Esta serenidad del pueblo
donde el árbol ha crecido
desde hace siglos en el zócalo.
Ahí la municipalidad brilla
en su edificio colonial, el amanuensis
escribe en su despacho y la única familia
de abogados celebra el nacimiento
de su último licenciado.
Este pueblo cualquiera,
que representa la contra-imagen
de las grandes ciudades, donde
los seres humanos pueden
perderse en invenciones de sí mismos,
en la idea fantástica
de vivir una felicidad durable,
brotando del cultivo diario
de los hongos mágicos,
los poemas que revelan
las más íntimas oscuridades
de la respuesta a la pregunta
traída por el mensajero del pueblo.
¿Por qué fuiste? ¿Por qué envejeces
con amistades extranjeras, con propuestas
nacionales e internacionales? Aquí
guardamos tu cordón umbilical.
Aquí encendemos las velas
de tu árbol de la muerte.