En esta semana hemos tenido en el país la visita del intelectual, humanista, teólogo de la liberación y  militante ecologista, el brasileño, Leonardo Boff. Vino al país a través del Ministerio de Energía y Minas, quien lo invitó por su relación con el proyecto ecológico y de preservación ambiental “Cultivando Agua Buena”, iniciativa de gestión social y participativa en algunas cuencas hidrográficas que se está desarrollando en el país y que se asemeja a un proyecto que se desarrolla en Itaipú binacional, una empresa hidroeléctrica entre Brasil y Paraguay, de la que Boff es padrino y asesor.

Quien escribe estas líneas es un lector asiduo de los escritos de Boff, desde hace más de 40 años. Valora su aporte  y su reflexión ética, teológica y ecológica, así como su compromiso socio-político, tanto en las àreas de la teología y la ética de la liberación desde los años 70 del siglo pasado, así como su involucramiento con las comunidades cristianas de base y con el movimiento popular de Brasil y de América Latina, que históricamente han asumido la lucha de los sectores sociales más empobrecidos y excluidos por mejorar sus condiciones de vida, en sociedades estructuralmente injustas. Entre esas luchas se incluye, como elemento prioritario, la preservación y el cuidado de la Casa Común, que es el planeta Tierra. Y es que Leonardo es fundamentalmente un maestro coherente, que enseña con sus hechos, con su pluma ágil e insobornable, y su compromiso con las causas de la preservación integral de la vida; tanto de los seres humanos como de sus demás habitantes: animales, seres vivos, plantas, flores…

Boff desarrolló en el país una apretada agenda y realizó varios encuentros con diferentes sectores de la sociedad dominicana: se reunió con un grupo de religiosos, religiosas y teólogos/as; tuvo un encuentro con organizaciones comunitarias y populares de la zona norte de Santo Domingo; estuvo en el almuerzo semanal del Grupo Corripio, en el programa uno más uno del canal 11; en el Centro León, de Santiago. Realizó, además, una conferencia en el Ministerio de Educación y otra en el Palacio Nacional, en donde fue condecorado con la orden de Duarte, Sánchez y Mella.

La agenda de Boff en el país culminó con la firma de un pacto por el fortalecimiento del proyecto “Cultivando Agua Buena”,  orientado a proteger las cuencas hidrográficas de varios ríos y que se está desarrollando desde hace un año en diferentes comunidades del territorio nacional y que es considerado como un laboratorio para la aplicación de de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2030). En este proyecto participan  más de 150 organismos estatales y de la sociedad civil; entre éstos los ministerios de Energía y Minas, de Economía Planificación y Desarrollo, de Medio Ambiente,  así como la Fundación Sur Futuro, la Asociación para el Desarrollo de Santiago, micro-empresas regionales, y asociaciones comunitarias, juveniles y religiosas.

En una conferencia-conversatorio en que participó el autor de estas líneas, en el Centro La Salle de Santo Domingo, Boff se refirió a la importancia de cultivar una adecuada espiritualidad y una ética de compasión por el cuidado del mundo, de la Casa Común, porque la Tierra ya no aguanta más las agresiones de los seres humanos. Y en la conferencia dictada en el Palacio Nacional, ante un salón atestado por las élites económicas partidarias y gubernamentales del país, señaló: "Tenemos que realizar un cambio radical de corazón y mente; no tenemos tradición de cultivar el espíritu para brindar amor, solidaridad, disfrutar de la alegría de compartir, de considerarnos hermanos y hermanas, de saber perdonar y ofrecer compasión; esos son los valores de la vida del espíritu".

Señaló que, según una declaración conjunta de un grupo de científicos, el pasado 23 de septiembre del 2015, hemos sobrepasado en el consumo de los recursos del planeta más del 30% de la capacidad de la tierra, de tal manera que nos conducimos hacia una catástrofe ambiental y de la vida, si no nos decidimos, de una vez por todas, a cambiar de rumbo.

Preguntado Boff sobre las causas de su aparente cambio de reflexión y producción intelectual desde la teología de la liberación a la ecología integral, señaló, lúcidamente: “La Teología de la Liberación nace para escuchar el grito de los oprimidos y defender a los pobres crucificados por el sistema capitalista salvaje. Dentro de esa opción de pobres se encuentra la Madre Tierra que está siendo devastada”. Y continuó diciendo: “La Madre Tierra es la Gran Pobre, crucificada, y que clama por su resurrección. Si la marca registrada de la Teología de la Liberación es la opción por los pobres contra la pobreza y su injusticia, la Tierra debe ser incluida en primer lugar en esta opción. Pues si no liberamos a la Tierra, eliminamos la base real para cualquier otro tipo de liberación”.

L. Boff consideró que el calentamiento global, el principio de autodestrucción, la incapacidad de la tierra para renovarse y la escasez de agua, son las cuatro grandes amenazas que hacen peligrar la existencia de la vida humana y de los demás seres vivos sobre el planeta Tierra, tal y como se conoce.

Señaló que uno de los principales problemas que se avecinan será el que causarán 100 millones de "emigrados ecológicos" que, afectados por la falta de agua, no aceptarán ese veredicto de muerte y procederán a emigrar a países y territorios en donde puedan sobrevivir.  En este sentido afirmó sin rodeos: "Apenas el 10 por ciento del 0,07 por ciento del agua potable (aprovechada) es destinada al consumo humano y animal, con lo cual tenemos que prepararnos para una emergencia humanitaria con categoría de catástrofe ecológica y social sin precedentes en el mundo".

La estadía del teólogo y militante ecologista L. Boff fue aprovechada por el grupo de Sacerdotes católicos “Helder Cámara”, para advertirle al visitante distinguido, sobre los grandes problemas ecológicos del país. En una carta dirigida a Boff le dijeron: “Como hermanos y como pueblo te pedimos que no sólo escuches la voz de quienes te han invitado, sino que escuches la voz del pueblo dominicano que en los momentos actuales sufre las consecuencias de las malas decisiones de quienes les han dirigido y sobre todo, de quienes no han sabido desarrollar una sana convivencia del ser humano con la naturaleza”. Y continuaron señalando los principales problemas ecológicos del país y los pocos niveles de responsabilidad del Estado Dominicana y sus instituciones en la preservación ambiental. Entre estos males señalaron la complicidad de los grupos económicos y partidarios con la depredación ambiental de los ríos, la complicidad con las mineras establecidas, los 23 permisos de exploración minera concedidos en el corazón de la cordillera central y la burla realizada por el Ejecutivo y el Congreso Nacional, ante la ley y la lucha popular que propugna que Loma Miranda sea declarada Parque Nacional.

Boff concluyó una de sus conferencias señalando que es necesario luchar contra la concentración de las riquezas, contra la gran injusticia, social y ecológica,  a nivel local, caribeño, latinoamericano y mundial. Señaló que el 1% de la humanidad, compuesto por 67 personas, tiene tantas riquezas como el 99% restante. Y afirmó categóricamente que la riqueza verdadera nace del corazón, de la capacidad de compartir. Pues el consumismo desbordado solo hace infeliz a las personas. Por eso, se refirió a la historia del filósofo griego Diógenes (412-323 a.e.c), quien solía ir al mercado público; paseaba de arriba a abajo, observando los productos y riéndose. Pero no compraba nada. Y ante la pregunta de los vendedores de para qué iba allí, señalaba: “Estoy mirando todas las cosas que no necesito para vivir”.

El maestro Boff concluyó su visita al país; pero aseguró personalmente al autor de estas líneas que quería seguir compartiendo sus reflexiones y su compromiso militante con los sectores sociales verdaderamente comprometidos con la preservación de la vida digna en todo nuestro territorio isleño. Por eso me confesó que veía con buenos ojos que la dirección del Digital Acento haya decidido publicar semanalmente un artículo suyo, a propuesta del equipo animador de la Red de Educación Ética y Ciudadana (REDETYC). Prometió, además, conceder al autor de estas líneas, una entrevista sobre su visita al país. La misma será compartida en una próxima entrega, en este medio de comunicación.