La sociedad dominicana hace tiempo que tiene  mayor conciencia sobre la necesidad e importancia de que la educación pública inicie para todos los niños y niñas del país en la primera infancia, comprendida entre 0 y 6  años.

Al parecer el primer reclamo social ocurrió en 1990, cuando Plan Educativo presentó su acertado Decálogo Educativo, “una propuesta que contiene diez metas nacionales a ser logradas en la presente década”. En la segunda meta  plantea el “Establecimiento del preescolar obligatorio […] comenzando con un año de preescolar a partir de 1991 y ampliando la cobertura progresivamente, hasta cubrir a toda la población de 3 a 6 años de edad al final de la década”.

Los especialistas afirman que el aprendizaje comienza desde el inicio de la vida. Y establecen que la primera infancia es un período crucial en el que ocurre el desarrollo de estructuras y circuitos cerebrales, así como la adquisición de capacidades fundamentales que permitirán el perfeccionamiento de habilidades futuras más complejas. Los niños y niñas con desarrollo integral sano durante los primeros años de vida tienen mayor facilidad para adaptarse a diferentes ambientes y adquirir nuevos conocimientos, contribuyendo a que posteriormente obtengan un buen desempeño escolar, alcancen realización personal, vocacional y económica y se convierten en ciudadanos responsables.

En la actualidad, parte del segmento de la población entre 0 y 5 años está siendo atendida por el Instituto Nacional de Atención a la Primera Infancia (INAIPI), dependencia de la Presidencia de la República. Según informa en la prensa su directora,  Berlinesa Franco, en 2017 disponían para los infantes que atienden de 450 unidades entre Centros de Atención Integral a la Primera Infancia o Estancias infantiles y Centros de Atención a la Comunidad y la Familia (CAFI), diseminados en los sectores más vulnerables del país; y se benefician más de 87 mil familias. La meta  para este año 2018 es incorporar 218 mil infantes. Este es un programa especial, la responsabilidad de escolarizar esta población corresponde al Ministerio de Educación.

En el Diseño Curricular del Nivel Inicial, aprobado mediante la Ordenanza 01-2015, como  primer tramo de la estructura académica se organiza en  dos ciclos de tres años cada uno. El Primer Ciclo comprende: Maternal (45 días a 11 meses); Infantes (1 año a 1 año y 11 meses); Párvulos (2 años a 2 años y 11 meses). El Segundo Ciclo: Pre-Kínder (3 años a 3 años y 11 meses); Kínder (4 años a 4 años y 11 meses);  Pre-Primario (5 años a 5 años y 11 meses).

La Constitución Dominicana establece como derechos “Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, reciben la misma protección y trato de las instituciones, autoridades […] y gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin ninguna discriminación por razones de género, color, edad, […], condición social o personal” (Art. 39). El Estado hará primar el interés superior del niño, niña y adolescente; tendrá “la obligación de asistirles y protegerles para garantizar su desarrollo armónico e integral…” (Art. 56). Y  “garantizar la seguridad alimentaria” (Art. 54).

La Ley de Educación 66´97 dispone en el artículo 33 que “El Nivel Inicial es el primer nivel educativo […]. Está dirigido a la población infantil comprendida hasta los seis años. El último año será obligatorio y se inicia a los cinco años de edad. En las instituciones del Estado, éste se ofrecerá gratuitamente”. Es decir, por un lado establece en 6 años la duración como nivel educativo y por el otro, solo obliga al Estado a ofrecer educación gratuita a los escolares comprendidos entre 5 y 6 años de edad, eximiendo al Ministerio de Educación de ofertarlo desde 0 año,  lo cual es una discriminación legal, básicamente para los pobres que son los que asisten a los centro educativos públicos, donde los dos ciclos se reducen al año de Pre-primario.

Pero lo más preocupante es que ninguno de los tres ministros que han dirigido el Ministerio desde 2013 a la fecha, han tenido entre sus prioridades enfrentar la discriminación que experimenta la población de 0 a 5 años, porque parecería que el 4% es para los niveles educativos de los cuales este es base. Y la base que se necesita desarrollar en este tramo es insuficiente con un año de escolaridad.

En la primera Conferencia Mundial sobre Atención y Educación de la Primera Infancia (AEPI), celebrada en Moscú del 27 al 29 de septiembre de 2010, se adoptó un concepto amplio y holístico de la AEPI: “consiste en proporcionar servicios de atención educación, salud, nutrición y protección a los niños desde el nacimiento hasta los ocho años de edad. Por consiguiente, la AEPI es un derecho y un pilar fundamental del aprendizaje permanente”.

Estudios han demostrado que la AEPI reporta ventajas muy variadas, pues conduce a la mejora de la salud y la nutrición, la eficacia de la educación, la igualdad de género, la empleabilidad y los ingresos, y la calidad de vida de la familia. Además, debe contemplar todas aquellas acciones que contribuyen a la supervivencia, crecimiento, desarrollo y aprendizaje de niños y niñas. Esto incluye la salud, la nutrición y la higiene, así como el desarrollo cognitivo, social, afectivo y físico, desde el nacimiento hasta el ingreso en la enseñanza primaria (Blanco, 2014).

El actual ministro de Educación, Arq. Andrés Navarro, debería priorizar la universalización de este nivel en todo el país, pues estudios concuerdan en afirmar que “La atención y cuidado de la primera infancia (AEPI) es crucial para el desarrollo de las personas, la reducción de las desigualdades, la prevención de alteraciones del desarrollo, y el rendimiento académico posterior” (Blanco, 2014). La generalización de este nivel es fundamental para mejorar los niveles siguientes. Además, ¿cómo  se pueden cumplir las funciones del Nivel Inicial, si no hay compromiso con la escolarización de la población total de los niños y niñas de todo este  nivel?

Ministro Navarro, de su decisión depende que se comience a pagar la deuda del país con los infantes del Nivel Inicial, porque continuar obviando cinco de sus seis años, como establece la normativa, puede ser una de las razones por la cual la educación preuniversitaria dominicana revela tan mala calidad. Una estrategia podría ser iniciar incorporando los infantes de 4 años  y continuar regresivamente hasta cero años.