Cinco minutos después de haber expirado la tregua de 72 horas en Palestina, Hamás, según el ejército israelí que suele mentir descaradamente, lanzó 57 cohetes de juguete contra territorio ocupado por Israel según un informe publicado por “El País” digital. Israel respondió atacando, con bombas de verdad, 47 puntos en la franja de Gaza. La misma publicación da cuenta de la posición palestina en las negociaciones que tienen lugar en El Cairo en busca de una ampliación de la tregua a la que Hamás ahora se opone a menos que dos condiciones sean acordadas: Una, el levantamiento parcial del bloqueo absoluto sobre Gaza y otra que Israel permita la apertura de un puerto que comunique a Gaza por mar con el extranjero permitiéndole entrar y salir alimentos, suministros, heridos etc.. Son reclamos absolutamente justos, legítimos y esenciales. Israel se rehúsa categóricamente a ambos. El bombardeo, con su secuela de civiles y niños asesinados continúa y hay que preguntarse, si la posición de Hamas es, en este caso, correcta.
Al día sábado 9 de agosto Israel había ocasionado, según un informe de las Naciones Unidas 1869 muertos de los cuales 1380 eran civiles. Uno pensaría que Hamás debería estar desesperado por una tregua o cese del fuego permanente. En cambio, Hamás parece operar con una lógica distinta a la que nosotros solemos emplear y parte de la convicción de que como quiera Israel va a seguir asesinándolos y de que, al final, serán los mismos muertos pero sin pelear y sin que le cueste nada a los israelies.
Es como si Hamás se preguntara: ¿El asesinato de cuantos civiles y niños podemos resistir? ¿10 mil, 50 mil? ¿Cuánta destrucción física podemos soportar? Cuanto tiempo podemos vivir sin luz y sin agua corriente? ¿Cuánto pueden vivir nuestros niños sin escuelas ni hospitales todos destruidos por Israel? La estadística es macabra, pero hay de por medio una ecuación. 1.8 millones de palestinos viven apretujados en la franja de Gaza, exiliados en su propia tierra, el campo de concentración a cielo abierto mas grande del mundo. Ahora hagamos esta otra pregunta: ¿Cuántos miles de civiles y niños adicionales puede Israel asesinar a mansalva sin que esos crímenes terminen de aislarlo y colocarlo en la posición de paria repudiado?¿cuántos niños y civiles mas puede asesinar Israel sin que tanta sangre se le atragante en la garganta?
Israel nunca ha necesitado un motivo para asesinar palestinos. Lo ha hecho cuantas veces ha servido sus propósitos incluyendo esta última matanza cuando, sin fundamento ni pruebas, atribuyó a Hamás el asesinato de tres jóvenes israelíes en Cisjordanía. Ya se ha demostrado que Hamás nada tuvo que ver en ese crimen. Israel nunca ha querido la paz, pero siempre ha sido partidario de las “negociaciones” que no conducen a nada pero que le han servido para encubrir y disimular su aberrante intolerancia. Israel siempre ha tenido un propósito y lo han dicho sus lideres abiertamente: hacerle la vida imposible a los palestinos para forzarlos a que se vayan a otro lado, para que emigren. Los palestinos, en vez de emigrar, resisten la ocupación, el abuso policial y el despojo de sus casas y de sus tierras a favor de los colonos ultraderechistas importados por Israel. Han tratado de inutilizar y neutralizar la población palestina usando el Shin Bet para los crímenes selectivos denunciado por seis ex jefes de esa institución (ver documental The Gatekeepers) y al ejército para las matanzas colectivas.
Hamás sabe que no puede ni podría derrotar militarmente a Israel, por lo tanto, solamente puede aspirar a forzarlo y derrotarlo políticamente. Hamás sabe que la derecha israelí está enquistada en el poder y que solamente la presión internacional y el costo aterrador para su imagen, su economía y su futuro puede modificar su conducta. O sea, para Hamás lograr una victoria parcial dentro de Palestina está obligado a derrotar a Israel en el plano internacional y a decir verdad, sin haber triunfado todavía, se ha demostrado que ese es el camino correcto.
Hamás no va a deshacerse de la capacidad militar que le ha permitido sobrevivir y resistir; no se someterá al arbitraje de sus enemigos porque Egipto bajo El Sisi es tan o mas enemigo suyo que el propio Israel. Los palestinos no pueden confiar en los EEUU aliado incondicional de Israel, entonces ¿qué pueden y deben esperar? Que los judíos en todo el mundo entiendan que Israel no solamente no los representa sino que los desacredita y pone en peligro y los hace, por complicidad o silencio, odiosos y despreciables. Que nadie vaya a Israel de visita, que nadie compre los productos israelíes, que nadie se sienta seguro aliado a Israel, que nadie sea aceptado ni bienvenido en ninguna parte del mundo, que nadie quiera tener relaciones diplomáticas ni de ningún tipo con Israel. Hamás necesita resistir para sobrevivir y los palestinos deberán soportar miles de otros muertos hasta que el mundo, asqueado y harto de los crímenes de Israel, se decida a hacer algo y a decirle a esos fascistas y genocidas: coño, basta ya.
La imagen de Israel no es hoy ni sombra de lo que era antes de estos crímenes. Ya Israel no se percibe como un hogar judío, de gente trabajadora, emprendedora, luchadora y capaz. Israel es visto como un agresor, abusador, fanático, criminal y terrorista que incurre en esos desmanes contando con la protección militar, legal y política de los Estados Unidos de cuya política exterior se han apropiado con la extrema derecha. Israel ha perdido y sigue perdiendo aliados, simpatías y tolerancias. Hamás lo ha entendido y todo parece indicar que está dispuesto a soportar muchos miles de muertos mas hasta lograr que ese entorno internacional asuma las mínimas responsabilidades que el mundo civilizado supone e impone.
Tengo, empero, la convicción íntima de que, por primera vez, todas esas muertes palestinas servirán la causa de su pueblo y tengo también la convicción plena de que Hamás lleva la razón en la posición adoptada porque con Israel no se puede negociar ninguna concesión adicional a todas las que ya ha obtenido. Todo lo contrario, como Hamas correctamente indica: hay que escalar las demandas y pedir y exigir ahora el levantamiento del bloqueo y la apertura de un puerto. Lograrlo costará miles de muertos. No intentarlo, costará igual los mismos muertos. Creo que ese ha sido el calculo de Hamás. Es una ecuación terrible pero no veo que tengan otra. Todos han empujado a los palestinos a un callejón sin salida y ya veremos cuantos miles de muertos se atreve Israel a ofrendarle al mundo que hasta ayer era cómplice de sus crímenes y que hoy empieza a avergonzarse de su tolerancia y de su silencio.
Mi admiración y respeto para la justa causa del pueblo palestino.
Mierda para las fascistas israelíes.