El presidente Luis Abinader anunció el fin del "peaje sombra", en un “acuerdo amigable” que se traducirá en el pago por parte del Estado de US$410 millones para finalizar la concesión y un ahorro a futuro de US$1,500 millones. Así, terminará a lo que fue casi un año de negociaciones, que arrancaron a la luz pública cuando Abinader anunció su intención de terminar el "peaje sombra" el 27 de febrero pasado y terminaron ayer en la noche.

Solamente para este 2021, el Presupuesto Nacional apuntó por concepto de “subsidio por peaje sombra (carretera Santo Domingo-Samaná)” un monto de RD$4,930.9 millones, que salen del Ministerio de Obras Públicas.

El presidente Abinader no dio detalles sobre los plazos que tiene ni cómo pagará los US$410 millones, que calculados a una tasa de RD$57 por dólar equivale al pago de RD$23,370 millones a favor de la concesionaria. Tampoco se adelantó a tocar sus implicaciones. La mirada vuelve a los funcionarios involucrados de una obra que tocó tres gobiernos: el de Hipólito Mejía (2000-2004) y los de Leonel Fernández (2004-2008 y 2008-2012).

El origen de este contrato se remonta al año 2001, cuando en nombre del Estado, el entonces secretario de Obras Públicas, Miguel Vargas Maldonado, firmó el contrato “Construcción, Financiamiento, Operación y Mantenimiento de la Autopista del Nordeste” con la concesionaria colombiana Autopista del Nordeste CxA.

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La construcción de la obra completa se dividió en dos vías que se levantaron en los gobiernos de Leonel Fernández, bajo la lupa del secretario de Obras Públicas, Freddy Pérez (2004-2007), y su sucesor Víctor Díaz Rúa (2007-2012), quien terminó siendo mano ejecutoria de la obra.

Entre 2006 y 2008 se ejecutó la primera fase de la vía: un corredor de 106 kilómetros, que se extiende desde la autopista Las Américas hasta Cruce de Molinillo en Samaná, y se bautizó como la Autopista Juan Pablo Segundo.

La segunda etapa fue el Bulevar Turístico del Atlántico y se levantó entre el 2009 y 2011. Este tramo de 26 kilómetros conectó la carretera Nagua-Samaná con Las Terrenas.

Ambas vías tuvieron una inversión inicial de US$154 millones y US$151 millones, respectivamente, una suma que en pesos se valoró en RD$ 10 mil 974 millones, solamente en construcción. Pero el pago de "peaje sombra" amarrado en el contrato, ha implicado un desembolso anual desde el Presupuesto Nacional, que involucraba en febrero pasado una cifra de RD$26,835 millones, según números dados por el propio Abinader. Esto quiere decir que el Gobierno ha pagado más del doble por “peaje sombra”, que el mismo valor de la obra.

¿Por qué se paga el peaje sombra?

La vía construida fue a través de una concesión vial, un mecanismo de financiamiento que establece que la compañía concesionaria se compromete a construir con sus recursos la infraestructura y como forma de pago, el Estado le entrega los ingresos por peaje recaudados en dicha obra.

En el caso de la autopista de Samaná, la concesionaria se comprometió con la creación de las dos vías y encargarse de los gastos de mantenimiento, administración y operación. De manera específica, se comprometía con ceder “El 100% de los derechos de recaudo de los peajes” del proyecto durante 30 años, según establece su artículo 10.

El acuerdo también establecía que el Estado debía pagar un “Ingreso Mínimo Garantizado”, es decir un “peaje sombra”, que protegiera la inversión privada, en caso de que el flujo vehicular no fuera suficiente, es decir, en caso de que los vehículos que usaran la vía no fuera como la empresa esperaba.

Este "peaje sombra" se estaría pagando a lo largo de los 30 años, desde el 2008 hasta el 2038, siempre que el flujo vehicular no generara suficientes ingresos para mantener el equilibrio económico y financiero del contrato. Desde el inicio del funcionamiento, en 2008, el flujo vehicular ha sido insuficiente, y desde entonces se ha pagado el conocido "peaje sombra".

El “Estudio de Tráfico” hecho por la compañía de origen estadounidense Louis Berger Group en 2005, hizo un pronóstico del flujo vehicular que tendría la autopista de Samaná, y que sirvió de base para que se aprobara este acuerdo. Este estudio estableció que el pago de "peaje sombra" solamente se realizaría durante siete años, desde el 2008 hasta el 2015, y que luego de esos siete años, el flujo de vehículos sería suficiente. Pero ese pronóstico no se cumplió y ya supera los 12 años que se incluye el monto de peaje sombra en el Presupuesto Nacional, además de los ingresos que recibe la compañía por peaje, que es el más costoso del país.