SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La peste porcina africana (PPA) ya se ha detectado en 25 de las 31 provincias que tiene el país, lo que compromete a estas alturas al 95% de la industria porcina nacional, y deja sobre la mesa la posibilidad de que, de no superarse, todos los cerdos tengan que ser sacrificados.

Este panorama lo muestra el presidente de la Federación Dominicana de Porcicultores, Israel Brito. Aclara que una provincia se puede considerar "comprometida" epidemiológicamente, cuando se halla un animal enfermo.

De manera extraoficial, dice que en 25 provincias se han encontrado animales enfermos de fiebre, y también se ha reportado mortalidad.

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Por memoria, menciona a Samaná y La Romana como lugares libre hasta el momento de la PPA. Coincide con que la actividad en ambas provincias no es de gran impacto, en comparación con otros lugares de alta productividad que ya se encuentran comprometidos, como Santiago, Espaillat, Hermanas Mirabal, La Vega, Santo Domingo y Duarte.

Fue el pasado 29 de julio cuando la enfermedad fue confirmada en dos provincias, Sánchez Ramírez y Montecristi, y de manera inmediata las autoridades anunciaron la implementación de protocolos para evitar la propagación de la enfermedad. Prácticamente un mes después, y de manera oficial, la PPA se encuentra en 15 provincias, y cuatro bajo sospecha.

 15 Provincias confirmadas. Montecristi, Dajabón, Santiago Rodríguez, Santiago, Espaillat, La Vega, Hermanas Mirabal, Duarte, Sánchez Ramírez, Santo Domingo, Elías Piña, San Juan, San Cristóbal, San José de Ocoa y Barahona.

3 Bajo sospecha. Puerto Plata, La Altagracia y San Pedro de Macorís.

*Datos oficiales divulgados por el Ministerio de Agricultura

 

Otro dato que ha cambiado, es que inicialmente se habló de que la enfermedad se encontraba en granjas de traspatio, es decir, las pequeñas e informales. Brito indica que también se han hallado animales con la peste, "en granjas de buen tamaño".

"Ya la enfermedad se ha ido diseminando en todo el país y el virus no tiene preferencia. El virus ataca a los pequeños productores, como a las granjas organizadas".

Si bien explica que las medidas de control de la enfermedad son efectivas (incluye sacrificar a los animales enfermos y ejecutar protocolos de vigilancia y bioseguridad), ahora mismo la industria lucha contra un "enemigo invisible" que se puede expandir muy fácil: por el animal enfermo, o una libra de carne que se movilice de un lugar a otro. Incluso, se habla de que los técnicos deben seguir protocolos, para que no sean ellos los que transmitan la enfermedad de granja en granja, cuando salen a inspeccionar.

"Tu sabes que a nosotros (los dominicanos), nos gusta cargar demasiado", dice, y cuenta de inmediato el dato de que se encontró carne de cerdo proveniente del país, en un aeropuerto de Guatemala.

Unos 60,000 animales ya se han sacrificado. Si la enfermedad se sigue propagando (como en efecto ha ocurrido), dice Israel Brito que la medida más extrema que se contempla será sacrificar a la población completa de animales.  "No es el deseo de los porcicultores, pero si hay que hacerlo, no hay otro camino. Tenemos que entender que nuestra porcicultura constituye una amenaza para las Américas".

Impacto

Para el presidente de la Federación, se trata de un problema "muy serio" que afecta a una industria con más de 20,000 productores de cerdos, con unos 58,000 empleos directos  y que genera unos 14,000 millones de pesos al año. Además, el valor de los animales lo calcula en 13,000 millones de pesos.

Agregado al impacto económico que explica con estas cifras, Brito también habla de un impacto social. "La porcicultura es idiosincrasia del campesino dominicano y por eso se llama 'la alcancía del pobre'. Esto ayuda bastante a los pequeños productores a incrementar su economía y a hacer pequeños ahorros", analiza.