Hoy miles de familias viven aterradas por la inseguridad. Jóvenes talentosos abandonan su patria. Otros, que trabajaron años en el extranjero para algún día retirarse en su país ya no se atreven a regresar. No hay evidencia más clara de la incapacidad y traición de los dirigentes que nos gobiernan y nos han gobernado. No hay prueba más elocuente de fracaso. Sin embargo, los dominicanos no hemos  perdido la fe en la democracia.  La invocamos  como modelo frente a la dictadura y la deseamos  como alternativa ante el caos que por doquier amenaza. Esto a pesar del fiasco del 6 de octubre y la vergüenza del 16 de febrero.

La promesa democrática en manos de estos políticos ha sido pervertida: Un poder ejecutivo deslegitimado, maquinador, continuista y corrupto. Un poder legislativo traficante de influencias y sobornos que traiciona su propio electorado. Un poder judicial que no imparte justicia sino que encubre el delito. Un gobierno que nos estafa con Punta Catalina, nos abusa con ODEBRECHT y el 16 de febrero secuestra la esperanza democrática que tanto anhelamos. A todos ellos: Sepan desde ahora que no tendrán paz, que iremos  por ellos donde quiera que estén. … Al pueblo decimos: ¡ESTÁ PROHIBIDO OLVIDAR!

Para rescatar la democracia abusada y maltrecha estamos obligados a devolverle credibilidad a la política, legitimidad al poder y transparencia a la justicia. Este gobierno corrupto no puede preservar nuestra identidad y soberanía, defender fronteras y garantizar elecciones libres. Necesitamos enfrentar las obscenas desigualdades económicas, la cultura del vicio y la banalidad que nos corroen.

Hartos de quejarnos, rehusando el exilio, hemos decidido actuar. RESCATE DEMOCRÁTICO lucha por un país distinto y mejor. Para eso es necesaria una agenda de acción, una visión que paute nuestra transformación oportuna en fuerza política, clara vocación de poder y una hoja de ruta para ser gobierno. Estos tiempos requieren una visión, un pensar y un actuar diferente. Debemos pues no solamente luchar, sino saber hacerlo.

EL PODER CIUDADANO ENTRA EN LA POLÍTICA PARA RESCATAR LA DEMOCRACIA VIOLADA Y USURPADA.  El legítimo deseo de cambio que recorre y estremece el país merece mejor suerte de la que ha tenido. Ante ese mismo pueblo, como juramento decimos: ¡ESTÁ PROHIBIDO FALLAR!