Sí, se dio cuenta de que lo que necesita su comunidad política, cabeza de la más prometedora conjunción de fuerzas emergentes (hastiadas de mesianismos podridos), es un líder que enarbole un futuro de calidad superior. Se dio cuenta de que lo que más necesita esta sociedad son líderes capaces de trascender sus búsquedas personales para constituirse en exponentes de los más auténticos sentimientos colectivos. Por eso, hay que celebrar que Hipólito Mejía haya optado por poner todo su esfuerzo al servicio de su partido, como lo hizo durante muchos años, con desprendimiento encomiable, José Francisco Peña Gómez.