Estamos a unas horas de realizar las votaciones correspondientes a este año 2016. Votaciones que tendrían que ser solo presidenciales, pero que por decisión del monarca Roberto Rosario y de la Junta Central Electoral han sido unidas a las congresuales y municipales.
Según señalan la mayor parte de las encuestas el oficialismo, sustentado por la corporación económico-partidaria PLD-PRD y aliados, junto con la corporación PRM-PRSC y aliados podrían estar concentrando cerca del 90% de las y los votos. Quienes votarían por llamados partidos emergentes o alternativos sería solo un 5-10% de la población.
La pregunta que nos hacemos es ¿por qué esas corporaciones, que han detentado el poder en los últimos 20 años y han implantado lo que algunos llaman una “cuasi-dictadura” (Andrés L. Mateo), o una neo-dictadura, según señalamos en nuestro artículo de la semana pasada, logran seguir manteniendo tal dependencia clientelar de la misma gente que es alienada, oprimida y pisoteada por su práctica de ejercer el poder y manejar las finanzas públicas?
El maestro brasileño Paulo Freire (1921-1997), con sus aportes pedagógicos a la formación de la conciencia crítica de las masas populares, quizás nos puede aportar luz en esta reflexión. Sus intuiciones pedagógicas, expresadas en sus ya famosos textos, “La Educación como práctica de la libertad”, “La pedagogía del oprimido”, “la pedagogía de la indignación” y la “pedagogía de la esperanza”, entre otros, pueden darnos una pista para entender lo que estará pasando el próximo domingo con la intención del voto popular.
Señaló el maestro Freire que las masas populares y las personas como individuos solemos actuar en la sociedad y en la vida personal movidas por tres tipos de conciencia: la conciencia mágica, ingenua o crítica. Y utilizó la imagen de quien está dentro del agua, bañándose en un río o en el mar. Y también la imagen del árbol con sus ramas, tronco y raíces.
La conciencia mágica todo lo espera de arriba; de las divinidades o de quienes tienen el poder económico, político, militar o religioso. Responde a quien tiene la cabeza sumergida en el agua. No mira la realidad. No mira ni las ramas, ni el tronco ni las raíces. Quienes actúan con conciencia ingenua, por su parte, son quienes comienzan a sacar la cabeza del agua, pero todavía no están en capacidad de mirar la realidad en profundidad. Solo ven las ramas y el tronco. Sólo quienes actúan con conciencia crítica son capaces de mirar la realidad, analizar sus causas, conocer las raíces de los problemas sociales y desarrollar una actitud y un compromiso que le lleva a unirse con otras personas para provocar cambios, transformaciones, revoluciones de la mente y de las prácticas cotidianas, en los diferentes espacios: familiares, comunitarios y sociales.
Varios colegas, columnistas de Acento han escrito en estos días algunos artículos que van en la línea de ayudar a la población votante a reflexionar sobre la necesidad de ejercer un voto consciente, crítico y comprometido con la transformación de la sociedad dominicana, la que pasa necesariamente por el apoyo a aquellas opciones político-partidarias, dispuestas a romper con la tradición autoritaria, clientelista, centralizadora y depredadora de los bienes públicos.
- Rodríguez Cruz (Los votos de los que sufren…, Acento, 11-5-16) tiene la esperanza de que “el voto de dolor, que es voto adolorido, no entre en las urnas del verdugo”. Leonardo Adames, por su parte, (Relaciones de favores…, Acento, 12-4-16), ha invitado a votar teniendo en cuenta los aportes y el compromiso que cada persona y colectivo tiene que hacer a la construcción de una verdadera democracia. Pues “una democracia de favores no es una democracia auténtica, porque anula la actitud crítica y se sustenta en el paternalismo, en el caudillismo populista… Si no comprendemos esto, (…) seguiremos acudiendo a las elecciones nacionales intentando cambiar para que todo siga igual”.
J.L. Taveras (Dejaré mi virginidad… Acento, 10-5-16 ), escritor, abogado y militante ético-político santiaguero ha señalado con audacia y lucidez: “ Saldré a votar por primera vez y lo haré armado de la razón más poderosa: no legitimar con mi omisión la gran estafa populista. Votaré en contra de los gobiernos que han usado a los pobres como escudo de defensa para, con su victimización, crear una casta de nuevos ricos… votaré en contra de la mediocridad adinerada, de las comisiones concertadas, de las licitaciones teatrales, de las sobrevaluaciones, de la corrupción sin castigo y del uso abusivo del poder… Votaré con las fuerzas de mi vuelo sin reparar en los vientos de las encuestas ni en los augurios de la arrogancia. Lo haré a pesar de las manipulaciones, el dinero y las imposiciones. Lo haré por mi hijo, por mi futuro, por mi país. Y es que en el momento que vivimos, bajo la sombra de esta desgracia, votar dejó ser elección para hacerse necesidad”.
- Colombo (Voto de esperanza, El Caribe, 12-5-16) y un grupo de ciudadanos comprometidos con la transformación de la sociedad dominicana han hecho en esta semana un llamado urgente al voto esperanzador y comprometido con el destino del país. En su columna del periódico El Caribe, R. Colombo ha resumido así el contenido de la propuesta hecha por el grupo: “Sí, votaré por la esperanza de que en nuestro país prevalezca la decencia; que termine el robo de los fondos públicos, la impunidad y la burla descarada a todo reclamo de transparencia y respeto a la institucionalidad democrática; voy a votar porque quienes gobiernen cumplan la palabra empeñada y garanticen la equidad en la gestión del voto. Voy a votar, en fin, por la esperanza de enarbolar mañana ser orgulloso ciudadano de un país civilizado. Sí, voy a votar por la esperanza de vivir en un país de personas justas. Mi voto, unido al suyo, es el verdadero triunfo contra toda amenaza de dictadura de cualquier naturaleza”.
El próximo lunes, el día después de las elecciones, cuando descansaremos de la apabullante violencia de la publicidad, de la contaminación visual, del ruido ensordecedor y de los tapones provocados por las caravanas, debe comenzar una nueva etapa de lucha por la construcción de una sociedad democrática; será necesario seguir trabajando para seguir construyendo las bases de una sociedad justa, inclusiva, democrática, comprometida con la justicia económica y social.
En definitiva, el voto crítico y comprometido es un aporte significativo y trascendente en la construcción del anhelado proyecto de Vida Digna, que se hará realidad con el aporte de conciencias críticas, el trabajo mancomunado de corazones y manos solidarias, que sean capaces de involucrarse, de manera creciente, en la construcción de otra sociedad posible, con justicia y equidad, en nuestro territorio isleño.