“No se pone sobre aviso a quien se pretende eliminar” reza un antiguo precepto del arte de la guerra y de la política. Por tanto, habría sido un error de Hipólito Mejía durante la campaña del 2012 amenazar a los peledeistas con enjuiciarlos por corrupción ya que, al verse amenazados, cerrarían filas, se defenderían entre si y lucharían con mas bríos contra el peligro que significaba la victoria electoral del otro. Se le pide al lector que, por favor, tome nota.
Durante el invierno de 1942-43 el Almirante Canaris, jefe del Abwer, la inteligencia militar alemana, por órdenes de Hitler, investigaba como y por qué los rusos eran capaces de reconstruir sus ejércitos con tropas nuevas como si sus reservas fueran inagotables. Un coronel le explicó que el Führer había declarado la guerra total a los rusos y al hacerlo los había obligado a pelear a muerte. De esa encrucijada procedía su inagotable vigor y renovación. Canaris aceptó la explicación pero añadió: El Führer no podía hacer otra cosa. Sin declarar una guerra a muerte no podía lograr la ferocidad, el ímpetu que el ejército alemán necesitaba para acometer la conquista y someter al pueblo ruso. De nuevo, se pide al lector tomar nota.
Robespierre, líder revolucionario francés del siglo XVIII amenazó a sus adversarios pidiéndole poderes a la Convención con los cuales esperaba exterminarlos. Consiguió los poderes pero no lo hizo y terminó guillotinado en breve plazo por aquellos a quienes había tenido la intención de aniquilar. De nuevo, se pide al lector que tome nota.
De acuerdo a los tres párrafos anteriores y pensando en la situación dominicana de hoy en día podría pensarse y llegar uno a la conclusión de que, mientras mas amenazados con futuros procesos judiciales se vea Danilo Medina y su gente, tanto mas difícil se hará derrotarlos. Sabiendo o temiendo ellos lo que les espera si pierden, harán hasta lo indecible por no salir del gobierno. Por lo mismo y siguiendo esa lógica, no es sabio arrinconar a Medina y los suyos sino tenderles una pasarela para descender del poder sin miedo a enfrentar la cárcel. Se infiere, en consecuencia que, mientras mas nos enojamos, mientras mas prometemos castigo, mas atrincherado está nuestro enemigo, mas fuerte hacemos su resistencia y mas duro el camino para nosotros desalojarlos. Por favor, se pide tomar nota aquí también.
A la mayoría de los políticos dominicanos les conviene -de acuerdo con esta lógica- enfrentar la corrupción de Medina y los suyos del PLD dejando la puerta abierta para que aquellos entiendan que una derrota electoral no significaría el inicio de procesos ni persecuciones judiciales contra ellos. Despejado ese temor, se espera –siempre en la misma lógica- que no luchen a muerte, que se peleen entre ellos y que, la sociedad dominicana que quiere cambios, pero sin traumas ni alteraciones, se acoja a una propuesta política que traiga una apariencia de cambio pero que en esencia no cambie nada. Unos corruptos consumados se sustituyen por unos futuros o posibles corruptos que quizás aprendiendo la lección o el cambio de los tiempos, serían un poco menos corruptos que Medina y los suyos.
Sin embargo, es mi opinión y la intención de estas líneas demostrar que al pueblo dominicano le conviene otra cosa muy distinta y que dejarlo a él o las cosas como están es la ingobernabilidad, el sálvese quien pueda.
Creo firmemente que debemos amenazar con todo a Danilo Medina, amenazarlo incluso con penas que hoy día no existen en el Código y hacerle saber que lo perseguiremos de día y de noche y que, no importa donde vaya, siempre le caeremos atrás hasta hundirlo y sepultarlo, hasta que solamente quede de él la imagen del prototipo de lo deleznable, lo despreciable lo irrepetible.
Ahh pero . . . El lector deberá ahora preguntarse, ¿que ganamos amenazando con perseguir a Medina? ¿para que nos sirve su atrincheramiento cuando sería mejor dejarlo irse aunque sea por la puerta de atrás? ¿por qué empeñarnos en una lucha mas larga y mas dura para desalojar a Danilo Medina si lo lógico es tratar de derrotarlo con la mayor economía de tiempo y recursos?
Danilo Medina ha sido tan malo, tan corrupto, tan perverso y a la vez tan irresponsable que ha infligido a la sociedad dominicana total (eso incluye a los propios peledeistas y sus familiares) un daño inconmensurable, un daño que el no tiene años de vida con que pagarlo. Por lo tanto, es necesario llenar al pueblo dominicano de un odio legítimo, inculcarle que no debe haber perdón porque solamente un pueblo ofendido, agraviado y puteado es capaz de reclamar y perseguir justicia. Mientras mas nos haga sufrir y mientras mas vejaciones nos imponga, mayor será la fuerza con la que lucharemos hasta crear una situación donde el perdón sea inadmisible, donde el olvido no sea opción, donde la idea del borrón y cuenta nueva sea en si misma un delito.
Las actuaciones de Danilo Medina, de su entorno y de tantos otros que han prevaricado impunemente, que han robado, matado, engañado y puteado este pueblo se sustenta en la tradición de impunidad. Si otros lo hicieron y no les pasó nada ¿por qué habría de pasarle a ellos? Este ciclo maldito se rompe solamente si Danilo Medina logra llevarnos hasta las tablas y si nosotros, después de fracasos, vacilaciones y deserciones acumulamos suficiente rencor como para convertir la sed de justicia en el pan nuestro que nos alimente cada día.
En resumen: una victoria mas o menos fácil y que es técnicamente posible, dejará las cosas –en esencia- como están y el camino abierto, con boleto de ida sin regreso para Mad Max.
Un atrincheramiento de Danilo Medina, que siga comprando gente, sobornando, corrompiendo instituciones, procedimientos, tergiversando evidencias, ocultando, apañando, encubriendo para no caer y que arriba de eso nos obliga a pagar la cuenta debería enojarnos, indignarnos y obligarnos a echar un pleito a muerte que hasta ahora no hemos querido echar y que no echaremos hasta que no seamos obligados a hacerlo. No lo digo como advertencia para evitar que suceda sino deseando, de todo corazón que acontezca porque no puede cuajar una país mejor sin un profundo estremecimiento que lo sacuda entero y, si me dijeran pide un deseo. . . preferiría un rabo de nube . . .