Sobre Nicolás Maduro se dice que ha sido un político inteligente y que ha sabido manejarse en medio de un contexto en crisis casi todo un período completo sin que se lograra destituirlo. Eso puede ser cierto, sin embargo, yo siempre he creído que Maduro no ha tenido la capacidad para gobernar a Venezuela pues con Chávez nunca se vivió la inestabilidad que hay en Venezuela pues la crisis es sin precedentes.

Ahora bien, también es justo señalar que la crisis de Venezuela no es de ahora, pues, precisamente la crisis fue lo que hizo surgir el fenómeno de Hugo Chávez y me explico. La crisis empezó con los dos principales partidos que había en Venezuela que eran los Adeco y los Copellanos que por mucho tiempo se alternaron el poder como un sistema bipartidista.

Desde el año 1975 hasta el 1995 estos partidos dilapidaron una fortuna de más de dos mil millones de dólares aparte de sumergir al país en una deuda externa insostenible. Chávez llegó al poder por un azar pues bastó con que la candidata con mayor posibilidad de ganar, la ex reina de belleza Irene Sáez, a tan solo seis meses de las elecciones aceptara el apoyo de los Adeco (si mal no recuerdo) y su candidatura se desinfló lo que hizo que ascendiera Chávez. A ese nivel de descrédito llegaron esos dos Partidos.

Uslar Pietri (que protagonizó en Venezuela la marcha de los pendejos) siempre dijo que Venezuela era un país rico habitado por una masa de pobres. Las riquezas de ese país suramericano son incomparables pues no solamente tienen la reserva de Petróleo más grande del mundo, sino que en Venezuela se encuentran todos los elementos de la tabla periódica.

Chávez quiso hacer un gobierno inclusivo, con oportunidades de crecimiento para los más pobres y de alguna manera supo manejar la tensión con la oligarquía venezolana cosa que Maduro no ha podido y por eso el caos. Lo que hoy vive Venezuela es triste, pero también hay que cuidar que el momento no sea aprovechado por los buitres que constantemente merodean la presa porque les interesa su riqueza, que no sea esto una excusa para una invasión y la guerra de poderes económicos foráneos. Venezuela es de los venezolanos. Ni Plan Marshall, ni doctrina Monroe.