En el Palacio Nacional, Juan Bolívar Díaz recordó lo que nadie debería “olvidar”: “El arrojo de los periodistas que mantuvieron la libertad de información y opinión fue determinante para que la nación no cayera definitivamente en otra dictadura. En aquellos años (los 12 de Balaguer) no había libertad sindical, ni de manifestaciones políticas, ni elecciones plurales. Con cientos de asesinatos y presos políticos y miles de exiliados; con unas fuerzas armadas y policiales politizadas y un férreo control del Congreso y la justicia, sólo una relativa libertad de ejercicio periodístico fue la diferencia con la dictadura absoluta”.