La situación es ya para alarmarse. Históricamente, ningún gobierno dominicano ha facilitado que las mujeres dominicanas asciendan a posiciones importantes de poder político, a pesar de haber crecido en la sociedad la expectativa de que eso cambie.
Motivadas por el deseo de mejorar sus condiciones de vida y autoestima, muchas mujeres han ingresado al sistema educativo y laboral, y han avanzado con éxitos en esas esferas. A nivel político siguen muy rezagadas; los hombres se resisten.
En las elecciones de 2020, el Partido Revolucionario Moderno (PRM) ganó con una propuesta de cambio. ¡El cambio va! fue un eslogan que resonó por doquier. Además, el partido se apellida Moderno. Por tanto, era de suponerse que el presidente Luis Abinader estructuraría un gabinete paritario, o casi paritario, con destacadas mujeres perremeístas, capaces y de probada honestidad (debe haber muchas en el PRM con esas cualidades).
Sin embargo, mientras Abinader anunciaba por Twitter los ministros de su gabinete, las mujeres brillaban por su ausencia.
Al final, quizás por una combinación de presión social y vergüenza, Abinader anunció la designación de tres mujeres en su gabinete: en el Ministerio de la Mujer (obvio), en el Ministerio de la Juventud y en el Ministerio de Cultura. Una representación numéricamente pírrica y en ministerios de bajos presupuestos y limitado poder en la estructura gubernamental.
De esas tres mujeres nombradas originalmente, ya Abinader canceló a la primera que nombró en el Ministerio de la Juventud y a la segunda que ocupó ese puesto también; en ambos casos por supuestos actos de corrupción (ahora un hombre es el ministro). También canceló a la primera mujer que nombró en el Ministerio de Cultura (ahí la sustituyó por otra mujer).
Estas cancelaciones han ocurrido en menos de un año y medio de gobierno perremeísta, y realmente llama mucho la atención que, de tan pocas ministras nombradas, tres hayan sido ya canceladas. Estadísticamente es improbable que esto ocurra, por tanto, hay que asumir motivaciones políticas o fuertes prejuicios culturales contra las mujeres.
Uno se pregunta: ¿por qué, con tan pocas ministras, dos hayan sido ya destituidas por supuesta corrupción? ¿No se empleó Abinader a fondo en escoger mejor sus ministras? ¿No hay corruptos entre los hombres del gabinete, que son la mayoría? ¿Son las ministras canceladas más corruptas que los ministros? ¿Por qué ha preferido Abinader nombrar varios ministros que no son del PRM, dejando fuera de su gabinete a las mujeres perremeístas? ¿Es que no hay suficientes mujeres en el PRM capaces y honestas? ¿No confía Abinader en ellas?
Políticamente es inaceptable que el gabinete tenga tan pocas mujeres. Es excluyente, inequitativo y antidemocrático. Actualmente, de un total de 23 ministerios, solo en dos hay mujeres encabezando el ministerio: en el de la Mujer y en Cultura.
Las mujeres del PRM deben ser las primeras en identificar esta situación adversa y buscar la forma de remediarla. Sorprende que hayan aceptado esta representación pírrica con silencios públicos. Si no alzan su voz en conjunto, seguirán marginadas.
Artículo publicado en el periódico HOY