Logro dormirme muy fácilmente y, además, cuido que el sueño me encuentre lo más tranquila, optimista y ordenada posible para disfrutarlo y propiciar sueños de experiencias positivas. Muchas veces, antes de acostarme, me animo a pedir un deseo, asegurándome que no importa lo que sea, me será concedido. Otras veces, cuando lo que más necesito es abrazar lo que ya tengo, solo imagino que “ayer” pedí un deseo y que lo que pedí es exactamente lo que tengo hoy, y entonces detallo “lo que es” y lo agradezco tal como es.
Lejos de que el alma se me vuelva conformista, la práctica de agradecer lo que es, me llena de energía y de confianza en el día que estará servido para mí y para todos al abrir los ojos.
En lo que se refiere a la educación y formación de las personas, dejaré la lista de deseos para la semana que viene, así los que se animen tendrán frescas algunas razones para regalarle una de sus uvas a la petición con la que se sientan más identificados. Hoy, en vísperas de navidad, prefiero hacer un recuento rápido de lo bueno, de los progresos, y honrar así un poco a los que dedican sus esfuerzos a dejar un legado.
La secundaria técnica, es decir, los politécnicos, volvieron este año escolar a clases presenciales, y no solo a las aulas y laboratorios, sino que, además, los estudiantes pudieron realizar sus prácticas formativas en empresas.
Por fin, el currículo que se estrenó en 2017 tendrá la oportunidad de probar su nuevo formato de pasantías, con lo que podremos medir qué mejoras logramos en el perfil de lo egresados al acercarlos al ambiente laboral mientras estudian. Para esto lanzamos, además, la Red De Par En Par, que esperamos sirva como herramienta de conexión y de retroalimentación entre las empresas y el sistema educativo.
Para el nivel Técnico Superior universitario se aprobaron más planes de estudio en los últimos dos años de lo que se había logrado en los 10 anteriores, con lo que esperamos que más jóvenes ingresen a carreras universitarias cortas que le otorguen una titulación con valor en el mercado laboral y que le faciliten continuar hacia carreras universitarias de grado, si así lo desean.
En este nivel, el Técnico Superior, se diseñó un modelo dual que establece las condiciones para aumentar la oferta que habilita a profesiones de alta demanda en el mercado laboral, aprovechando la capacidad instalada en el sector productivo para formar grupos pequeños con rigurosidad universitaria.
Y sigo con el inventario de lo bueno del 2021 para la educación y formación técnica: en lo que se refiere a los niveles de formación técnico profesional, hay que destacar los esfuerzos del INFOTEP para escuchar a todas las partes interesadas a través de una consulta abierta que permitirá reorientar sus planes de estudio a lo que las partes interesadas necesitan. Gracias a este esfuerzo, la oferta formativa se encuentra ahora en el “taller de renovaciones” con el objetivo de dar mayor garantía de empleo a quienes porten sus títulos. Y todo el INFOTEP trabaja en este gran esfuerzo transformacional.
Además, luego de pasar por dos revisiones de arriba a abajo por dos gobiernos y por todos los sectores relacionados a educación y empleo, estamos cerrando el año con un nuevo anteproyecto de Ley de Cualificaciones, listo para ser entregado al Congreso Nacional. La puesta en marcha de la Ley será el inicio de un sistema educativo en el que se apliquen estándares comunes para toda la oferta de modo que su articulación sea, por fin, posible.
Cerraré los ojos esta Nochebuena contenta y optimista. A pocos días de un fin de año pienso una vez más que no solo los finales felices se celebran: los inicios pueden abrazarse con alegría y con esperanza, sabiendo que hasta los que empiezan en un pesebre, pueden llegar a dividir la historia en un Antes y un Después.