A cualquiera le daría vergüenza anunciar un juicio semejante al pederasta Wesolowski. Pues juicio implica justicia, lo que no se hará en el Vaticano. El papa Francisco no nos engañará pues el juicio de este cura será un juicio de m…
Según The New York Times:
“Los fiscales en Polonia, donde el Sr. Wesolowski es originario, han dicho que tenían interés en presentar una reclamación contra él, pero que no cuentan con la colaboración del Vaticano o la información de los funcionarios dominicanos”.
Para nosotros es nueva la información, pues teníamos entendido que nuestros funcionarios judiciales, en este caso del nuncio, habían ofrecido su colaboración a la fiscalía de Polonia.
Pero bien, dejémoslo ahí, sabemos que los brazos de la Iglesia son podridos y largos, sabemos que a Wesolowski debieron de librarlo de la justicia local para evitar que, junto a los obispos criollos, hablara y respondiera ciertas cosas… por lo que jamás llegaremos a saber:
¿Cómo se escapo?
¿Quién le gestionó su salida del territorio dominicano?
¿Quién le llevó a aeropuerto?
¿Si salió disfrazado?
¿Si sabía que desde que llegó a la República Dominicana el servicio secreto nacional “le tenía un servicio” que lo cuidaba como a todo nuncio, el que de inmediato le denunció sus actividades pederastas a la Iglesia?
¿Si la Iglesia criolla le habló de esta denuncia?
¿Si habían otros personajes criollos clericales implicados en acciones de pederastia?
¿Si invitaba a otros curas polacos a venir al país, a compartir los numerosos monaguillos que el padre Gil de Juncalito les suministraba, a su casa de playa?
¿De qué si sus aberraciones existían desde el seminario?
¿De qué si es cierto que el papa Juan Pablo II sabía de sus debilidades cuando lo acogió en el cuerpo diplomático?
¿De qué si conoció de las debilidades pederastas del cura hermano de Benedicto II?
¿De cómo se sentía en el momento de consagrar las hostias sabiéndose criminal y pederasta?
¿De qué si no le remordía la conciencia cuando invocaba a Cristo en cada Misa?
Solo el diácono aquel que guarda prisión nos dio algunos avances del drogadicto y pedófilo.
Indudablemente, si el juicio de este criminal se hubiese llevado en los tribunales dominicanos, muchos personajes clericales y civiles hubiesen quedado incriminados, mientras tanto andan sueltos, celebrando misas y repartiendo absoluciones en el nombre de Cristo, siendo tan criminales como el propio nuncio Wesolowski.
Lo sacaron de aquí para librarse ellos mismos de un juicio. Son los mismos que evadieron el juicio de las niñas abusadas del Albergue de Higüey, del que todavía hoy guardan silencio…
Cuánto honorabilidad, cuánta santidad en nuestra Iglesia bendecida por la Virgen de la Altagracia.
Mientras tanto, allá en el Vaticano, la sentencia nunca excederá los 4 años, y su prisión será en una habitación celestial donde podrá degustar buenos vinos y quesos, para luego salir libre y morir de viejo, arrepentido en algún convento, orando, rezando, dándole gracias a Dios por haberlo librado de la cárcel dominicana donde le hubiesen roto en mil su santo ano, o como le decimos aquí: “el culo”.
No se cómo el papa Francisco se atreve anunciar que va a llevar a juicio al nuncio Wesolowski, no se cómo este acontecimiento judicial no le llena de vergüenza. ¡Sin vergüenza!
Y el primer día dijo Dios: “Hágase la Mierda” y la Mierda se hizo.