El término docente es polisémico y se utiliza para referirse a todo aquello propio o asociado a la docencia. Proviene del latín docens, que a su vez deriva de docēre, que significa enseñar. Se usan como sinónimos: educador, formador, enseñante, maestro,  académico, pedagogo, facilitador, entre otros. Profesor es aquella persona que se dedica profesionalmente a la enseñanza. En algunos países prefieren llamar maestros a los que enseñan en primaria y profesor a los de secundaria y superior. En otros utilizan profesor para todos los enseñantes y maestros para aquellos considerados educadores excelentes.

Los especialistas afirman que la personalidad del individuo es factor importante para determinar un estilo docente. Y el aprendizaje está influenciado por las actitudes que maestros y profesores proyectan en los alumnos. Cuando el maestro o profesor ejerce la docencia establece relaciones con los alumnos y ocurre una integración consciente e inconsciente de todo cuanto conoce y sabe, desarrollándose así un estilo personal de enseñanza. Los estudiantes también tienen sus estilos para aprender.

El éxito o fracaso de la educación que se imparte en las escuelas tiene que ver con quién enseña. Por algo el dicho popular señala: “Cada maestro tiene su librito”. Y es así. En definitiva, los docentes pueden recibir la misma preparación cuando estudian, pero no todos lo demuestran ni se paran frente a una clase de igual manera.

La literatura sobre estilos docente es abundante y muestra diferentes clasificaciones. A continuación una selección, reconociendo que es difícil encontrar estilos puros:

ANÁRQUICO. Este estilo docente se caracteriza porque no suele trabajar con un orden determinado y en general acomete las tareas según van llegando. Esto se traduce en clases y exposiciones un tanto desorganizadas, e impone a los alumnos hacer la reconstrucción.

AUTORITARIO. Privilegia el orden de la clase, el seguimiento de sus instrucciones, el cumplimiento de normas y órdenes, pero no se preocupa por brindarles afecto. El grupo de estudiantes usualmente trabaja, pero muchos sienten temor porque pueden ser reprimidos por cualquier muestra de indisciplina.

DEMOCRÁTICO.  Se caracteriza porque permite y estimula la participación de sus alumnos para analizar y buscar soluciones; crea un clima de confianza para que las opiniones sean igualmente valoradas; aclara los malos entendidos, suprime los obstáculos y contribuye al desarrollo de la discusión con propuestas para discutir en lugar de solucionar. Se definen y aplican normas que se construyen colectivamente para el funcionamiento de la clase.

DIRECTO. Consiste en exponer las propias ideas, imponiendo su autoridad y competencia.

DISPLICENTE. Es aquel con el cual los alumnos aprenderán nada. No se preocupa por su clase; no le importa si los estudiantes están interesados o no, pues permite que la clase haga lo que quiera. Al final, todos aprueban incluyendo aquellos que nunca asistieron a clase.

INDIRECTO. Propio de los profesores que tienen en cuenta las ideas de sus alumnos, promueven el dialogo e influyen en sus sentimientos.

INSPIRADOR.  Se trata de un gran profesor, capaz de inspirar a generaciones y siempre será recordado por sus alumnos, lamentablemente cada vez hay menos con este estilo.

INTEGRADOR. Es capaz de crear un clima social amistoso donde predomina el reconocimiento y el elogio, no la violencia; un ambiente donde la crítica es constructiva y objetiva, y se toman en cuenta las iniciativas de los alumnos.

INTELIGENTE.  Demuestra conocimientos en diferentes áreas y trata de pasar la información obtenida de los mejores.

INSTRUMENTAL.  Propio de los profesores que orientan su actividad docente a los objetivos de aprendizaje y centrados en la dirección y autoridad.

JUDICIAL. Es aquel que tiene una gran preocupación por controlar, evaluar y supervisar toda la actividad escolar.

MOTIVADOR. Sabe qué hacer y domina la clase como pocos; su experiencia profesional le permite darse cuenta de todos los matices, siempre sabe qué decir y cuándo decirlo, es un líder.

NATO. Tiene el tacto necesario para adaptarse siempre a las necesidades y características de los educandos; hace de la educación una tarea de permanente entusiasmo. Es claro y preciso en sus apreciaciones y muy comprensivo. Su deseo es ayudar a los alumnos.

NEGLIGENTE. En este estilo no hay normas, límites, ni muestras de afecto. Evidencia una desconexión entre docente y discentes. Lo anterior afecta profundamente los aprendizajes en áreas académicas y en las competencias ciudadanas.

PERMISIVO. Es afectuoso con el grupo de estudiantes, pero no define normas ni hace cumplir los límites, lo cual afecta el desarrollo del programa académico. Este estilo trae consigo problemas disciplinarios que dificultan el aprendizaje.

El estilo docente repercute en el aprendizaje de los alumnos, sin embargo, llámense maestros o profesores, algunos de ellos son, sin duda, de las personas que más marcan la vida de muchos de sus estudiantes.