A pesar de los cambios pedagógicos y curriculares, y de los avances de los últimos años, República Dominicana forma parte de los países cuya educación está rezagada y no cumple las finalidades que trazan las normativas nacionales y recomiendan los organismos internacionales, que defienden este derecho humano fundamental.

En el modelo educativo tradicional, aún vigente, la información y la memorización constituyen el objetivo de los estudiantes, y el conocimiento se centra en los maestros y profesores. En cambio, la sociedad exige personas cada vez más críticas, autónomas y capacitadas emocionalmente para la resolución eficiente de problemas en las distintas instancias que actúan; personas que sepan reflexionar sobre los conocimientos, en lugar de recitarlos. Este modelo convencional de enseñar y aprender no garantiza ese desarrollo, pues sus resultados son notoriamente insatisfactorios. Para (Garralón, 2017), enseñar y aprender a pensar es una tarea pendiente de los sistemas educativos y es algo que los docentes tienen que retomar.

Introducir innovaciones y cambios que transformen y desarrollen otros paradigmas que realmente modifiquen la educación, deberían ser el imperativo inmediato del país, porque como indica esta frase atribuida a Albert Einstein, “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”.

Es de conocimiento general que las nuevas tecnologías y las herramientas digitales han provocado cambios significativos en la forma de enseñar y aprender. Y actualmente existen modelos de aprendizaje que pueden contribuir al mejoramiento de la calidad educativa en todos los niveles educativos. Y eso es lo está provocando el Aula Invertida (AI). Un concepto innovador e interesante de aplicar, para transformar la forma tradicional en que los docentes imparten las clases y los estudiantes realizan las tareas y “construyen conocimientos”. Este innovador modelo pedagógico, se ha ido expandiendo por todo el mundo y está revolucionando la educación tradicional, desde su implementación oficial en el año 2007. ¿Cómo nace el concepto AI?

Este concepto surgió con los  profesores de Química, Jonathan Bergman y Aaron Sams, de la escuela preparatoria Woodland Park, Colorado, Estados Unidos (2007). Se plantearon que el tiempo dedicado al proceso de aprendizaje podría ser optimizado con la reversión de las estructuras tradicionales del aula: un profesor que habla al frente de los alumnos que lo escucha y, en algún momento lo cuestiona o, a veces, ni eso. Utilizaron un software para grabar sus presentaciones. En algunos casos transmitieron sus clases en vivo, a través de Internet, como una forma de apoyar a los estudiantes que no podían asistir. Su idea tuvo tal éxito que les permitió recorrer el país difundiendo lo que ellos denominaron flipped classroom o aula invertida, en español. Desde entonces muchos profesores comenzaron a utilizar el video en línea o grabaciones para enseñar fuera del aula, reservando el tiempo del aula para el trabajo colaborativo y la realización de ejercicios. ¿Cómo se conceptualiza el AI?

Es un enfoque pedagógico en el cual la instrucción directa se realiza fuera del aula y el tiempo presencial se utiliza para desarrollar actividades de aprendizaje significativo, personalizado y crear un ambiente de aprendizaje colaborativo. Se trata de un modelo que trata los estudiantes como protagonistas, acercándolos a los temas y contenidos antes de que se dé clase. Así, los estudiantes tienen acceso al contenido curricular y estudian antes de ir a la escuela. Leen el material observan los vídeos, se plantean dudas y elaboran comentarios. En la clase discuten con los pares y el profesor. De manera que, en vez de intentar retener el conocimiento de los contenidos en el aula y resolver los ejercicios en casa, como se estila en el modelo tradicional, los alumnos reciben los materiales de estudio  en la casa y las dudas, y resolución de ejercicios en la escuela con la ayuda e intermediación del profesor. De ahí viene la idea de inversión. ¿Cuáles cambios genera el modelo AI?

Este modelo implica grandes cambios en relación al modelo tradicional. Como el propio nombre indica, existe una inversión en el proceso de enseñanza y aprendizaje que impulsa los alumnos a buscar y demostrar conocimientos, cambiando el papel de los docentes de poseedores del conocimiento, a una condición más compleja de mediadores en el aula. ¿Cómo valora los docentes el modelo AI?

Si alguien piensa que la función de los docentes queda restringida, se equivoca, porque el rol de ellos es muy valorado en el AI, ya que necesitan estar más preparados para actuar como mediadores entre los estudiantes y el conocimiento, aclarando dudas, estimulando la interacción en la clase y trabajando el contenido con ejercicios y estudios de caso, a fin de despertar el interés de los alumnos y motivarlos todo el tiempo con el uso de diversos recursos. ¿Cuáles recursos requiere el modelo AI?

Esta era digital, las nuevas estrategias y tecnologías, permiten a los docentes compartir con los estudiantes el contenido previamente preparado y seleccionado. Para ello, pueden utilizar recursos tales como plataformas de aprendizaje virtual, blogs, redes sociales y recursos de nube como Google Drive, Facebook, Dropbox, Twitter, YouTube, SlideShare, entre otros. ¿A qué tipo de alumnos favorece el modelo AI?

A todos, porque también favorece a los alumnos que tienen más dificultades. La posibilidad de preparación para las clases, los estimula a procurar los conocimientos, respetando su propio ritmo de estudios. Además, como el tema es anticipado, los alumnos tampoco se intimidan a la hora de pedir nuevas explicaciones o fuentes de estudio al docente. Esta metodología prevé que los alumnos mantengan el diálogo vivo en torno al tema propuesto y participen más de las clases y de los grupos de estudios. La búsqueda del conocimiento pasa a ser un hábito saludable y recurrente.

Esta metodología pone a prueba la idea de que el aprendizaje es más eficaz, cuando el profesor orienta al alumno a aprender y no solo le expone el conocimiento. Ayuda a los estudiantes a desempeñar un aprendizaje activo, porque son los principales agentes en la búsqueda y comprensión de lo nuevo, no solo receptores pasivos de las informaciones. Con el AI, los estudiantes tienen acceso directo al conocimiento y el docente actúa de entrenador y mentor. Se ahorran explicaciones inútiles y de poco valor, pues los aprendizajes de orden inferior se adquieren en la casa, a través de vídeos, infografías, presentaciones, juegos, etc. Esto permite que en las clases los tiempos rindan más y se pongan en práctica aprendizajes de orden superior.