En los procesos de reformas curriculares ocurridos en los últimos años en este y otros países, el tema de la evaluación ha alcanzado un protagonismo evidente hasta convertirse en uno de los aspectos centrales de discusiones, reflexiones y debates pedagógicos, porque pocas tareas provocan tantas dudas y contradicciones a los docentes, como las relacionadas con la evaluación y las actuaciones o decisiones que se asocian a ella.

La Ordenanza 2-2015 del Ministerio de Educación establece “El Curriculo Revisado, Actualizado y Validado para la Educación Primaria Pública y Privada, a partir del Año Escolar 2015-2016”. El artículo 5 reza: “En el contexto de la fundamentación del currículo de la educación dominicana se integran el constructivismo y el enfoque por competencias”. Esta revisión-actualización había sido ordenada por el Consejo Nacional de Educación, mediante la Ordenanza 02-2011 del 26 de abril.

El currículo por competencias requiere del trabajo responsable de cada actor, especialmente en el aula donde se concreta este modelo formativo. Por tanto, las competencias de los docentes deberán ponerse de manifiesto no solo en su forma de enseñar, sino también en su forma de evaluar, ya que ambas tienen que estar en concordancia, pues a la evaluación le interesa lo que los estudiantes han logrado y lo que les falta por lograr.

En el Diseño Curricular del Primer Ciclo del Nivel Primario (1ro., 2do. y 3ro.), -oportuno decir que cada docente debería disponer de un ejemplar y no es así-, en lo relativo a la evaluación de los aprendizajes se plantea: “En un currículo basado en el desarrollo de competencias, la evaluación es una guía para los actores del  proceso educativo, de la eficacia de la enseñanza y de la calidad de los aprendizajes”. Y continúa “El fin último de la evaluación, en este currículo, es promover aprendizajes en función de la competencias fundamentales” (p. 50).

Las Competencias Fundamentales del currículo dominicano son: (1) Competencia Ética y Ciudadana; (2) Competencia Comunicativa; (3) Competencia de Pensamiento Lógico, Creativo y Crítico; (4) Competencia de Resolución de Problemas; (5) Competencia Científica y Tecnológica; (6) Competencia Ambiental y de la Salud; y (7) Competencia de Desarrollo Personal y Espiritual.

Adicionalmente se plantean las competencias específicas que corresponden a las áreas curriculares. Esas competencias se refieren a las capacidades que los estudiantes deben adquirir y desarrollar con la mediación de cada área del conocimiento: lengua española, matemática y otras. Se orientan a partir de las Competencias Fundamentales y apoyan su concreción, garantizando la coherencia del currículo en términos de los aprendizajes.

En este documento curricular se dice que evaluar el desarrollo de las competencias supone usar instrumentos y medios diversos acordes a las competencias que se pretenden evaluar y en contextos similares a las situaciones reales que vivirán los estudiantes, pues no se trata solo de evaluar conceptos y hechos, sino también procedimientos, actitudes y valores que implican las competencias.

Para facilitar el proceso evaluativo se sugiere y describe estrategias como las siguientes: observación de un aprendizaje y/o registro anecdótico, portafolios, debates, intercambios orales, resolución de problemas, entrevistas, entre otras. Esto no significa que en la vieja escuela no se utilizaran estas estrategias, sino que su función didáctica era otra, porque lo aprendido era lo que los estudiantes plasmaban en pruebas y exámenes.

Pero, nadie podría negar que en la escuela dominicana actual aún existan maestros y profesores tradicionalistas que ven la evaluación como un proceso para asignar una calificación aprobatoria o no, sin darle valor a todo el proceso y al aprendizaje en sí. Al parecer no entienden que si la educación es la herramienta mediante la cual un pueblo prepara a sus nuevas generaciones para que sean competentes para contribuir al desarrollo de la sociedad que las generaciones precedentes han realizado, evaluar significa revisar en esa sociedad, qué está fallando y qué está avanzando, en relación consigo misma y con las otras sociedades contemporáneas.

Ante la complejidad del modelo educativo por competencias, la UNESCO señala que los docentes deben reunir como competencias: el conocimiento y entendimiento de los distintos modos de aprendizaje de los estudiantes, conocimientos, competencias y aptitudes en materia de evaluación de los aprendizajes, a fin de ayudarles a aprender.

El curriculo por competencias que se ha dado el país para mejorar la calidad de la educación plantea una nueva forma de evaluar que resulta compleja para los docentes, ya que en la formación superior obtenida la importancia se da al conocimiento por el conocimiento mismo.

El enfoque de competencias promovido desde el Minerd ha sido poco consistente desde que se puso en marcha la revisión-actualización curricular, sin tener un sólido programa de formación continua para maestros y profesores en servicio de acuerdo con el nuevo enfoque. También ha habido retraso en el diseño y la oportuna difusión de materiales didácticos que apoyen el trabajo de los docentes en las aulas, según el cambio operado en el Diseño Curricular de la Educación Primaria. Además, la evaluación de los aprendizajes con pruebas escritas a que están acostumbrados los docentes aplicar a sus estudiantes, como no miden competencias  hacerlo ahora les resulta difícil.

Sin temor a equivocación, se puede afirmar que si a la confusión que provoca el curriculo por competencias en los docentes del Nivel Primario, se le añade la dificultad propia de la evaluación del aprendizaje, las condiciones están dadas para que la ambigüedad, la perplejidad y el desconcierto reinen en los centros educativos dominicanos, pues así parece que está sucediendo en muchos de ellos, por lo cual la calidad educativa está comprometida.