El martes, en Cleveland, Ohio, se produjo un asombroso acontecimiento de gran trascendencia mundial, que desde ya es materia de profundos análisis en los círculos políticos más importantes de todos los países. Sucedió que sorpresivamente Estados Unidos pasó a formar parte políticamente de las naciones más atrasadas del llamado Tercer Mundo, hecho que se produjo en lo que originalmente se había anunciado como un debate electoral, pero que devino en un espectáculo televisivo de pésimo gusto, protagonizado por el jefe de la Casa Blanca, un politicastro llamado Donald Trump, quien reiteró sus excepcionales dotes de gran cómico de circo.