La noticia, dando cuenta de que empresarios dominicanos y haitianos tienen previsto reunirse es, además de sensata, necesaria.  Pauta una dirección para la distensión que aleja el manejo de las relaciones del ámbito de políticos y gobiernos poniendo en manos de gente que tiene y vive de los negocios y del trabajo la evolución, al menos, de un aspecto de la situación. Así como tenemos que seguir vendiendo huevos, azúcar, pastas y hasta fósforos en Haití, tenemos la obligación de mantener calidad y normas en esos productos de lo cual se ocupan las autoridades haitianas, pues así mismo, quieren cientos de miles de haitianos trabajar en la República Dominicana y hay otros miles de empresarios que necesitan esa mano de obra pues deben igualmente someterse a las leyes y normas de inmigración vigentes siempre que haya un gobierno que se ocupe de eso y con exclusión de la sentencia 168-13.

Tan pronto hablen los que tienen negocios y los que tienen necesidad de trabajo empieza a desmontarse la demonización y el odio racial y dicho sea de paso conviene igualmente desmontar otro mito perverso: que los haitianos le quitan el trabajo a los dominicanos cuando todos sabemos por vía de la mas pura y simple experiencia y observación que los haitianos asumen las tareas que los dominicanos rehúsan y los pocos casos donde no es así tienen lugar porque algunos de esos haitianos están muy calificados y muy interesados en progresar a mejores destinos que es exactamente igual a lo que sucede con los dominicanos en cada uno de los países donde emigramos. Salimos a barrer pisos, vender en bodegas,  cuidar viejitos, hacer de serenos y ayudantes de todo desde fregar platos hasta mecánica y cuando un dominicano se erige en cirujano jefe de un hospital, cheff, dueño o gerente de una empresa eso sucede por la misma razón de que estaba muy motivado, calificado e interesado en avanzar. ¿Y vamos a denostarlo por eso? ¿Y vamos a decir que eso es malo? Si un dominicano le quita un trabajo calificado de gerencia o profesional a un americano está bien quitado y nos sentimos orgullosos cuando eso sucede. ¿Acaso es diferente lo que pasa con los peloteros que le quitan las plazas a los americanos? ¿Cuantos americanos se han quejado de la cantidad de peloteros dominicanos?  Si un haitiano que tiene talento y es trabajador consigue un empleo calificado, bien quitado está el empleo.

Otro mito que quiero demoler, abusando de la paciencia del lector, es el que afirma que los empleadores, todos perversos según esa versión, pagan menos a los haitianos que a los dominicanos. Pues bien, aunque eso en efecto sucede no es la forma principal de abuso y maltrato a los trabajadores haitianos. De hecho, en algunas áreas ya los haitianos están igual y hasta mas caros que los dominicanos. El abuso es perpetrado principalmente en la negación de prestaciones, el impago de compromisos que requerirían de parte del trabajador haitiano acudir a la justicia y la violación de otros derechos y beneficios a los cuales acceden trabajadores dominicanos.

Articulo En materia de soberanía