Las tareas escolares o deberes están presentes en la enseñanza formal desde su inicio, convirtiéndose en una estrategia maestra aplicada en toda la escolaridad, que hoy parte de algunos años de la Educación Inicial hasta la Educación Universitaria. Sin embargo, hace años que estudios, expertos en educación, padres y madres plantean reducirlas y hasta eliminarlas. En varios países la discusión está instalada y en algunos hay leyes que las regulan.
Por un lado, se alega que los estudiantes deben aprender todo lo que necesitan durante el horario escolar. Por el otro, unos subrayan su valor pedagógico, mientras otros afirman que acentúan la desigualdad entre los estudiantes, porque penalizan a los más desfavorecidos, a los que proceden de familias con menor capital cultural y a los que están más solos.
Sobre su eliminación, la literatura reporta que algunos estados de los Estados Unidos las prohibieron desde 1901 y California las proscribió en 2009. Francia hizo lo propio, a través de un decreto de 1956 para los estudiantes de primaria. Y ante el incumplimiento de muchas escuelas han surgido movimientos de padres que piden suprimir esa práctica. Bélgica las reguló a partir de 2001 y Finlandia las dispuso de solo 10 a 20 minutos para secundaria, pero la mayoría de los profesores no las utilizan. Para la ministra de Educación de Finlandia los niños “deben tener más tiempo para ser niños y disfrutar la vida”
En España, actualmente hay agrupaciones volcadas a su eliminación. La Confederación de Familias de los Centros Públicos se ha puesto en marcha para erradicar los deberes del sistema educativo, bajo la premisa de recuperar tiempo libre para los niños.
Una reciente investigación de la Universidad de Sídney, Australia, concluyó que son demasiadas y tienen escaso valor académico, por lo que proponen que los maestros desarrollen un plan de deberes antes y durante el curso escolar.
Según Patrick Rayou, investigador especializado en ciencias de la educación de la Universidad París 8, la mayoría de los profesores no está convencida de que el trabajo realizado en la casa sea de mucha calidad. Otros ni saben quién lo hace, pero no imaginan soluciones alternativas.
Harris Cooper, profesor de la Universidad de Duke, EE.UU, y uno de los principales especialistas en el campo de las tareas escolares, confirma: “No hemos encontrado pruebas de que los deberes (a nivel primario) les ayuden a los niños a tener mejor rendimiento escolar”. También indica que desde 1989, diferentes investigaciones han revelado que los alumnos comprenden de mejor forma el trabajo que realizan dentro del salón de clases, y que las tareas extraescolares les quitan tiempo para otras actividades igual de importantes en su desarrollo.
Algunos experimentos demuestran que los estudiantes que dedican 1 hora de su día a hacer tareas en casa son mejores que aquellos que suelen dedicar 4 horas.
Bajo la premisa de que los estudiantes que dejan de realizar actividades escolares en su casa recuperan la alegría en el estudio y se convierten en personas felices, la OMS trabaja en acciones que lleven al fin de las tareas para los alumnos de primaria a nivel mundial. Y la ONU propuso en 2016 eliminar las tareas escolares en todo el mundo.
Las tareas escolares, luego de una jornada educativa completa eliminan el tiempo disponible para otras actividades indispensables en el crecimiento cultural y físico de niñas y niños. Por lo cual, es necesario otorgar espacios al ocio, al juego, al arte y al deporte; a la curiosidad infantil, a compartir en familia y en sociedad. Estas últimas actividades generan más autodisciplina y responsabilidad que las tareas, afirman especialistas.
La audacia y la capacidad pedagógica de los docentes se ponen a prueba con el trabajo que realizan en el aula, no con las tareas. Los conceptos se comprenden mejor en clase con el trabajo en grupos, por ejemplo. El estudio debe disfrutarse, asumirse con entusiasmo y pasión. Las tareas, por el contrario, a menudo molestan a niño y niñas, los condicionan, les arrebatan la motivación y su alegría por ir a la escuela, opinan muchos expertos. Además, constituyen una carga excesiva para los padres y son motivos de conflictos en la familia.
En el ámbito latinoamericano son varios los países que están enfocados en las tareas escolares. Ecuador ha expedido una normativa que regula el tiempo para los deberes escolares y prohíbe asignarlos para los fines de semana y feriados, mientras Chile discute su regulación o abolición completa. En México el fenómeno todavía es muy reciente, pero ya hay quienes han comenzado a cuestionarlas.
Jaime Retamal, profesor de la Universidad de Santiago, Chile, afirma: "En el mundo hay un desprestigio generalizado a las tareas excesivas y hay campañas en distintos países, desarrollados y en vías de desarrollo, de grupos 'anti tareas', y en muchos países además se está avanzando en legislación que prohíbe el exceso de las tareas".
Es inusual que los ministerios de Educación se refieran a que los estudiantes realicen tareas escolares. Sin embargo, en abril de 2011 el MINERD publicó “Normas del Sistema Educativo Dominicano para la convivencia y la disciplina escolar en los centros educativos públicos y privados”. El Art. 9 establece: “Los y las estudiantes de la educación pública y privada dominicana son sujetos de los siguientes deberes: […] c) Llevar a cabo las tareas escolares con la autonomía y responsabilidad propias de cada edad, aceptando la guía y orientación del personal del centro educativo, y apoyando las necesidades de aprendizaje de otros compañeros(as)”.
En otros países el debate sobre las tareas escolares parece claro. En RD debería reflexionarse sobre el tema, pues han sido una rutina en todos los niveles educativos, sin que, al parecer, se tengan investigaciones propias que revelen qué aportan académicamente y cómo influyen en la vida de los estudiantes y sus familias. La educación preuniversitaria de hoy es diferente a la de siglos anteriores, también los escolares. ¿Quién propicia esta reflexión?