Abinader. Guillermo. Max. Eduardo. Hatuey…etcétera. No se les ve en las movilizaciones de los francomacorisanos contra el Félix que les tocó; ni sumados a la ira de los santiagueros contra la violencia criminal; ni han hecho presencia en los campamentos por Loma Miranda; ni con los campesinos de Baní contra la ineptitud del INDRHI frente a la sequía; ni solidarios con los dominicanos desnacionalizados; ni siquiera contra los apagones que, en medio de todas las distracciones, siguen tan campantes como “Juancito el Caminador”. (Es que, como lo ha definido Melvin Mañón, “los opositores en la mañana se bañan y se cambian, pero al mediodía se pasman”).