¡Cómo ha cambiado este mundo! Antes, para dar un golpe de Estado en cualquiera de sus colonias los yanquis se manejaban con tres o cuatro generales dóciles, algunos politicastros oportunistas, una oligarquía que apoyara el asalto al poder, un gran jerarca clerical que santiguara el hecho y un par de destructores del Comando Sur merodeando en las costas. Ya nada de eso es necesario, pues hoy (ahí está Venezuela) las cosas no son tan complicadas y salen más baratas: Sólo se necesita una corte de payasos, empezando con uno en Caracas y otro en Washington. (Ojalá que esta payasada no termine en una gran tragedia).