El aprendizaje es una cualidad innata que se desarrolla a lo largo de la vida, inclusive, se aprende mucho antes de saber que se aprende en función de factores psicológicos, sociales, culturales y de otra naturaleza, sostienen psicólogos y otros estudiosos. Y tanto en los humanos como en los animales el aprendizaje viene del entorno. Pero hoy la cuestión no es qué se aprende sino cómo se aprende, por lo cual, uno de los aprendizajes más importantes es aprender a aprender.
El aprendizaje es un proceso individual y cada persona debe optar por su método de estudio y aprendizaje, lo cual es responsabilidad de la escuela y maestros y profesores. De paso decir que existen diversos conceptos de aprendizaje como teorías elaboradas para explicarlo. Por ejemplo, para Kimble (1971) es "un cambio más o menos permanente de conducta que se produce como resultado de la práctica".
La preocupación por cómo se aprende viene de etapas muy antiguas. Al respecto, Luis Gómez Llorente, intelectual y maestro español señala: “El aprendizaje a lo largo de toda la vida es tan antiguo como la propia humanidad. Lo moderno es la reflexión crítica y el debate en torno a él”.
La mayoría de las personas no ha aprendido estrategias de aprendizaje porque nadie se las ha enseñado. Por eso, cuando se enfrentan a una tarea nueva el método que utilizan es el que siempre utilizaron intuitivamente, lo cual hace que muy pocas sepan abordar tales estrategias, y el esfuerzo para aprender sea mayor. De ahí que los cambios en la educación hacen hincapié en el papel activo que debe jugar el alumno en su propio aprendizaje, de manera que a los profesores les corresponde la tarea de enseñar a aprender, y a los alumnos, la de aprender a aprender. Esto así, porque no se puede enseñar a aprender a aprender al margen de los contenidos de las áreas del curriculum. Necesita de cada área académica para su desarrollo.
La habilidad de aprender a aprender tiene como objetivo y fin último superar todos los obstáculos para aprender con éxito. Por eso, estas estrategias ganan cada día más adeptos. Implica el desarrollo de aspectos tanto cognitivos como emocionales.
La expresión aprender a aprender tiene dos significados fundamentales. Primero, aprender no significa solo adquirir información sino desarrollar habilidades y destrezas que permitan seleccionar, organizar e interpretar la información. Segundo, significa que en la sociedad actual y en la del futuro, más importante que el conocimiento es la gestión del conocimiento, es decir, los individuos deben ser capaces de planear las actividades y estrategias de aprendizaje, organizarlas y, posteriormente evaluar la información adquirida.
Según Jesús de la Fuente esta competencia “ha sido denominada de múltiples formas aludiendo a la misma capacidad: autonomía en el aprendizaje, saber tomar decisiones en situaciones múltiples para aprender, reflexionar sobre el propio aprendizaje, ser estratégico y experto aprendiendo, o aprendizaje a lo largo de la vida”.
Aprender a aprender implica el aprendizaje y uso adecuado de estrategias cognitivas y metacognitivas. En sentido general, las estrategias de aprendizaje son aquellos procesos o técnicas que ayudan a realizar una tarea de forma idónea. Mientras las estrategias cognitivas apuntan a aumentar y mejorar los productos de la actividad cognitiva, favoreciendo la codificación y almacenamiento de información, su recuperación posterior y su utilización en la solución de problemas; las estrategias metacognitivas, en cambio, se emplean para planificar, supervisar y evaluar la aplicación de las estrategias cognitivas. Se infiere, por tanto, que las estrategias metacognitivas constituyen un apoyo para las estrategias cognitivas.
La metacognición es un camino viable para lograr un desarrollo más pleno de la autonomía de los estudiantes, reflejándose éste, entre otros aspectos, en un aprendizaje que trasciende el ámbito escolar para proyectarse en la vida de los estudiantes, en un aprender a aprender.
Aprender a aprender es una competencia básica que se debe fomentar desde la edad infantil. La Comisión para la Educación de la Unión Europea la considera como una competencia básica de gran influencia en todas las demás. Y la define como “la capacidad para proseguir y persistir en el aprendizaje, organizar el propio aprendizaje, lo que conlleva realizar un control eficaz del tiempo y la información, individual y grupalmente”. Como tal, esta competencia se debe fomentar en todos los que asisten a las instituciones educativas, pues en la sociedad actual, donde el progreso y la información avanzan a ritmos vertiginosos es fundamental que las personas la tengan desarrollada.
A pesar de su importancia, esta competencia la mayoría de las personas no la ha aprendido porque nadie se la ha enseñado, de tal forma que cuando se enfrentan a una tarea nueva, el método que utilizan es el que siempre han utilizado intuitivamente, lo que hace que muy pocos sepan abordarla, y el esfuerzo para aprender sea mayor.
La complejidad del mundo contemporáneo y su velocidad de cambio hacen poner el acento más en los procesos, en el desarrollo de capacidades y en la adquisición de competencias y menos en lo que se aprende. En otras palabras, no es tanto una cuestión de aprender determinados contenidos para saber, sino de cómo aprender a aprender.
Los especialistas afirman que la enseñanza de cómo aprender debe comenzarse desde el inicio de la escolaridad y continuar durante todas las etapas de aprendizaje, incluidos los que se realizan en la edad adulta. Es, por tanto, una responsabilidad de todos los docentes y del conjunto de las áreas curriculares.
Estas son algunas de las herramientas que se utilizan para desarrollar en los alumnos la capacidad de aprender a aprender: (1) Dotarlos de habilidades pertinentes para hallar información; (2) Enseñarles los principios formales de la investigación; (3) Desarrollar la autonomía en los aprendizajes; (4) Conseguir que dominen técnicas instrumentales de base como lectura, escritura, cálculo o técnicas de estudio; y (5) Ayudarles a que desarrollen una actitud metodológica de descubrimiento.
La enseñanza centrada en el profesor hace tiempo que terminó, pasando a ser centrada en el alumno. Por tanto, es necesario darle su protagonismo, ya que éste juega un papel activo en su aprendizaje. Para diversas teorías del aprendizaje, aprender a aprender es un paradigma que gana adeptos con gran rapidez. La ventaja de este método está en que proporciona herramientas más perdurables en un tiempo de vertiginosos cambios y mayor obsolescencia cognitiva. Por lo cual, se puede decir que prepara al alumno para toda su vida posterior enseñándole a enfrentar adecuadamente el proceso de aprendizaje en cualquier área del conocimiento que enfrente. La escuela, los alumnos y los docentes tienen en esta competencia un aliado que favorece a todos.