SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Que el Gobierno pague el precio justo a los productores porcinos ante la eliminación de los cerdos infectados por la Peste Porcina Africana (PPA), es lo que podría minimizar el impacto económico de la enfermedad, considerando que el costo de cada animal varía por el peso, el tamaño y la calidad.
El precio del cerdo en el mercado es de RD$ 124 el kilogramo vivo, es decir, que un porcino de 100 kilos, el peso promedio de este animal cuando está listo para ir al matadero, cuesta RD$ 12,400.
Cada cerdo tiene un precio de acuerdo al tamaño. Si se trata de un cerdo pequeño, el precio es diferente y puede llegar a costar RD$ 2 o 3 mil, dependiendo si esta destetado o no, y si es una madre dependerá de la calidad y la genética.
De las 11 provincias con esta enfermedad hemorrágica altamente contagiosa, solo en Sánchez Ramírez se han identificado unos 15 mil cerdos criados en traspatio, que de estar listos para el matadero, la totalidad a pagar a los productores afectados en esa localidad serían RD$ 186 millones.
Que el Gobierno compense al precio real del mercado y no a un menor valor, dependerá la propagación de la enfermedad de acuerdo con el director ejecutivo de la Asociación Dominicana de Granjas Porcinas (Adogranja), Pedro Porrello Reinoso.
Sostiene que, si se le ofrece un precio por debajo al establecido en el mercado a los criaderos de cerdos, estos no querrán vender y procederían a hacerlo por otra vía y así se propagaría el virus.
Aunque asegura que ninguna de las granjas organizadas pertenecientes a la asociación tienen presencia del virus, por el nivel de bioseguridad que tienen, si no se controla la fiebre, podría generarse una “catástrofe económica”.
Adogranja representa el 50 por ciento de la producción nacional que se estima entre el millón y millón y medio de cerdos terminados, es decir, listos para el matadero.
Se creía que era neumonía
Cuando se comenzó a investigar a estos animales a raíz de varias muertes, se pensaba que se trataba de neumonía, hasta que las 389 pruebas enviadas al laboratorio del Centro de Enfermedad Animal Plum Island, de los Estados Unidos, revelaron la presencia de la PPA en Sánchez Ramírez y Montecristi.
Según el director de Sanidad Animal de la Dirección General de Ganadería, Rafael Núñez, lo que se está haciendo es sacrificando los cerdos infectados porque es la única forma de eliminar la enfermedad y evitar su propagación.
Se estima que en el país hay cerca de 700 mil cerdos de traspatio, pero aún no se tiene la cantidad de infectados, tampoco de los que hasta ahora han sido sacrificados en los focos identificados.
Dijo que hasta el momento no hay necesidad de sacrificar todos los cerdos, ya que las granjas industriales no tienen el virus.
“Hemos procedido a proteger los centros genéticos y de producción que tienen bioseguridad, erradicando los cerdos alrededor de 10 kilómetros de fuera hacia dentro del foco para evitar la propagación”, explicó.
Entre las provincias donde se han identificado la PPA está Santiago, La Vega, Montecristi, Hermanas Mirabal, San Juan, Valverde, Sánchez Ramírez y el Distrito Nacional.
Según el secretario de Asuntos Agropecuarios del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Adriano Sánchez Roa, la situación ha sido minimizada, poniendo en ascuas a 1,800 productores organizados en 20,232 unidades productivas de cerdo.
El exministro de Agricultura dijo que la producción de carne de cerdo en granjas organizadas genera unos RD$ 10,500 millones al año y que solo en 2019, el país produjo 105.7 millones de kilos de carne.
El fin de semana pasado, la comisión oficial para el control y erradicación de brotes de la peste porcina africana inició la intervención en los criaderos de cerdos de traspatio ubicados en Cevico, Fantino, Villa la Mata, Quita Sueño, en Sánchez Ramírez.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) alertó a tomar medidas de prevención, señalando que “existe un gran riesgo de que la enfermedad se disemine progresivamente al resto de América Latina y el Caribe" y llamó a los países a activar y revisar rápidamente sus planes de contingencia o de respuesta de emergencia.