Sabiendo que, a mas tardar durante el año 2020, República Dominicana entrará en una crisis de deuda de magnitud y envergadura desconocida; sabiendo que será necesario reprimir comunidades, despedir empleados, cancelar proyectos, perseguir y buscar a quien echarle la culpa del desmadre sin precedentes uno se pregunta ¿y cual es el apuro de Danilo Medina, de Leonel Fernández, de Luis Abinader y otros en alcanzar unos y conservar el otro la presidencia de la república? Ninguno de ellos es tonto para no ver lo que está por venir, lo que de hecho ya asoma desde hace rato y sin embargo, la lucha, el afán por la presidencia está ahí agudo, irrenunciable.
Danilo Medina quiere y necesita la reelección para protegerse judicialmente pero el sabe o debiera saberlo que esa crisis –la mas grande de nuestra historia- se llevará por delante todo lo que encuentre. Pero Medina, si no fuera por esa necesidad de blindarse y si pudiera negociar una reforma constitucional que le permita volver a postularse podría estar concibiendo una jugada maestra. Quien haga de presidente entre 2020-2024 estará obligado a un programa económico de ajuste feroz impuesto por la banca y ante el cual los casos de Grecia, Irlanda, Portugal etc. serán juego de niños. Nadie podrá traer prosperidad económica sino penurias. Suicidios, quiebras y empobrecimiento adicional es todo cuanto pueden esperar los dominicanos en ese periodo.
Si existe una buena y poderosa razón para que Danilo Medina no busque reelegirse además de la prohibición constitucional esta sería evitar el desmadre y que la culpa por todo lo malo le toque a otro porque la memoria de la gente además de mala y selectiva es corta. Antes de dos años ya habrían olvidado de que el fue el gran causante de esa crisis y estarían echándole la culpa al nuevo presidente por las penurias, el desorden, la ingobernabilidad.
Leonel Fernández sabe de esa crisis inminente y aun así persigue la candidatura y quiere un nuevo periodo. ¿Es tonto o sadomasoquista Leonel Fernández? Ni lo uno ni lo otro. Está simplemente obligado a enfrentar a Danilo por su propia supervivencia política, la condición igualmente irrenunciable de su ambición personal y la certeza, que comparte con Danilo Medina y una buena parte del país de que está legitimado por la ineptitud e incompetencia de los demás aspirantes a la primera magistratura. Si no hay peloteros que den la talla para Serie Mundial, pues se sacrifica él, lo mismo que en otra medida inspira y alienta a Danilo.
Luis Abinader, ha sido una esperanza que no convence a muchos ni siquiera entre su propio PRM, y no han sido capaces de beneficiarse del tremendo desgaste del PLD y del gobierno actual porque cuando la gente, airada, frustrada y ofendida condena a Medina no lo hace para fortalecer la causa de Abinader, que no abraza ninguna de hecho, sino para sumirse en la desesperanza.
Guillermo Moreno, con mas reclamo ético y de causa y Alianza País mas pequeña pero mejor estructurada y motivada sufre de la enfermedad que ya condenó antes a Eduardo Estrella: mala e inadecuada conexión y asincronía con el cuerpo social y lo que este enarbola como sistema de valores. Desafiando a Einstein, ellos y los demás dirigentes de partidos pequeños siguen haciendo lo mismo y, realmente, no puede decirse que esperen resultados distintos.
Entonces, mientras estas personas aspiran a la presidencia y la gente se apresta a sumarse al carnaval electoral nadie parece percatarse del drama que se avecina. A diferencia de otros procesos, el que viene, solamente definirá a quien le toca el muerto, quien asumirá las culpas, a quien sacrificarán, quien pagará los platos rotos y como podrá manejarse una catástrofe económica en un país con su infraestructura productiva descuartizada, sin instituciones, ni autoridad, ni respeto, ni orden sino unas apetencias terribles de consumir, de aparentar, ostentar, de vivir prestado y haciendo trampas como si el destino no fuera a alcanzarlos.