A un amigo le preocupaba la realización de esta marcha sin reivindicaciones específicas que realzaran su contenido y poder de convocatoria.  El martes 31 de julio vi unos comentarios y exhortaciones de Chiqui Checo en los cuales dialoga con un escéptico quien da la Marcha Verde por cansada y en cierto modo superada, que discute la inutilidad de estas a partir de la determinación del gobierno de ignorar sus reclamos. Chiqui termina esgrimiendo un argumento – a mi juicio- poderoso y sobre este, tanto como sobre la sugerencia del amigo mío, me pronuncio. Creo que la convocatoria es correcta aunque no plantee reivindicaciones específicas.

Creo que  en efecto, la Marcha Verde, como marca y como coordinadora que articula movimientos para la acción sin estar agotada, sufre –por ahora- de arritmia y algo de stress post-traumático. El éxito de las marchas de enero y julio del 2017 no expresaba necesariamente el poder de convocatoria de la Marcha Verde. La de enero se celebró con la explosión del escándalo ODEBRECHT como una primera manifestación de hartazgo. La de julio una demostración de fuerza que dio a la de enero estatura nacional irrevocable. Enfrentada al dilema de recular, reducir sus objetivos o pasar a una nueva etapa y método de lucha la Marcha Verde aparenta no haber definido un curso de acción acorde al estado de ánimo de la sociedad que la ha engendrado y del gobierno al que se enfrenta. Esta de ahora revelara capacidad de convocatoria y sintonía estratégica.

Al  apropiarse de una parte de la MV la izquierda alienó otros sectores en medio de discrepancias que aun existen. Unos alegan que la MV debió definirse temprano como partido. Otros que debió forjar su propia estructura. He creído que simplemente no le hemos dado tiempo de madurar, cometer sus propios errores y formarse como una nueva generación de dirigentes para lo cual, falta tiempo, calle, penurias y sacrificios.  En todo caso, he sostenido antes, la Marcha Verde es la única cantera de la cual puede surgir una nueva generación de lideres sociales y políticos.

He sostenido que la MV mas que la coordinadora que fue presentada a la opinión pública como responsable de logros importantes, ha sido y es un sentimiento y una actitud. Sentimiento de indignación ante tanto abuso del gobierno y actitud de hacer algo al respecto. Lo primero,  el sentimiento, está ahí intacto o acaso mas fuerte. La actitud se ha ausentado parcialmente tanto debido a lo explicado mas arriba como a disputas internas, algunas vertientes oportunistas que han intentado capitalizar  liderazgos ( lo cual dicho de paso es enteramente legítimo) pero sobre todo, la MV sufre de una enfermedad transitoria llamada arritmia.

Hay arritmia entre el llamado y la gestión de la MV y los resultados logrados según la percepción de una opinión pública que creía que el triunfo sería fácil y rápido. Unas cuantas marchas poderosas, convincentes y Danilo Medina, corregía el rumbo o renunciaba. Pues no ha sido así y no podía ni va  ser así. Pero esto no es un fallo ni un defecto de la MV sino incomprensión y pobre comunicación debido, entre otras cosas, a la naturaleza misma de su liderazgo.

La Marcha Verde sigue siendo un sentimiento poderoso, una expresión de descontento y determinación de hacer algo al respecto. Pero la MV no puede hacer milagros y mucho de lo que ahora acontece no es un problema de la MV sino de la sociedad dominicana. No estamos preparados mental ni emocionalmente para una lucha larga y esta lo será. Queríamos y creíamos que, cabalgando sobre el éxito de enero y el de julio del año pasado, las cosas iban a cambiar.  Y han cambiado en efecto, para peor.  Por tanto, tenemos ahora mas razones para marchar que antes. Pero, ¿qué haremos con una sociedad que lo quiere todo, rápido y fácil? Queremos deshacernos de este gobierno pero eso tiene un precio que esta sociedad no ha estado dispuesta a pagar y no hay mas verdad que esa, aunque no nos guste.

Muchas de las faltas que hoy encontramos en la MV no pertenecen a esta sino a la sociedad dominicana.  La Marcha Verde ha sido la primera gran demostración de ruptura de la pasividad, la complacencia y la indiferencia en la que aun están sumidos los dominicanos y ese logro basta y sobra para legitimarla. La MV es una escuela pero estando a nivel de primaria  pedimos resultados de post-grado.

La ausencia de reivindicaciones específicas en esta convocatoria no es necesariamente un defecto dado que sabemos de antemano que el gobierno no ha obtemperado ni va a obtemperar a ninguna reclamación. Entonces ¿para que se ha convocado? No lo han dicho pero creo que es para demostrar que la Marcha Verde está viva como sentimiento y como coordinadora. ¿Por qué la marcha del millón? Pues al revelar una intención también propone una escala.  ¿debieron haber explicado que esta convocatoria persigue demostrar que la MV existe y tiene fuerzas? No lo se y tampoco se cuales serán las consecuencias si la marcha del millón no resulta convincente como demostración.

Lo que si creo saber es que, al hablar de esta Marcha del Millón, al convocarla, al agitarla y al ejecutarla se deberá tener en cuenta  que esta marcha  dará una medida de la capacidad de convocatoria y la visión de los organizadores pero no necesariamente reflejará la intensidad del sentimiento. ¿por qué? Porque hay mucha gente con el sentimiento intenso pero descreída de la efectividad de las marchas como método de lucha y nadie ha propuesto uno mejor ni mas convincente. La Marcha Verde alcanzó un nivel. Demostró cosas importantes. Una de ellas la de que el gobierno no iba a ceder. Estamos obligados a escalar y radicalizar, pero no todos llegan ahí al mismo tiempo y algunos ni siquiera llegan.  Tampoco está claro como escalar.

Lo que no debemos hacer es atribuir a la Marcha Verde como errores lo que son claramente conductas y actitudes de la sociedad dominicana.  No acompañar con entusiasmo y determinación esta convocatoria a la Marcha del Millón es hacerle un servicio gratuito a Danilo Medina y el PLD y ahondar la desgracia que hoy se abate sobre el país.