Cuando después de la muerte de Trujillo en este país se luchaba por la libertad de expresión y otras eran pocos los que aspiraban a ser presidentes de algún gremio, sindicato o asociación estudiantil, obrera o profesional. Además de poca e ideologizada, la competencia era escasa porque, al fin y al cabo, ser presidente de alguna institución de este tipo implicaba riesgos, obligaciones, compromisos, peligros y ninguna recompensa que no fuera el reconocimiento público (excepto  cuando alguien se vendía).  Con el advenimiento de la “democracia” desaparecieron gradualmente los riesgos y peligros y en vez de compromisos aparecieron beneficios económicos. Esto explica mucho de lo que sucede en dominicana hoy en día.

Ser presidente de la Federación de Estudiantes Dominicanos en la época  de Asdrúbal Domínguez o de Amín Abel, no era chercha ni paseo, sino una tremenda responsabilidad, peligro, compromiso con  obligaciones cuyo pleno ejercicio no debía desmeritar el desempeño de ellos como estudiantes. Ahora, desde la rectoría hasta el decanato mas irrelevante se trata de campañas políticas a base de dinero, promesas, soborno y repartición de cargos, carguitos y beneficios. Por eso, las campañas electorales en la UASD descritas muy bien por Genove Gneco en un ensayo bajo su firma se parecen tanto y demasiado a las de los partidos políticos.

En la campaña de hace algunos meses para renovar la directiva del Colegio Dominicano de Abogados un amigo mío, abogado también, me invitó al final de la tarde del 5 de diciembre pasado a presenciar lo que el llamaba circo, mercado, espectáculo el día de las elecciones.  En las mesas habilitadas en la escuela detrás del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva aquello era realmente un espectáculo de desorden, irreverencia y fraude.  Se hablaba descaradamente de los recursos empleados, de la llamada traición al PRM de Surún Hernández aspirante a la reelección y de la manipulación de los partidos políticos. Cuando se hablaba de candidatos nadie mencionaba posiciones o plataformas, sino compromisos y oportunidades; a quien respondía cada persona, partido o facción y en una de esas truculencias típicas de nuestro país, Surún Hernández, en la juramentación de la presidencia alcanzada, prometía investigar las denuncias de desfalco avaladas por empleados del gremio que tenían varios meses sin cobrar sus sueldos pero. . . . él mismo había sido el presidente anterior o sea que prometía investigarse a si mismo.

En el Colegio Médico Dominicano, en el Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA) durante las últimas décadas, se han producido conflictos, peleas y campañas similares. 

Este proceso degenerativo anduvo parejo a la “democratización” del país; cuando ya no habían enfrentamiento peligrosos, riesgo de muerte ni encarcelamiento o exilio en otras palabras, cuando la ingerencia externa y la corrupción interna, unidas de la mano produjeron policía y ejércitos menos represivos pero mas corruptos.  En todas y cada una de las asociaciones y sindicatos la historia es la misma.

Los años en que SITRACODE era una entidad combativa, las luchas del Sindicato Unido de Trabajadores del Central Romana cuyos dirigentes eran perseguidos y encarcelados y cuyo asesor principal Guido Gil asesinado, los tiempos en que los maestros desafiaban las prohibiciones y se iban a la huelga, en fin los años de POASI, de UNACHOSIN, de la telefónica y otros ya no existen pero esta sociedad  es ahora mas injusta y desigual que antes y hay mas motivos para luchar que entonces, sin embargo, la plataforma de valores ha cambiado.  En realidad, la destrucción del sindicalismo fue un requisito de la implantación de la economía neoliberal.

La degradación de las luchas políticas convertidas en gestión de mercadeo y publicidad se nutrió del caos gremial y a su vez lo estimuló llevándonos de la condición de ciudadanos a la de consumidores.  Hemos llegado a un punto, como sociedad, donde los gobiernos cuyos protagonistas son estos personajes y las entidades gremiales o asociaciones que deberían denunciarlos y enfrentarlos tampoco producen dirigentes de la estirpe necesaria para la tarea por delante porque, para empezar, ni siquiera saben que hay una tarea y si la vieran la venden o salen corriendo porque eso de ser dirigentes y usufructuar si, pero eso de ser luchadores y correrse riesgos,  ¡ahh eso si que no! 

Esta es la sociedad del espectáculo y en estas entidades se preparan payasos y farsantes no dirigentes.   Trato de mostrar lo que sucede y no se ve, lo que somos detrás de la fachada, analizo el origen, preciso las causas y espero que alguien mas inteligente o inspirado que yo tenga y saque mañana esa receta maravillosa o que en defecto de esa persona y mío propio, mañana despertemos en medio de la catástrofe catalizadora, purificadora, redentora y terrible que sociedades como las nuestras tienen que vivir en algún momento.