La imprenta, inventada por el alemán Johannes Gutenberg en el S. XV, supuso una gran innovación tecnológica que revolucionó la difusión del conocimiento, la innovación de los métodos pedagógicos tradicionales y las implicaciones para la alfabetización de la población, facilitando el acceso al conocimiento y la extensión de la cultura entre todas las capas sociales, gracias a un nuevo actor en el proceso de enseñanza y aprendizaje: el libro de texto,  consideran, con toda razón, los investigadores del estudio El libro de texto ante la incorporación de las tic a la enseñanza, realizado por la Universidad de Santiago de Compostela, España, en el año 2008.

Después de cinco siglos de esta influyente invención, una nueva revolución está en marcha: la revolución digital. Una nueva era marcada por la integración de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en todos los ámbitos de la sociedad, incluida la educación. En los últimos años su popularidad ha crecido en este contexto y progresivamente se va extendiendo su uso, alcanzando  protagonismo el libro digital, desplazando del aula al libro de texto en papel. Por ejemplo, el libro de texto digital está ampliamente extendido en USA, Japón y Corea, entre otros.

Esta revolución tecnológica ha transformado el proceso de instrucción y a través de la difusión de hardware y software ha generado un entorno de trabajo dinámico donde profesores y alumnos disponen de un sinfín de herramientas y posibilidades educativas. A pesar de su expansión, la explosión de las TIC en la enseñanza aún es poco aprovechada en RD, porque todavía su presencia está más en discursos y promesas de las autoridades del MINERD, que en la realidad escolar.

Al respecto, hace años que la Organización de las Naciones Unidas ha señalado que las TIC son un recurso indispensable para expandir el acceso a una educación de calidad (2005), y parecería que aún faltan muchos años para incorporarlas en todas las escuelas y liceos públicos del país.

Las TIC representan una herramienta adicional en el proceso educativo, complementando la metodología utilizada. Pero también es cierto que a medida que un sistema educativo es mejor se comprueba que el peso de las TIC aumenta, adquiriendo en muchos países el estatus de asignatura, afirma el estudio español. Sin embargo, no se debe olvidar que gran parte de los docentes aún  muestran una inclinación más favorable hacia los materiales impresos que hacia los digitales. Los de RD no son la excepción.

Ante el planteamiento de si los libros de texto en papel serán sustituidos por los de formato digital, es necesario conocer ¿qué dicen al respecto las investigaciones y los que hacen opinión? Esta pequeña muestra retrata lo que sucede:

Spencer (2006) señala: “cuando comparamos las preferencias de los estudiantes por leer material en una pantalla de ordenador o impreso en papel se ha encontrado que los estudiantes prefieren mayoritariamente el material impreso sobre el digital”.

Gutiérrez (2016) afirma: “En la guerra de los libros físicos versus los eBooks, el papel sigue siendo el preferido de los estudiantes”. En su artículo narra que: “El profesor (sic) Naomi Baron, de la American University, realizó un estudio en donde encontró que el 92% de los estudiantes prefieren los libros de verdad, que su versión digital. Este estudio, incluyó 300 estudiantes universitarios de Estados Unidos, Japón, Alemania y Eslovaquia”.

Como justificación, los estudiantes dijeron que prefieren los libros de papel porque con los digitales existen dos grandes problemas: primero, distraen hacia otras cosas; y segundo, causan cansancio visual, dolores de cabeza e incomodidad física., lo cual  tiene sentido para la investigadora Baron, porque muchas personas leen sus ebooks en computadoras, tabletas y smartphones, y el brillo de la pantalla causa ese tipo de molestias.

La situación es compleja porque aun existiendo lectores electrónicos, como el Kindle de Amazon, cuyas pantallas son lo más parecidas al papel, utilizan tinta electrónica, y algunos emiten un brillo que ayuda a leer de noche, sin las molestias de las pantallas tradicionales, se siguen prefiriendo los libros físicos, simplemente por esa parte romántica de tocarlos, olerlos y coleccionarlos. Así respondieron los estudiantes cuando se les preguntó acerca de su preferencia por los libros tradicionales, concluye el artículo.

En 2015, Don Kilburn, presidente de América del Norte de Pearson, la editorial más grande en el mundo y referente en la educación, asegura que la migración a lo digital “no se ve como una revolución en este momento; parece una evolución y en el mejor de los casos, algo irregular”.

Además, otros estudios  sobre el tema revelan hallazgos que la comunidad educativa dominicana debe conocer, por ejemplo, el piloto de la Universidad de Washington sobre libros de texto digitales encontró que una cuarta parte de los estudiantes que recibió ebooks de forma gratuita compró sus versiones impresas. Una encuesta a 50 estudiantes mexicanos entre 15 y 17 años, de una Escuela Nacional Preparatoria, les preguntó ¿qué libro prefieren, electrónico o impreso? El 60% prefirió el libro impreso. El publicado en el Washington Post muestra que el 87 % del gasto de libros de texto para el otoño 2014 estaba en los libros impresos. El diario The Guardian informó: las ventas de libros electrónicos están cayendo mientras que las de libros en papel vuelven a crecer. Mientras que la previsión de Steve Bohme, director de investigación de Nielsen Book Research UK, es que las ventas de libros digitales sigan cayendo en 2017, a no ser que se produzca algún avance en la tecnología de los libros electrónicos.

Un estudio de Harvard demostró que los lectores de libros digitales demoraban un promedio de diez minutos más para conciliar el sueño que los que leen libros físicos. Otro dice: “En ocasiones, las ediciones digitales de los libros pueden tener muchas distracciones, lo que no ayuda a concentrarse completamente en la lectura y olvidar detalles. Un estudio publicado en USA Today habla sobre cómo esta tendencia está afectando algunas clases, lo que ha llevado a prohibir los ebooks en algunas clases para evitar distracciones”.

Todo parece indicar que los libros de texto impresos no solo predominan sobre los digitales, sino que los prefieren las nuevas generaciones que son las que marcan el rumbo. Y ante las posibles distracciones o el cansancio ocular, sobre todo en caso de lecturas en tabletas, principales razones por las cuales los estudiantes se decantan todavía por los libros tradicionales, los investigadores y diseñadores están tratando de encontrar la forma de mejorar el formato del libro digital, muchos son una reproducción de la versión en papel, y no ofrecen otras funciones digitales que contrarresten estas limitaciones. Pero, en definitiva, lo más probable es que ni los libros físicos ni los electrónicos desaparezcan.