El pasado lunes 10 el expresidente de Ecuador, Rafael Correa, se despidió de sus seguidores y del país, tomó el avión y se dirigió hacia su nueva casa. Correa se radicará en Bruselas, ciudad de donde es oriunda su esposa Anne Malherb y en donde se reunirá con su familia. En sus palabras de despedida exhortó a sus compañeros y compañeras de partido (Alianza País) a cuidar el país y a cuidar la Revolución. El ex mandatario pidió a sus seguidores que "cuiden lo ganado" en relación a la obra de diez años de gobierno (2007-2017).
Rafael Correa, un preclaro economista, ha sido en Ecuador el líder principal de un proyecto social, económico y político, impulsado por el movimiento Alianza País. Fue presidente durante tres períodos (2007-2009; 2009-2013; 2013-2017), que han estado sustentados por la Constitución emanada de la Asamblea Constituyente del 2008. Dicho proyecto se enmarca dentro de la corriente del socialismo del siglo XXI y tiene como objetivo la implementación del crecimiento integral y sustentable de la sociedad ecuatoriana, desde la perspectiva del paradigma del Buen Vivir.
Se ha definido el Buen Vivir de la siguiente manera: “La satisfacción de las necesidades, la consecución de una calidad de vida y muerte digna, el amar y ser amado, el florecimiento saludable de todos y todas, en paz y armonía con la naturaleza y la prolongación indefinida de las culturas humanas. El Buen Vivir supone tener tiempo libre para la contemplación y la emancipación, y que las libertades, oportunidades, capacidades y potencialidades reales de los individuos se amplíen y florezcan de modo que permitan lograr simultáneamente aquello que la sociedad, los territorios, las diversas identidades colectivas y cada uno -visto como un ser humano universal y particular a la vez- valora como objetivo de vida deseable (tanto material como subjetivamente y sin producir ningún tipo de dominación a otro)”. (Plan Nacional para el Buen Vivir, 2009 – 2013).
Muchos han sido los logros sociales y políticos de la “Revolución Ciudadana”. Entre estos podemos señalar los siguientes: En 2007, el porcentaje de personas pobres por ingreso era de 36,7 por ciento, cifra que ha descendido hasta llegar al 23,3 por ciento en 2015, lo que indica que más de un millón de ecuatorianos avanzaron significativamente en la superación de la pobreza; en el caso de la pobreza extrema, Ecuador registra un descenso de ocho puntos porcentuales desde el 2007, ubicándose, en 2015 en 8,5%, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos en su Encuesta Nacional del año 2015.
La pobreza por ingresos urbana y rural ha experimentado un descenso significativo. La urbana experimentó una baja del 24,3 al 16,4 por ciento mientras que la rural se redujo del 61,3 al 35,3 por ciento, evidenciando que cada vez hay menos pobres en las ciudades y los campos. Además, el crecimiento económico y los recursos provenientes de la comercialización de los hidrocarburos han beneficiado a la mayoría de los ecuatorianos. La relación del ingreso promedio del 10 por ciento más rico con relación al 10 por ciento más pobre, en número de veces, bajó de 42 a 25, acortando la brecha entre quienes reciben más ingresos y los que menos dinero perciben, es decir, entre 2007 y 2015, el quintil más pobre duplicó su ingreso mensual per cápita.
La tasa neta de matrícula en educación básica subió del 92 al 96 por ciento en ocho años y el total de matriculados en el sistema público aumentó de dos millones 604 mil a tres millones 479 mil. Además, entre 2007 y 2015, la matrícula de la población más pobre incrementó seis puntos porcentuales, pasando del 89,0 por ciento a 95,4 por ciento.
Los 10 años de la Revolución Ciudadana en Ecuador no han estado exentos de dificultades y contratiempos. De hecho en 2010 hubo un intento de golpe de Estado, de agresión y de secuestro del presidente Correa por un grupo de policías sublevados. En varias ocasiones se ha hablado, además, de la intervención oculta de funcionarios de la embajada norteamericana apoyando partidos, organizaciones y proyectos desestabilizadores de la oposición partidaria. Otro elemento que ha sido destacado es que varios funcionarios e incluso familiares de Correa han sido acusados de corrupción, y, finalmente, sectores de la prensa han tildado de autoritario y centralizador al ex presidente de la República Ecuatoriana.
En Ecuador hay un nuevo gobernante, Lenín Moreno, que pertenece al mismo movimiento partidario de Rafael Correa, y que se supone que seguirá impulsando el Proyecto social, económico, cultural y político del Buen Vivir. El gran desafío estará en mantener y profundizar los logros de la Revolución Ciudadana en marcha, sin dejarse contaminar ni sobornar por las multinacionales del comercio globalizado y por la élite financiera local. Esto es más importante que nunca en una coyuntura latinoamericana en la que proyectos políticos parecidos a los de El Ecuador están siendo amenazados y desarticuladas por la derecha política conservadora, corrupta e irracional, apoyada por los centros imperiales del Norte, como está sucediendo en Argentina, Brasil, Cuba y Venezuela, entre otros.