exteriores. Una cartera muy compleja, que se requiere un expertise súper especial: Dominio de las Relaciones Internacionales. No es solo gerenciar el caos que hay allí, sino cómo interactuamos en ese concierto que significa 205 países. Podrá ser el mejor arquitecto del mundo, el más serio del mundo, pero no tiene el perfil para ese Ministerio.
  5. El Periodista Rafael Ovalles en INFOTEP (uno de los requisitos para ser Director es contar con una experiencia o conocimiento de administración de instituciones de la naturaleza del INFOTEP de por lo menos de 10 años). Que sepamos no tiene experiencia en el área de la Educación, del Desarrollo del Talento Humano; del Desarrollo y la innovación para la implantación de planes estratégicos para el desarrollo de las empresas.

En definitiva, van allí a aprender y es muy poco lo que le pueden agregar de valor a los puestos, pues no son competitivos en esas áreas; haciendo que las toma de decisiones sean más mediocres en perjuicio de la sociedad.