Murió en la ciudad de Puerto Plata, el martes 10 de diciembre de 2019, el reconocido hacendado, ganadero, naviero, filántropo don Miguel Ángel Cocco Pastoriza, a la edad de 101 años. Llegó a acumular una gran fortuna en dinero y tierras en Maimón, Puerto Plata. No dejó hijos reconocidos y era viudo.
Su sentida muerte, consterno al pueblo de Puerto Plata, por sus arraigos que tenía allí.
Don Miguel Cocco fue un ciudadano íntegro y que dedicó los mejores años de su existencia al trabajo. Siempre vestía de pantalón de kaki y camisa blanca. Era muy formal en sus compromisos de negocios y recepciones familiares y amigables, de vestir traje.
De una acrisolada honestidad. Munícipe a carta cabal. Fue un ejemplo de hacendado y ganadero en su pueblo de Puerto Plata. La que quiso con cariño y amor.
En Puerto Plata se les respeto y admiro. Era un hombre de una sola palabra.
Vivió apartado de la política partidista. No ocupó posiciones gubernamentales en ningún gobierno del país.
Fue miembro de diferentes clubes sociales y culturales de su ciudad natal de Puerto Plata.
Hasta los últimos años de su existencia fue Tesorero del Club del Comercio, de Puerto Plata y su Presidente, el reconocido abogado, notario, historiador, genealogista y escritor el Dr. Carlos Manuel Finke González (1925—2016), institución fundada el 22 de septiembre de 1874, ubicado en las calles Beller y José del Carmen Ariza. .
Por más de ochenta años se dedicó en su ciudad natal de Puerto Plata a regentear su finca ganadera y su agencia naviera. En sus negocios tenía varios trabajadores y siempre fue en ayuda de los mismos en asuntos perentorios de su vida.
En su juventud disfrutó de los placeres de la vida, con la debida moderación y apegado a los buenos modales.
Fue un hombre simpático, sincero y cariñoso con sus familiares y amigos.
Siempre estuvo dispuesto en ir en ayuda de alguien necesitado. Ayudó económicamente a personas e instituciones. No era dado a divulgar lo que hacía a favor de una persona o institución.
Miguel Ángel Cocco Pastoriza nació en la ciudad de Puerto Plata, el 30 de septiembre de 1918, hijo de los esposos: Manuel Cocco Jr. (nacido 22 de enero de 1889 y fallecido el 5 de diciembre de 1961) y de doña Eulogia Pastoriza (nació el 8 de junio de 1889 y murió el 30 de enero de 1928) y procrearon, además, los hijos: Gilda, Zoraida, Antonio y Migue Tomás Cocco Pastoriza, todos fallecidos.
Fue muy amigo y condiscípulo del mayor del Ejército Nacional, Segundo Imbert Barrera (1918—1961), asesinado después del ajusticiamiento dictador Trujillo, en el que su hermano Antonio Imbert Barrera (1920—2016), participó en dicho complot.
Desde temprana edad se dedicó al trabajo productivo y se hizo de una gran cantidad de tareas, en Maimón, Puerto Plata, dedicada a la ganadería.
En la Semana Santa, a los clientes que les compraban leches, se la donaba.
Miguel Cocco Pastorizo se matrimonió en primeras nupcias en 1943 con Lidia Teresa Abbot Torres (1910—1973), hija de Juan Abbot y Ana Torres De la Cruz). Luego, casó en segundas nupcias en 1978 con una hermana de su antigua esposa, señora Consuelo Herminia Abbot Torres (1917—2004). Con ningunas dejó descendencias.
El 19 junio de 1959, desembarcaron los expedicionarios en la gesta patriótica de Constanza, Maimón y Estero Hondo. Por su finca en Maimón, fue el desembarco.
Su gran amigo, Segundo Imbert Barrera fue acusado junto a los señores Jorge Maltes Torres (a la sazón Administrador del Ingenio Monte Llano de Puerto Plata), Mencho Martínez, Domingo Pepín (a) El Chivo, Luis María Hernández Céspedes (a) Brigui, Pascual Cáceres, (a) Sargente Petigreré, Sargento Francisco Arache y Cabo Miguel Sosa, todos ellos acusados del asesinato de Luis Felipe Espinosa, líder de los trabajadores azucarero de ese ingenio, ocurrida el 8 de noviembre de 1946, a la sazón presidente del Sindicato de Trabajadores de Monte Llano, Puerto Plata, quien murió a causas de golpes en la cabeza y ahorcado.
El expediente se abrió con un memorándum de la presidencia de la República, sin firma, lo que demuestra que era un expediente político, abierto 9 años después del asesinato del dirigente azucarero Espinosa, cuando el mayor Segundo Imbert Barrera, estaba al servicio de la dictadura en Puerto Plata.
El Juez de Instrucción que instruyó dicho expediente fue el doctor José Sixto Ginebra Henríquez. En dicho expediente se hablaba de Fernando Spignolio y Félix La Hoz, dando a entender, aunque no de manera clara, que el exmayor Segundo Imbert Barrera tenía relaciones con Spignolio.
El Juez y el Fiscal de la entonces Cámara Penal de Puerto Plata, fueron trasladados y enviados Ad—hoc con instrucciones especiales. Como Juez actúo, el doctor José Reyes Santiago y como Fiscal, el doctor José Canó López.
En Marzo de 1956, el exmayor Segundo Imbert Barrera y demás acusados del asesinato de Luis Felipe Espinosa, fueron juzgados en cuatro días de audiencias kilométricas. El abogado defensor del exmayor Imbert Barrera, lo fue el connotado jurista, escritor y antitrujillista licenciado Armando Rodríguez Victoria.
El exmayor Segundo Imbert Barrera en los días transcurridos de las audiencias, demostró ser un hombre valiente y afrontaba las adversidades con calmas. Jamás vaciló y siempre fue firme en sus declaraciones. El exmayor fue condenado a treinta años de trabajo público y también los demás acusados a diferentes penas. Para cumplir esa sentencia fue trasladado a la cárcel de La Victoria, en Santo Domingo, donde prestó toda suerte de cooperación a los presos políticos del Movimiento 14 de Junio, caído en la mazmorra en enero de 1960. Dándole ánimo a los decaídos, valor a los afligidos, salud a los enfermos y en fin se constituyó en la admiración de aquellos hombres.
A todas las audiencias y después cuando Segundo Imbert Barrera, fue trasladado a Santo Domingo, Miguel Cocco asistió y se trasladaba a Santo Domingo a visitar a su amigo a la cárcel.
Por muchos años mantuvo una gran amistad con el doctor Carlos Manuel Finke González, quien se convirtió en su abogado y notario. Luego, lo fue la Licda. Ramona Lucia Suero Martínez.
A todos sus empleados y trabajadores lo trataba con respeto, afecto y cariño. Muchos de ellos tenían más de cincuenta años a sus servicios, tanta en su hogar de la calle Antera Mota y las finca Catherine, de Maimón, Puerto Plata.
Con la desaparición de don Miguel Ángel Cocco Pastoriza, de una limpia y larga trayectoria de trabajo, pierde el pueblo de Puerto Plata a un brillante y sobresaliente hijo.