Los docentes y la sociedad saben que toda actividad educativa responde a unas intenciones educativas, que se convierten en el punto de partida de todo proceso de enseñanza-aprendizaje, y les imprimen orientación y direccionalidad.
En la última década del siglo pasado, en el marco del Plan Decenal de Educación, se llevó a cabo una importante reforma curricular y pedagógica que en la práctica, sin embargo, no llenó las expectativas de la sociedad dominicana porque no logró “el mejoramiento del sistema educativo nacional”, su propósito principal, y en consecuencia, impactó poco la calidad de la educación preuniversitaria.
En esa reforma se sustituyeron los objetivos de siempre por propósitos educativos y se introdujo el enfoque constructivista en el diseño curricular.
Más de dos décadas después, el Ministerio de Educación se dio como tarea revisar y actualizar este curriculum, en cuya fundamentación expresa que integra el constructivismo y el enfoque por competencias.
La incorporación de las competencias, además de expresar las intenciones educativas, permite enfatizar la movilización del conocimiento, la funcionalidad del aprendizaje para la integración de conocimientos de diversas fuentes en un contexto específico, dando lugar a un aprendizaje significativo (Diseño Curricular del Nivel Primario, 2014, p. 27).
Mientras los objetivos denotan la búsqueda de conductas parcializadas y determinadas que se manifiestan de manera aislada en relación a la persona y al contexto donde actúa, y se refieren a hechos que van a ocurrir de manera invariable al final del proceso educativo, los propósitos reflejan el énfasis en los procesos.
Las competencias se presentan como la integración y manifestación de conocimientos y destrezas que exigen los recursos integrales del sujeto en tareas determinadas por su contexto cambiante. En palabras de Perrenoud (2010), una competencia nunca es el puro y simple empleo racional de conocimientos, de modelos de acción, de procedimientos. Para el caso de la construcción de una competencia, esta se encuentra proyectada como una indicación de que se está haciendo en el presente inmediato sin lugar a dudas.
Las competencias enmarcan una serie de elementos que integran una actividad observable y medible, al igual que los objetivos y propósitos, sin embargo, el enfoque por competencias tiene una visión más integral, ya que observa y registra el desempeño de los alumnos dentro de su entorno y contexto, con base en la aplicación de un significado o significados de aprendizaje, construidos a través de sus propias experiencias. La competencia es la acción que se va a realizar para lograr tanto el propósito como el objetivo.
Objetivos, propósitos y competencias son recíprocamente complementarios, cada uno con espacio propio en el campo educativo, pues todos ellos son intenciones educativas. Pero, no cabe duda de que a muchos docentes les preocupa cómo formular cada uno de ellos, y aunque definitivamente lo hacen, lo interesante está en si los formulan bien para el proceso de enseñanza y aprendizaje que planifican.
De manera que para decidir qué los alumnos van a construir deben tener claro qué es un objetivo, un propósito y una competencia. Además, deben saber las implicaciones que tiene cada uno de ellos en el proceso de enseñanza y aprendizaje, ya que de esto dependerá, en gran medida, su desempeño ante los estudiantes.
Un objetivo es algo que se desea o se quiere alcanzar o realizar. Debe ser claro y específico para que no dé lugar a confusiones o malas interpretaciones. Se define como la planeación de los procesos de aprendizaje en cada uno de los diferentes saberes: conceptuales, procedimentales y actitudinales y debe asumirse como una conducta observable, medible, alcanzable y real. El profesorado es, principalmente informador.
Por su parte, la competencia es holística, implica que en una acción se ponen en juego los saberes conceptuales, procedimentales y actitudinales, a diferencia de los objetivos que los separa y favorece actividades para adquirirlos aisladamente, es decir, objetivos cognitivos, psicomotores y afectivos. El profesorado pasa a ser organizador y facilitador del aprendizaje.
La formulación de los propósitos es una propuesta de algo que no es seguro que se logre o lleve a cabo, que solo es probable que suceda, quedando en la incertidumbre del proceso el nivel de logro que propone. Y esta es la principal diferencia con la competencia: su incertidumbre. Mientras la competencia sentencia algo que se debe saber hacer y presume en qué cantidad, el propósito sólo lo presenta como una posibilidad de logro que tendrá que ser constatado a través de la valoración de los aprendizajes esperados de donde surge su formulación.
Un propósito no tiene plazo, es algo fijo. En cambio, el objetivo sí, porque puede establecerse a mediano, corto o largo plazo. El objetivo responde a un propósito, si no hay un propósito, no hay objetivo. Y se entiende como el componente que da intencionalidad y direccionalidad a la planificación. Son una explicación de la aspiración que orienta el quehacer educativo y que expresan los aspectos deseables o que se quieren conseguir. Los propósitos permiten tener claro el desde dónde, para qué, el qué, el cómo del proceso pedagógico; el sentido y finalidad que se pretende alcanzar. “Con propósitos todo, sin ellos nada” (Espinal Gadea, 2012).
Para la formulación de las intenciones educativas, los autores no coinciden en cuanto al tiempo y al modo del verbo, tampoco en las partes constitutivas. A seguir, una propuesta para ilustrar los ejemplos. Conviene disponer de una lista de verbos que facilite la redacción. En internet hay para escoger.
- Competencias: Verbo en presente, 3a persona singular (1) +objeto (2) +complemento (3) +condición (4).
Produce (1) artículos de opinión (2) con respecto a temas de discusión (3) en el país (4).
- Objetivos: Verbo en infinitivo (1) +objeto (2) +complemento (3) + criterio de ejecución –puede omitirse- (4).
Señalar (1) en un mapa hidrográfico de RD (2) los ríos dados en una lista (3), acertando al menos cinco de ocho (4).
- Propósitos: Verbo presente subjuntivo (1) + objeto (2) + complemento (3) +finalidad o impacto (4).
Aplique (1) la forma de elaborar propósitos (2) a través del ejercicio reflexivo de los elementos que los constituyen (3) para tener la guía de su práctica docente (4).