Se conmemora en el día de mañana un aniversario más, 61 años, de la Gesta Patriótica del desembarco del Ejército de Liberación Nacional, conformado por grupos de exiliados dominicanos que resistían en el exterior a la dictadura del sátrapa Trujillo Molina. Dirigidos por los comandantes Enrique Jiménez Moya y Juan de Dios Ventura Simó, aterrizaron en las montañas de Constanza y desembarcaron por las playas de Maimón. Aquellos 14 y 20 de junio de 1959 “llegaron llenos/ de patriotismo/ enamorados de un puro ideal”.
Trajeron en sus mochilas sueños de establecimiento de un sistema democrático jamás conocido por la población dominicana en toda su historia, el conocido Programa Mínimo que todos sabemos, sigue aún pendiente de realización en nuestra sociedad. Dicho programa, incluía demandas políticas, económicas y sociales que aún hoy son consideradas demasiado exigentes para lo que algunos sectores, que dominan las estructuras de poder, consideran que corresponde a sus derechos de propiedad adquiridos de forma… bueno, digamos que históricamente no muy sana.
El Programa Mínimo, en el aspecto político, proponía terminar con el régimen de opresión existente bajo la tiranía. Cabe destacar que existen diferentes formas de manifestación de la opresión del Estado, así que no podemos decir que esto se haya cumplido. Proponía el establecimiento de un gobierno “DEMOCRÁTICO, QUE CREE LAS CONDICIONES PARA QUE EL PUEBLO PUEDA EJERCER LIBREMENTE SUS DERECHOS POLÍTICOS Y SOCIALES”. Es bien sabido que tanto pensar como expresar el pensamiento, si es contrario a los que ejercen el poder, es algo prohibido y censurado. Proponían en fin, elaborar mediante Asamblea Constituyente, una nueva Constitución, en la que rija la organización democrática del Estado y se cumplan los postulados de la justicia económica y social. Como saben, mucha de nuestra legislación data aun de los tiempos de la tiranía, y existen muchas propuestas de leyes engavetadas, como la Ley de Ordenamiento Territorial, la Ley de Aguas, la Ley de residuos sólidos, el ordenamiento jurídico inmobiliario y su funcionamiento data de la época feudal. Si la revisión de las leyes es tarea del Congreso Nacional, ¿a qué se dedican las personas que trabajan ahí?
En el aspecto social, el Programa Mínimo proponía garantizar la posesión de la tierra al campesino y el otorgamiento del derecho de propiedad de acuerdo a su función social. Para ello proponía reformar la Ley de Tierras y depurar los títulos obtenidos mediante el fraude y la violencia. Como bien sabemos, el conflicto por la tenencia de la tierra es una de las problemáticas sociales y económicas más álgidas en nuestra sociedad. Además de los conflictos de intereses que se crean, también hay que enfrentar a un sistema jurídico podrido que aprovecha las más macabras maniobras para extraer la mejor tajada de dichos conflictos.
Otras propuestas del aspecto social consistían en el reconocimiento de los derechos laborales y del campesinado, una efectiva alfabetización y una reforma integral de la educación desde la primaria hasta la universitaria, para que sirva esta educación como forjadora de una conciencia avanzada y libre que contribuya a impulsar los derechos de la gente. Y como ven en nuestra realidad presente, la corta visión no permite valorar que una mejor calidad de la educación redunde en una mayor productividad del ejercicio del trabajo en cualquier área del conocimiento. No es lo mismo tener estudiantes universitarios que consideren una tortuga como un mamífero, que no conozcan el ciclo del agua, ni idea de lo que es la fotosíntesis y mucho menos comprender en qué consiste una cadena trófica, cuando su vida depende del equilibrio de la misma. En el aspecto social, las demandas incluían de igual forma, el establecimiento de un sistema de seguridad social que ampare la niñez, la ancianidad y el desempleo con una oferta de servicios para la protección de la salud y la promoción de una vivienda adecuada y digna.
No hace falta contarles cómo terminó la operación militar del desembarco del 14 de Junio. Nos encontrábamos en medio de la llamada Guerra Fría y el imperialismo yanqui estaba muy dolido porque Cuba se le había escurrido, a manos de los barbudos, de su fuente barata de riquezas. Forma parte de las razones por las cuales aún sigue pendiente el “puro ideal” de los héroes de junio del 59. El sistema de opresión y despojo, con su rapacidad característica, ofreció una fuerte resistencia a ceder a las luchas por nuestros derechos democráticos derrocando el gobierno libre y democráticamente elegido en el 1963 e invadiendo con sus botas extranjeras para ahogar en sangre nuestra lucha constitucionalista.
Ayer, la resistencia campal a nuestras luchas por los derechos democráticos, tildó como “comunistas” nuestros reclamos. Hoy todavía tienen el poder de colocar su rodilla en nuestro cuello hasta asfixiarnos, a pesar de que gritamos a viva voz: NO PUEDO RESPIRAR, NO PUEDO RESPIRAR. Déjennos respirar, caramba! Sus hijos tienen derecho a un buen futuro, pero los nuestros también. Y la libertad que hemos conseguido a base de sangre, torturas, represión y exilio, nos da el derecho a elegir lo que queremos pensar, cómo queremos pensar, cómo hacer y desarrollar nuestra vida, qué instrumentos y herramientas usar para llevarla hacia adelante. No estamos interviniendo en la suya. A mí, me daría vergüenza producir un estudiante universitario que diga que las tortugas son mamíferos, y eso lo han logrado ustedes.
De manera que si hoy la posibilidad que pretenden algunos, agotados por tanta lucha, es sólo de cambiar la cara, esperemos que ese cambio de cara sirva de vía para democratizar, DEMOCRATIZAR he dicho, las formas en que el Estado y la sociedad se relacionan, y ellos, la sociedad, entre sí. Siempre existirá el egoísmo y los oportunistas cuya única intención sea pescar en río revuelto, aprovechar sus habilidades para la manipulación discursiva y servir a los que quieren para sí todo el pastel.
Pero hay otros jóvenes, otra generación, que trabaja y se esfuerza para DEMOCRATIZAR nuestra sociedad, para hacer realidad los ideales de nuestros héroes de Junio, aunque sea un paso a la vez, como la ciclovía, como la propuesta en marcha del aprovechamiento de los residuos orgánicos. Y como otras tantas ideas que siguen en marcha y se hacen camino, como hormiguitas con terroncito a cuestas, en la construcción de una sociedad justa y solidaria. JUSTICIA Y SOLIDARIDAD ES LO QUE QUEREMOS. ¿Será que les cuesta tanto dejarnos respirar?